/ sábado 9 de noviembre de 2019

Don Goyo el artista de la Playa Norte en Mazatlán

Desde una conchita hasta el cuerpo de un cangrejo muerto, son piezas que le sirven a Don Goyo para crear artesanías que vende al turismo

Mazatlán, Sin. - Para Gregorio Cervantes, los avances tecnológicos sobran al momento de querer sobrevivir con todo lo que hay alrededor, con todo lo que le puede ofrecer la naturaleza al ser humano.

Hace 12 años salió de Huatulco, municipio de Oaxaca, donde se dedicó a la pesca, oficio que actualmente desempeña junto con otras actividades que lo trajeron hasta Mazatlán.

Y es precisamente en la Perla del Pacífico donde el trabajador del mar no pudo olvidar sus raíces, tras reafirmar la conexión que tiene con el agua salada, medio que ha sido su sostén en los últimos nueve meses.

Al experimentado pescador, cuya edad no va más allá de los 50 años, lo acompaña su esposa y dos hijos, uno de preescolar y el otro de preparatoria, y que decidieron acompañarlo en el cambio de residencia.

Durante todo el tiempo que ha vivido en el municipio ha trabajado de todo, hasta de promotor turístico, un oficio que le gusta, por la promoción que le da a la ciudad, así como el contacto que tiene con el visitante.

Trabajé muchos años de promotor turístico en el Mayan Palace, además de que trabajé de vendedor de boletos para la Isla de la Piedra, que son los traslados que realizan los lancheros de Mazatlán al pueblo.

Gregorio Cervantes

Pese a las diferentes “chambas” que Don Goyo ha tenido durante su estancia en la Tierra de Venados, el mar llamó poderosamente su atención, como ocurrió en su infancia.

Y es que, a través de la bahía mazatleca, el oaxaqueño, pero mazatleco de corazón, ha podido hacerse de insumos que le permiten crear artesanías que son muy gustadas por el turismo extranjero.

Desde una conchita hasta el cuerpo de un cangrejo muerto, son piezas que le sirven para poder realizar lo que para él son una auténtica obra de arte marina.

Botellas de plástico o vidrio que junta en la playa son parte fundamental de sus creaciones, que posteriormente ofrece a los turistas en el Paseo Claussen.

Sus obras son realizadas con lo que el mar le otorga todos los días. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Una casa original

Lo alejado de su hogar, orilló al “artista” a buscar una vivienda que estuviera más cerca de su fuente de trabajo, y después de tanto preguntar por fin logró encontrarla.

Recuerda que había terminado la temporada de capturas del pez pajarito, en el mes de mayo, cuando un pescador le facilitó una panga, que acondicionó para que pudiera vivir dentro de ella.

Precisamente, las fuertes precipitaciones hicieron que colocará a la pequeña embarcación un camper o toldo, que ha servido para que no se moje lo que hay en su interior.

Y es que, en ese reducido espacio, Gregorio se las ha ingeniado para vivir ahí como si fuera una casa, donde come, duerme y disfruta el pasar de los días frente al mar.

Las creaciones de Goyo son demandas por el turismo que llega al puerto. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Recuerda que antes de habitar su “llamativo” hogar, tenía problemas con la presencia de malvivientes, que afortunadamente fueron desapareciendo del área.

El mantener un lugar limpio de basura e iluminado, aseguró, ha sido factor para que los vagos de la zona se retiraran a otros puntos.

Había un grupito al que llamaban el Escuadrón de la Muerte, el cual estaba conformado por indigentes, que se la pasaban drogándose o tomando alcohol y pues eso daba un mal aspecto, pero eso ya se acabó.

Gregorio Cervantes

Goyo recuerda que antes el lugar era un basurero y hoy se encuentra limpio, ya que desde temprana hora retira los desechos que los paseantes o que el mismo mar regresa a la playa.

Eterno pescador

Antes de confeccionar sus creaciones, que posteriormente ofrece al turista entre los 20 y 150 pesos, el artista recuerda sus habilidades de pescador, oficio que le ha permitido sobrevivir al momento que no cuenta con recursos para adquirir alimentos.

Una panga fue habilitada por el pescador como su hogar. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Y es que después de barrer alrededor de 20 metros a la redonda de playa, el hombre se introduce al mar para obtener los más ricos manjares que le permitan tener un suculento desayuno.

