Mazatlán, Sin.- Desde el pasado lunes 16 de mayo arqueólogos del Centro INAH Sinaloa llevaron a cabo un rescate arqueológico en un sitio descubierto en las obras de pavimentación sobre la avenida del Delfín al norte de Mazatlán.
A través de un boletín de prensa se dió a conocer el hallazgo, luego de ser notificados por personal de la API, encargado de la obra, y de la empresa contratista; posteriormente se inició con los trabajos de investigación correspondientes.
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De acuerdo con el arqueólogo Joel Santos Ramírez, han sido pocos los sitios registrados en la zona urbana del puerto, la mayoría ha desaparecido por el crecimiento de la mancha urbana y lamentablemente, pocas veces son denunciados.
En el sitio donde se están llevando a cabo los trabajos de rescate corresponde a un montículo natural localizado en una zona de estuarios, cuerpos de agua parcialmente encerrados que se forman cuando las aguas dulces provenientes de ríos y quebradas fluyen hacia el océano y se mezclan con el agua salada del mar, cuya superficie fue aprovechada para establecer una ocupación.
"No es el único, es posible que en toda esta zona se hallen evidencias de un importante asentamiento prehispánico que desconocemos”, declaró Santos Ramírez.
CULTURA AZTATLÁN
En la época prehispánica Mazatlán estuvo poblado por una cultura que habitó cerca de los estuarios, se alimentaban de los recursos que en ellos existían, ahí mismo establecieron sus viviendas y también fueron enterrados, colocando como ofrendas vasijas de excelente calidad técnica en sus acabados.
Formaron parte de una amplia cultura que, de acuerdo con el arqueólogo Alfonso Grave, se desarrolló a partir del año 900 d. C. y que coincide con el mayor desarrollo social, económico y político del sur de Sinaloa y norte de Nayarit, época que es conocida en la literatura arqueológica como Horizonte Aztatlán.
¿QUÉ SE HA ENCONTRADO?
En el sitio se encontró una pipa Aztatlán y dos vasijas completas aunque fragmentadas, así como restos óseos de enterramientos en mal estado de conservación. La cerámica encontrada es de excelente calidad técnica, ubicada en la fase Acaponeta (900-1100/1200 d. C.)
Los trabajos concluyeron este fin de semana con apenas una aproximación del sitio, pues lamentablemente el INAH no cuenta con los recursos para continuar con la exploración, por lo que se tratará de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para proteger el sitio y retomar los trabajos en un futuro próximo.
PARA SABER
Al frente de los trabajos de campo estuvieron la arqueóloga Paola Martínez Delgadillo y el técnico en restauración Eduardo Núñez Montesinos, coordinados por el arqueólogo Víctor Joel Santos Ramírez.