/ jueves 30 de abril de 2020

Usar o no usar cubrebocas, Esa es la cuestión


“Y la gente se quedaba en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansó e hizo ejercicios. E hizo arte y jugó. Y aprendió nuevas formas de ser. Y se detuvo. Y escuchó más profundamente. Alguien meditó. Alguien rezó. Alguien estaba bailando. Alguien se encontró con su sombra. Y la gente comenzó a pensar diferente. Y la gente sanó. Y hubo ausencia de personas que vivían en una peligrosa

ignorancia…” (Kitty O’Meara - 2020)

En últimos días se han desatado polémica y controversia con respecto al uso de cubrebocas y son protagonizadas por instituciones, científicos, mandatarios y políticos de muchos países y estados. Al inicio los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) mencionaban que no tenían datos para hacer la recomendación. Actualmente los CDC,recomienda que las personas usen cubrebocas (incluso si son aparentemente sanas) cuando salen a lugares en donde es difícil mantener la distancia con otras personas.

Un hecho clave en la discusión sobre el uso o no uso del cubrebocas es que se han detectado virus en pequeñas partículas de aerosol en los casos de influenza, rinovirus y coronavirus. Sabemos que el COVID se puede transmitir por gotas con virus de los estornudos de personas enfermas.

Podemos ver que las personas usan diversos tipos de cubrebocas tales como los quirúrgicos, las máscaras n95, cubrebocas de tela (en algunas casos hechos en casa), paliacates y hasta caretas -algunas hechas de acetato- y debemos considerar que no todas las máscaras son iguales. Las especificaciones indican que la máscara N95 cubre herméticamente la cara, previene la propagación viral, y filtra el 95% de las partículas de 0.3 micras o más pequeñas e incluso se pueden limpiar y reutilizar. Pero están en grave escasez y se recomienda que las máscaras N95 se usen por los profesionales médicos; quienes están más expuestos a altos niveles de SARS-CoV-2 y requieren una mayor protección. Los cubrebocas quirúrgicos están escasos y por ello no se recomiendan para el público en general, estos tienen capas de polipropileno que son resistentes a la humedad pero no se ajustan bien a la cara. Se estima que aproximadamente el 70% del aire exterior corre a través de la máscara y aproximadamente el 30% viaja por los lados.

Respecto a ésto se han realizado diversos estudios; por ejemplo en uno examinó el efecto que tiene el uso de cubrebocas en la transmisión de coronavirus que causan resfriado común y se encontró que los cubrebocas son útiles para reducir la cantidad de virus que propaga una persona enferma. En otro estudio realizado con SARS-CoV-2 (realizado con cuatro pacientes), no se encontró algún efecto de los cubrebocas quirurgicos o de tela en la reducción de la propagación del virus. En otro estudio publicado en la revista Nature; se explica cómo se logró cuantificar la cantidad de virus que se puede encontrar en las gotas. Para esto se recolectaron muestras de 426 personas enfermas en dispositivos para obtener todo lo exhalado durante 30 minutos e identificar partículas de virus. En experimentos relacionados también se han identificado coronavirus humanos estacionales, virus de la gripe y rinovirus en el aliento exhalado y la tos de niños y adultos con enfermedad respiratoria aguda.

Se ha demostrado que los cubrebocas reducen la detección de ARN del virus de la influenza en gotas provenientes de vías respiratorias y ARN de coronavirus en aerosoles. Estos resultados indican que los cubrebocas quirúrgicos podrían prevenir o al menos reducir la transmisión de algunos virus.

También los estudios muestran que la mayoría de los hisopos del exterior de las máscaras de los pacientes fueron positivos para el coronavirus y la mayoría del interior fueron negativos. Los autores especulan que quizás los turbulentos chorros de aire provocados por la tos llevaron el virus hacia el exterior de la máscara, pero la explicación no fue muy satisfactoria.

En una entrevista para la revista Science; George Gao (Director general del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades), explicó que “No usar máscaras para protegerse contra el coronavirus es un 'gran error'.”

Toda esta evidencia respecto a los cubrebocas es la razón por la cual los funcionarios de salud pública generalmente no creen que usar una máscara evite que alguien contraiga un virus que se propagan en el medio ambiente. Los expertos concluyen que los cubrebocas pueden ayudar a evitar que las personas con COVID transmitan el virus sin saberlo. Los CDC, recomiendan el uso general de cubrebocas de tela; estos impiden alrededor del 2% del flujo de aire, permiten el flujo a los lados, pero carecen de capas que repelen la humedad.

