Mazatlán, Sin.- El escritor mazatleco Samuel Parra realiza una jugada arriesgada al apostarle a moverse del género negro con tintes de neo policial, a una fusión de lo policial con lo fantástico en su nueva novela "Por la Ciudad en Alas de Ángel".
Un thriller literario que mezcla el género de novela policiaca y el realismo sucio, obra con la que arranca la saga "Hell Doves", una serie de seis libros que desencadenan una tétrica maquinaria oculta en México desde los años 70 del Siglo XX.
"La obra incorpora a la constelación de investigadores de lo paranormal “Hell Doves”, un grupo extraño y bizarro cuyo líder es el Detective Walfredo Rondán, un hombre soez, ácido, adicto a las emociones fuertes que provocan las invocaciones satánicas", contó el autor.
El género novelístico menciona el escritor, se transforma en una herramienta de intervención social, de compromiso, un punto de inflexión de la narrativa de crímenes con la denuncia de las desigualdades, del racismo, de los sistemas dictatoriales y del juego sucio del Estado: los escritores se convierten en cronistas y denuncian injusticias de todo tipo
Este proyecto pretende revolucionar el género en Sinaloa centrado, no solo en la crítica social, sino en la fusión de historias y lo políticamente incorrecto al abordar en su trama crímenes de odio contra la comunidad LGBTTTIQ, secuestros, asesinatos y rituales satánicos.
"La literatura homosexual, introduce en las letras mexicanas la búsqueda de una nueva identidad amorosa. De acuerdo con algunos críticos, es una literatura audaz, que reclama espacios a la sociedad para establecer relaciones amorosas alternativas. Es una crítica valerosa y radical del rechazo social, que refleja una toma de posición irreversible. El desarrollo de la literatura homosexual en México ha sido lento, sin embargo, se ha considerado como un acontecimiento literario y sociológico de gran importancia", explicó.
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Esta línea literaria agrega, existe desde hace décadas; ya a principios del siglo XX se dieron algunos indicios velados en este sentido.
"Abordo el tema de la Comunidad LGBT porque en la literatura el cuerpo del homosexual tiene un lenguaje corporal diferente, el intercambio de miradas es suficiente, es la contraseña segura e inequívoca. Aunque la inmensa mayoría pasa desapercibida, una pequeña insinuación de un ademán lo delata, un gesto basta. En ocasiones el homosexual hace alarde de una gestualidad masculina exacerbada como parte del ritual del cortejo y del ocultamiento del verdadero deseo. El libro es un amante más… muy peligroso", añadió.
La trama se desarrolla en el puerto, aquí el factor tiempo tiene una cadena valor muy fuerte porque la saga se contará en seis libros que se desarrollarán entre el Distrito Federal, Tuxpan, Veracruz; Tijuana Europa y al final de regreso a Mazatlán.
El escritor Alejandro Paniagua Anguiano, fue el responsable de redactar el prólogo de la novela; destaca la imaginación colosal del escritor mazatleco, el lenguaje arrabalero, tan característico del mazatleco, para describir una historia cruda, donde el caos es lo único seguro.
"Lo que más me sorprendió de la novela fue, sin duda, la imaginación colosal, cabrona, potente, delirante e impredecible del autor. Su trabajo literario es una verdadera locura. Me pareció una bocanada de aire fresco su libertad para escribir, su bello desparpajo; el autor sabe decir, con precisión y armonía, todo lo que se le da su chingada gana. Es capaz de convertir su total desvergüenza en una literatura impregnada de poderí", se lee en el prólogo.
Algo también destacado de la obra es que se mezcla la Lengua Materna Mayo Yoreme, aunque la novela se centra en las peripecias del Detective Walfredo Rondán, que es un tipo sucio para hablar y actuar, todo el peso y riqueza del lenguaje Yoreme recae en un niño que carga con un dolor muy fuerte.
"Mi primer acercamiento con la lengua Yoreme fue en la primaria, cuando nos llevaron a un recorrido al Museo Arqueológico de Mazatlán y es curioso que, uno de los personajes de mi novela, es director de dicho museo", comentó.
Existen dos personajes antagónicos, el primero es un niño menor de quince años, se llama Julián, él es adoptado por dos hombres, es decir un matrimonio gay; uno de los padres trabaja como director del Museo Arqueológico de Mazatlán, poco a poco le enseña esta lengua a su hijo cuyo origen tiene un pasado perturbador.
El matrimonio lo conforman Martín Caballero y Raúl Paredes, el primero es policía, muere asesinado por efecto de un crimen de odio contra la comunidad LGBTTTIQ y aquí comienza la historia.
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