/ lunes 7 de diciembre de 2020

Urge detener la muerte de empresas

El pasado 2 de diciembre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta sobre el Impacto Generado por la covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE, segunda edición) y el Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020, con números que si bien ya esperábamos en negativo, resultaron sumamente preocupantes.

Cabe señalar que el levantamiento de información fue del 1 de septiembre al 16 de octubre de 2020, con una muestra de 5671 empresas grandes y mipymes del país con instalaciones fijas que realizan actividades económicas correspondientes al sector industrial (minería, electricidad, suministro de agua y gas, construcción y manufacturas), así como comercio y servicios (incluye transportes).

De la gran cantidad de datos, de la ECOVID-IE podemos resaltar los siguientes números: la disminución de los ingresos es el principal tipo de afectación que reportaron 79.2% de las empresas. En la primera edición (en abril), la proporción fue de 85.1%. El 51.2% de las empresas reportaron una baja en la demanda, mientras que en la primera edición fue de 67.6%.

La encuesta estima que el porcentaje de empresas que aplicaron cierres temporales o paros técnicos se ubica en 23.1%, cifra menor que el porcentaje registrado en la primera edición, en la que 59.6% de las empresas los realizaron.

La proporción de empresas que recibieron apoyos oficiales fue de 5.9%, mientras que el 94.1% restante no recibió́ ningún tipo de apoyo durante agosto. En la primera edición, el 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo durante abril, mientras que el 92.2% no recibió́ ayuda de ninguna índole en el mismo periodo.

La encuesta arroja que las empresas consideran que la política de apoyo que más se requiere para hacer frente a la pandemia es aquella relacionada con los apoyos fiscales: el 61.3% para la segunda edición y el 61.2% para la primera.

En lo que respecta al Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020, este documento nos brinda información sobre el panorama nacional de los establecimientos micro, pequeños y medianos que realizan actividades manufactureras, comerciales y de servicios privados no financieros que sobrevivieron, nacieron y murieron a 17 meses de concluidos los censos económicos de 2019.

Según el INEGI, de los 4.9 millones de establecimientos del sector privado y paraestatal registrados en los censos económicos 2019, el 99.8% pertenecen al conjunto de establecimientos considerados micro, pequeños y medianos.

Y sin lugar a dudas, el dato más preocupante que nos arroja el reporte del INEGI es que de esos 4.9 millones de establecimientos sólo han logrado sobrevivir a la pandemia del covid-19 un total de 3.9 millones, que representan el 79.19%. Esto significa que el 20.82% de los establecimientos han cerrado sus puertas definitivamente; estamos hablando de 1,010, 857 establecimientos. Es verdaderamente alarmante.

De acuerdo con la más importante institución generadora de información oficial, en estos establecimientos que dejaron de operar de manera definitiva laboraban casi tres millones de personas.

El diseño del EDN 2020 también nos permite conocer los resultados por entidad federativa, con lo cual se muestra que la mayor proporción de nacimientos de unidades económicas se ha dado en Tlaxcala, con el 19.31% de establecimientos nuevos, mientras que en Quintana Roo se dio la menor proporción, con el7.67%, respecto a los que existían en 2019. Para el caso de Sinaloa, el porcentaje de nuevos establecimientos asciende al 9.64.

Respecto a las muertes de establecimientos, el INEGI reporta que en el estado de Quintana Roo se dio la mayor proporción de establecimientos que cerraron definitivamente (31.88%), mientras que en Oaxaca cerraron el 13.70%, siendo esta la entidad con la menor proporción de muertes respecto a los establecimientos existentes en 2019. Sinaloa, lamentablemente, tiene uno de los porcentajes más altos de establecimientos cerrados o “muertos” por covid-19: el 27.7%; es el sexto peor lugar.

Como lo dicen los propios empresarios encuestados, el mayor requerimiento al gobierno eran esquemas de apoyo fiscal para sortear la crisis, pero el gobierno ha optado por refugiarse en sus principales programas sociales. Penosamente, el dinero de los programas sociales no podrá compensar pronto la destrucción del empleo y la nueva pobreza que está dejando la crisis.