Una noche antes, menciona, se encarga de instalar un chinchorro en la bahía de playa Norte, que le permite capturar especies marinas como mojarras, sábalos, gallos y pargos.

Con una salsa mexicana, limón y tortillas, el pescador por las mañanas consume lo que le brinda la madre naturaleza, para enseguida iniciar con sus actividades comerciales.

Sus obras

Mientras limpia caracoles, Gregorio muestra sus creencias religiosas a través de las mismas obras que crea, y que posteriormente vende a turistas nacionales y extranjeros.

Una cruz de yeso, que es resaltada con conchitas, arena y piedra de colores, es tan sólo una de sus creaciones que coloca a la orilla de la avenida, para que sea admirada por los paseantes que no dudan en preguntar por su costo.

Por ese cuadro yo pido 300 pesos, y sé que lo voy a vender y con ese dinero una parte la dedico a mi familia y el resto a la renovación de los instrumentos que necesito en mi trabajo.

Gregorio Cervantes

La disecación de especies marinas, asegura, es otra de las labores que realiza, como son el pez globo, el pez diablo o erizos, donde la misma naturaleza se encarga de “ayudarlo” en dicho proceso.

A echarle ganas

El comerciante reconoce que es un sacrificio estar alejado de la familia, pese a que viven en la misma ciudad, lo cual se tiene que dar para evitar que su casa-panga sufra algún robo, pese a que, asegura, hay mucha seguridad por la zona.

Mientras se acerca la temporada de capturas de pez pajarito, comenta, continuará con su labor en la venta de artesanías confeccionadas con lo que le proporciona el mar.

Es que sólo así con lo que me pagan por lo que vendo cerca de la playa, es como logro llevarle dinero a mi mujer, para así sacar adelante en sus estudios a nuestros dos hijos.

Gregorio Cervantes

En esta temporada de invierno, ‘Goyo’ augura buenas ventas tras el arribo de turistas que desean llevarse un pedacito de Mazatlán, a través de las creaciones que él hace.

DATOS

12 años tiene Don Goyo en Mazatlán.

9 meses lleva viviendo en una panga en Playa Norte.

DISECA ESPECIES MARINAS

Don Goyo también diseca especies marinas, como el pez globo, el pez diablo o erizos.



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Mazatlán, Sin. - Para Gregorio Cervantes, los avances tecnológicos sobran al momento de querer sobrevivir con todo lo que hay alrededor, con todo lo que le puede ofrecer la naturaleza al ser humano.

Hace 12 años salió de Huatulco, municipio de Oaxaca, donde se dedicó a la pesca, oficio que actualmente desempeña junto con otras actividades que lo trajeron hasta Mazatlán.

Y es precisamente en la Perla del Pacífico donde el trabajador del mar no pudo olvidar sus raíces, tras reafirmar la conexión que tiene con el agua salada, medio que ha sido su sostén en los últimos nueve meses.

Al experimentado pescador, cuya edad no va más allá de los 50 años, lo acompaña su esposa y dos hijos, uno de preescolar y el otro de preparatoria, y que decidieron acompañarlo en el cambio de residencia.

Durante todo el tiempo que ha vivido en el municipio ha trabajado de todo, hasta de promotor turístico, un oficio que le gusta, por la promoción que le da a la ciudad, así como el contacto que tiene con el visitante.

Trabajé muchos años de promotor turístico en el Mayan Palace, además de que trabajé de vendedor de boletos para la Isla de la Piedra, que son los traslados que realizan los lancheros de Mazatlán al pueblo.

Gregorio Cervantes

Pese a las diferentes “chambas” que Don Goyo ha tenido durante su estancia en la Tierra de Venados, el mar llamó poderosamente su atención, como ocurrió en su infancia.

Y es que, a través de la bahía mazatleca, el oaxaqueño, pero mazatleco de corazón, ha podido hacerse de insumos que le permiten crear artesanías que son muy gustadas por el turismo extranjero.

Desde una conchita hasta el cuerpo de un cangrejo muerto, son piezas que le sirven para poder realizar lo que para él son una auténtica obra de arte marina.

Botellas de plástico o vidrio que junta en la playa son parte fundamental de sus creaciones, que posteriormente ofrece a los turistas en el Paseo Claussen.