El uso de cubrebocas se suma a las medidas de distancia física y lavado de manos no tocarse la cara entre otras mencionadas. Si una persona llega a toser o estornudar, el cubrebocas puede ser suficiente para contener esa carga de virus. Si no cubren del todo hay evidencia de que puede reducir los contagios, entonces hay que usarlos. Los cubrebocas de tela se pueden lavar y reciclar además se evita la generación de basura (cubrebocas contaminados) en las calles.

La propagación de las gotas juega un papel muy importante en la transmisión del virus. En mi opinión, debemos usar cubrebocas de tela o máscaras de acetato así nos protegemos, protegemos a los demás y no ocupamos el material necesario para el personal médico. Debemos usar protección porque cuando hablamos, salen gotas de la boca. Muchas personas tienen infecciones asintomáticas o presintomáticas – Caras vemos; COVID no sabemos -. Si usamos cubrebocas, podemos evitar que las gotas que transportan el virus e infecten a otros. Después de todo es el principio de la sana distancia

Es muy importa enfatizar que no podemos confiarnos y olvidar las demás recomendaciones. Debemos mantener un distanciamiento físico, lavarnos las manos y evitar tocarnos la cara.

Los cubrebocas de tela y las caretas de acetato hechos de artículos para el hogar o hechos en casa con materiales comunes a bajo costo, son una muy buena opción como una medida de salud pública voluntaria adicional. En 1985 cuando surgió el VIH se recomendó el uso del condón para evitar el contagio y propagación del virus. En 2020 el cubrebocas protege parte del rostro y es útil. No se ha evaluado pero tal vez el uso de las caretas es una mejor opción.

“Sin sentido y sin corazón, Incluso la tierra comenzó a sanar. Y cuando el peligro terminó. Y las personas se encontraron. Lloraron por los muertos. Y tomaron nuevas decisiones…Y soñaron con nuevas visiones. Y crearon nuevas formas de vida. Y curaron completamente la tierra. Justo cuando fueron sanados.” (Kitty O’Meara – 2020).


“Y la gente se quedaba en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansó e hizo ejercicios. E hizo arte y jugó. Y aprendió nuevas formas de ser. Y se detuvo. Y escuchó más profundamente. Alguien meditó. Alguien rezó. Alguien estaba bailando. Alguien se encontró con su sombra. Y la gente comenzó a pensar diferente. Y la gente sanó. Y hubo ausencia de personas que vivían en una peligrosa

ignorancia…” (Kitty O’Meara - 2020)

En últimos días se han desatado polémica y controversia con respecto al uso de cubrebocas y son protagonizadas por instituciones, científicos, mandatarios y políticos de muchos países y estados. Al inicio los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) mencionaban que no tenían datos para hacer la recomendación. Actualmente los CDC,recomienda que las personas usen cubrebocas (incluso si son aparentemente sanas) cuando salen a lugares en donde es difícil mantener la distancia con otras personas.

Un hecho clave en la discusión sobre el uso o no uso del cubrebocas es que se han detectado virus en pequeñas partículas de aerosol en los casos de influenza, rinovirus y coronavirus. Sabemos que el COVID se puede transmitir por gotas con virus de los estornudos de personas enfermas.

Podemos ver que las personas usan diversos tipos de cubrebocas tales como los quirúrgicos, las máscaras n95, cubrebocas de tela (en algunas casos hechos en casa), paliacates y hasta caretas -algunas hechas de acetato- y debemos considerar que no todas las máscaras son iguales. Las especificaciones indican que la máscara N95 cubre herméticamente la cara, previene la propagación viral, y filtra el 95% de las partículas de 0.3 micras o más pequeñas e incluso se pueden limpiar y reutilizar. Pero están en grave escasez y se recomienda que las máscaras N95 se usen por los profesionales médicos; quienes están más expuestos a altos niveles de SARS-CoV-2 y requieren una mayor protección. Los cubrebocas quirúrgicos están escasos y por ello no se recomiendan para el público en general, estos tienen capas de polipropileno que son resistentes a la humedad pero no se ajustan bien a la cara. Se estima que aproximadamente el 70% del aire exterior corre a través de la máscara y aproximadamente el 30% viaja por los lados.

