Mazatlán, Sin.- Hablar de la familia Orbe en Mazatlán, es el pensar en gente que lleva marcado el baloncesto, pues el pilar de ella, es Roberto Orbe, un jugador que es un “viejo delfín de mar”, que todavía da guerra en las duelas porteñas.
Ya se sea, como árbitro, jugador y hasta directivo, Orbe ha sabido cómo sacarle provecho al deporte que tanto le apasiona, ya que de lunes a lunes se les puede ver por las canchas de basket, el cual ha sido su vida.
Roberto, desde muy pequeño imaginó que podría ser un destacado jugador de basket, ya que él siempre se inclinó por el beisbol, deporte que desempeño hasta los 13 años en los campos del Club Deportivo Muralla.
“A mí me paso algo bien chistoso, porque yo era beisbolista de corazón, mi papá fallece y me invitaron a jugar basketball por parte de la señora Martínez, quien es la que vende quinielas en el Estadio me invitaron a entrenar y me vieron facultades para desempeñarme eso”, relata Orbe.
Para la fortuna de Orbe, en la época que comenzó a jugar baloncesto, fue una de las épocas de oro del deporte en el puerto, pues inspirados por Jorge Peña y Miguel Pasillos muchos de esa generación lograron cosas interesantes.
“Yo me motivé a jugar más cuando iba a la Germán Evers a ver a Miguel Pasillos y Jorge Peña, que para mí son los mejores jugadores que ha dado Mazatlán, con esa inspiración fui invitado a un selección de Mazatlán con el profesor Montes, jugué en el Estatal, pero para el nacional me cortó y no pude ir”.
Desilusionado tras ser cortado, Orbe se propuso a ser el mejor, ya que en su etapa de estudiante, fue creciendo en lo deportivo, hasta llegar a ser uno de los referentes del baloncesto de los 90’s y principios de los 2000’s.
“Yo fui creciendo, dije jamás me vuelven a cortar de una selección, jugué en la secundaria, en la prepa en el Colegio Pacífico, donde comenzamos a competir con el señor Sergio Pacheco y nosotros le decíamos el abuelo, porque nos traía en la escuela y en el basket”.
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“Me tocó ser parte de un nacional y ser parte de una selección muy buena para mí de grandes jugadores como Horacio Llamas, Francisco González, Omar Sánchez, José Luis Ramírez, en la banca estaba Mauricio García, Omar López, Tomás Canizalez y en el estatal pasamos sin problemas ganando por más de 20 puntos y así nos fuimos hasta el nacional”, destacó.
Después de eso Orbe, comenzó a jugar baloncesto en nivel universitario con la Universidad Autónoma de Sinaloa, pero jamás pudo ganar un título, ya que eran vencidos por universidades domo la UABC.
“Estuve recibiendo invitaciones a jugar a Culiacán, yo he tenido la fortuna de estar con grandes jugadores de Mazatlán y estar con varios, como Jorge Peña, Jaime Lira, Hilario Cazarez, Vicente Galarza, Hellmut Urías y siempre tuve la fortuna de jugar en categorías más grande que la mía”, resalta.
SU PASÓ POR CIBACOPA
En el regresó de la segunda etapa del Circuito de Baloncesto de la Costa del Pacífico, Roberto Orbe fue uno de los primeros en levantar la mano, para ser parte de la franquicia de Delfines de Mazatlán.
“Nos tocó ser parte del regreso del CIBACOPA, jugar de visita en Culiacán, me acuerdo que en esa quinteta estaba Héctor Ibáñez, el tripas, dos americanos y yo. Aunque no está en libros eso, yo tuve la dicha de meter la primera canasta en el regreso del Cibacopa, el que vio el juego se acuerda”.
“Después me lesioné y volví a jugar, pero ahí estuve en Delfines, el camello me invitó a jugar otra vez, yo tenía muy buen nivel en la Primera Fuerza, pero tenía ya 34 años y acepté mi rol y mi recambio y si me tocó jugar con ellos, con Patricio García, Marco Chávez, Ron Selleaze y son de esas cosas que te deja el básquet, no, muchas amistades”.
Orbe continúa jugando basket en la categoría Veteranos y está a nada de brincar a la máster, “Pues juego, pero ya no es la misma, pero aquí seguimos todavía y espero prepararme más para seguir jugando”.
Roberto, ha tenido trabajo como entrenador, en algunos colegios, pero el estar de arbitro y ahora como Director Deportivo de Delfines ha hecho que se enfoque en otra cosa y gracias apoyo de su familia, sigue adelante con el deporte.
Una de sus hijas, está con el legado Orbe dentro de las canchas y el más pequeño entrena con la escuelita de Delfines de Mazatlán, donde espera que el apellido Orbe siga sonando dentro de las duelas.
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