Sus obras son realizadas con lo que el mar le otorga todos los días. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Una casa original

Lo alejado de su hogar, orilló al “artista” a buscar una vivienda que estuviera más cerca de su fuente de trabajo, y después de tanto preguntar por fin logró encontrarla.

Recuerda que había terminado la temporada de capturas del pez pajarito, en el mes de mayo, cuando un pescador le facilitó una panga, que acondicionó para que pudiera vivir dentro de ella.

Precisamente, las fuertes precipitaciones hicieron que colocará a la pequeña embarcación un camper o toldo, que ha servido para que no se moje lo que hay en su interior.

Y es que, en ese reducido espacio, Gregorio se las ha ingeniado para vivir ahí como si fuera una casa, donde come, duerme y disfruta el pasar de los días frente al mar.

Las creaciones de Goyo son demandas por el turismo que llega al puerto. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Recuerda que antes de habitar su “llamativo” hogar, tenía problemas con la presencia de malvivientes, que afortunadamente fueron desapareciendo del área.

El mantener un lugar limpio de basura e iluminado, aseguró, ha sido factor para que los vagos de la zona se retiraran a otros puntos.

Había un grupito al que llamaban el Escuadrón de la Muerte, el cual estaba conformado por indigentes, que se la pasaban drogándose o tomando alcohol y pues eso daba un mal aspecto, pero eso ya se acabó.

Gregorio Cervantes

Goyo recuerda que antes el lugar era un basurero y hoy se encuentra limpio, ya que desde temprana hora retira los desechos que los paseantes o que el mismo mar regresa a la playa.

Eterno pescador

Antes de confeccionar sus creaciones, que posteriormente ofrece al turista entre los 20 y 150 pesos, el artista recuerda sus habilidades de pescador, oficio que le ha permitido sobrevivir al momento que no cuenta con recursos para adquirir alimentos.

Una panga fue habilitada por el pescador como su hogar. Foto: José Luis Rodríguez|El Sol de Mazatlán

Y es que después de barrer alrededor de 20 metros a la redonda de playa, el hombre se introduce al mar para obtener los más ricos manjares que le permitan tener un suculento desayuno.

Una noche antes, menciona, se encarga de instalar un chinchorro en la bahía de playa Norte, que le permite capturar especies marinas como mojarras, sábalos, gallos y pargos.

Con una salsa mexicana, limón y tortillas, el pescador por las mañanas consume lo que le brinda la madre naturaleza, para enseguida iniciar con sus actividades comerciales.

Sus obras

Mientras limpia caracoles, Gregorio muestra sus creencias religiosas a través de las mismas obras que crea, y que posteriormente vende a turistas nacionales y extranjeros.

Una cruz de yeso, que es resaltada con conchitas, arena y piedra de colores, es tan sólo una de sus creaciones que coloca a la orilla de la avenida, para que sea admirada por los paseantes que no dudan en preguntar por su costo.

Por ese cuadro yo pido 300 pesos, y sé que lo voy a vender y con ese dinero una parte la dedico a mi familia y el resto a la renovación de los instrumentos que necesito en mi trabajo.

Gregorio Cervantes

La disecación de especies marinas, asegura, es otra de las labores que realiza, como son el pez globo, el pez diablo o erizos, donde la misma naturaleza se encarga de “ayudarlo” en dicho proceso.

A echarle ganas

El comerciante reconoce que es un sacrificio estar alejado de la familia, pese a que viven en la misma ciudad, lo cual se tiene que dar para evitar que su casa-panga sufra algún robo, pese a que, asegura, hay mucha seguridad por la zona.

Mientras se acerca la temporada de capturas de pez pajarito, comenta, continuará con su labor en la venta de artesanías confeccionadas con lo que le proporciona el mar.

Es que sólo así con lo que me pagan por lo que vendo cerca de la playa, es como logro llevarle dinero a mi mujer, para así sacar adelante en sus estudios a nuestros dos hijos.

Gregorio Cervantes

En esta temporada de invierno, ‘Goyo’ augura buenas ventas tras el arribo de turistas que desean llevarse un pedacito de Mazatlán, a través de las creaciones que él hace.

DATOS

12 años tiene Don Goyo en Mazatlán.

9 meses lleva viviendo en una panga en Playa Norte.

DISECA ESPECIES MARINAS

Don Goyo también diseca especies marinas, como el pez globo, el pez diablo o erizos.



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