Respecto a ésto se han realizado diversos estudios; por ejemplo en uno examinó el efecto que tiene el uso de cubrebocas en la transmisión de coronavirus que causan resfriado común y se encontró que los cubrebocas son útiles para reducir la cantidad de virus que propaga una persona enferma. En otro estudio realizado con SARS-CoV-2 (realizado con cuatro pacientes), no se encontró algún efecto de los cubrebocas quirurgicos o de tela en la reducción de la propagación del virus. En otro estudio publicado en la revista Nature; se explica cómo se logró cuantificar la cantidad de virus que se puede encontrar en las gotas. Para esto se recolectaron muestras de 426 personas enfermas en dispositivos para obtener todo lo exhalado durante 30 minutos e identificar partículas de virus. En experimentos relacionados también se han identificado coronavirus humanos estacionales, virus de la gripe y rinovirus en el aliento exhalado y la tos de niños y adultos con enfermedad respiratoria aguda.

Se ha demostrado que los cubrebocas reducen la detección de ARN del virus de la influenza en gotas provenientes de vías respiratorias y ARN de coronavirus en aerosoles. Estos resultados indican que los cubrebocas quirúrgicos podrían prevenir o al menos reducir la transmisión de algunos virus.

También los estudios muestran que la mayoría de los hisopos del exterior de las máscaras de los pacientes fueron positivos para el coronavirus y la mayoría del interior fueron negativos. Los autores especulan que quizás los turbulentos chorros de aire provocados por la tos llevaron el virus hacia el exterior de la máscara, pero la explicación no fue muy satisfactoria.

En una entrevista para la revista Science; George Gao (Director general del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades), explicó que “No usar máscaras para protegerse contra el coronavirus es un 'gran error'.”

Toda esta evidencia respecto a los cubrebocas es la razón por la cual los funcionarios de salud pública generalmente no creen que usar una máscara evite que alguien contraiga un virus que se propagan en el medio ambiente. Los expertos concluyen que los cubrebocas pueden ayudar a evitar que las personas con COVID transmitan el virus sin saberlo. Los CDC, recomiendan el uso general de cubrebocas de tela; estos impiden alrededor del 2% del flujo de aire, permiten el flujo a los lados, pero carecen de capas que repelen la humedad.

El uso de cubrebocas se suma a las medidas de distancia física y lavado de manos no tocarse la cara entre otras mencionadas. Si una persona llega a toser o estornudar, el cubrebocas puede ser suficiente para contener esa carga de virus. Si no cubren del todo hay evidencia de que puede reducir los contagios, entonces hay que usarlos. Los cubrebocas de tela se pueden lavar y reciclar además se evita la generación de basura (cubrebocas contaminados) en las calles.

La propagación de las gotas juega un papel muy importante en la transmisión del virus. En mi opinión, debemos usar cubrebocas de tela o máscaras de acetato así nos protegemos, protegemos a los demás y no ocupamos el material necesario para el personal médico. Debemos usar protección porque cuando hablamos, salen gotas de la boca. Muchas personas tienen infecciones asintomáticas o presintomáticas – Caras vemos; COVID no sabemos -. Si usamos cubrebocas, podemos evitar que las gotas que transportan el virus e infecten a otros. Después de todo es el principio de la sana distancia

Es muy importa enfatizar que no podemos confiarnos y olvidar las demás recomendaciones. Debemos mantener un distanciamiento físico, lavarnos las manos y evitar tocarnos la cara.

Los cubrebocas de tela y las caretas de acetato hechos de artículos para el hogar o hechos en casa con materiales comunes a bajo costo, son una muy buena opción como una medida de salud pública voluntaria adicional. En 1985 cuando surgió el VIH se recomendó el uso del condón para evitar el contagio y propagación del virus. En 2020 el cubrebocas protege parte del rostro y es útil. No se ha evaluado pero tal vez el uso de las caretas es una mejor opción.

“Sin sentido y sin corazón, Incluso la tierra comenzó a sanar. Y cuando el peligro terminó. Y las personas se encontraron. Lloraron por los muertos. Y tomaron nuevas decisiones…Y soñaron con nuevas visiones. Y crearon nuevas formas de vida. Y curaron completamente la tierra. Justo cuando fueron sanados.” (Kitty O’Meara – 2020).