Como ha cuestionado el director en jefe de El Economista, Luis Miguel Aguilar: “¿Cuántas empresas más cerrarán? ¿Qué se puede hacer para reducir la mortandad? ¿A quién corresponde asumir el liderazgo?” (4 de diciembre de 2020). Lo cierto es que urge detener esta inercia que implica el cierre de 3000 empresas diarias. Nunca como hoy es más vigente la necesaria sinergia de ideas y esfuerzos entre los sectores público, privado y social. Y recordar que la mejor política social, de cualquier gobierno, es propiciar la generación de empleos bien pagados.

Gracias, y si pueden, quédense en casa.

El pasado 2 de diciembre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta sobre el Impacto Generado por la covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE, segunda edición) y el Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020, con números que si bien ya esperábamos en negativo, resultaron sumamente preocupantes.

Cabe señalar que el levantamiento de información fue del 1 de septiembre al 16 de octubre de 2020, con una muestra de 5671 empresas grandes y mipymes del país con instalaciones fijas que realizan actividades económicas correspondientes al sector industrial (minería, electricidad, suministro de agua y gas, construcción y manufacturas), así como comercio y servicios (incluye transportes).

De la gran cantidad de datos, de la ECOVID-IE podemos resaltar los siguientes números: la disminución de los ingresos es el principal tipo de afectación que reportaron 79.2% de las empresas. En la primera edición (en abril), la proporción fue de 85.1%. El 51.2% de las empresas reportaron una baja en la demanda, mientras que en la primera edición fue de 67.6%.

La encuesta estima que el porcentaje de empresas que aplicaron cierres temporales o paros técnicos se ubica en 23.1%, cifra menor que el porcentaje registrado en la primera edición, en la que 59.6% de las empresas los realizaron.

La proporción de empresas que recibieron apoyos oficiales fue de 5.9%, mientras que el 94.1% restante no recibió́ ningún tipo de apoyo durante agosto. En la primera edición, el 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo durante abril, mientras que el 92.2% no recibió́ ayuda de ninguna índole en el mismo periodo.

La encuesta arroja que las empresas consideran que la política de apoyo que más se requiere para hacer frente a la pandemia es aquella relacionada con los apoyos fiscales: el 61.3% para la segunda edición y el 61.2% para la primera.

En lo que respecta al Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2020, este documento nos brinda información sobre el panorama nacional de los establecimientos micro, pequeños y medianos que realizan actividades manufactureras, comerciales y de servicios privados no financieros que sobrevivieron, nacieron y murieron a 17 meses de concluidos los censos económicos de 2019.

Según el INEGI, de los 4.9 millones de establecimientos del sector privado y paraestatal registrados en los censos económicos 2019, el 99.8% pertenecen al conjunto de establecimientos considerados micro, pequeños y medianos.

Y sin lugar a dudas, el dato más preocupante que nos arroja el reporte del INEGI es que de esos 4.9 millones de establecimientos sólo han logrado sobrevivir a la pandemia del covid-19 un total de 3.9 millones, que representan el 79.19%. Esto significa que el 20.82% de los establecimientos han cerrado sus puertas definitivamente; estamos hablando de 1,010, 857 establecimientos. Es verdaderamente alarmante.

De acuerdo con la más importante institución generadora de información oficial, en estos establecimientos que dejaron de operar de manera definitiva laboraban casi tres millones de personas.

El diseño del EDN 2020 también nos permite conocer los resultados por entidad federativa, con lo cual se muestra que la mayor proporción de nacimientos de unidades económicas se ha dado en Tlaxcala, con el 19.31% de establecimientos nuevos, mientras que en Quintana Roo se dio la menor proporción, con el7.67%, respecto a los que existían en 2019. Para el caso de Sinaloa, el porcentaje de nuevos establecimientos asciende al 9.64.

Respecto a las muertes de establecimientos, el INEGI reporta que en el estado de Quintana Roo se dio la mayor proporción de establecimientos que cerraron definitivamente (31.88%), mientras que en Oaxaca cerraron el 13.70%, siendo esta la entidad con la menor proporción de muertes respecto a los establecimientos existentes en 2019. Sinaloa, lamentablemente, tiene uno de los porcentajes más altos de establecimientos cerrados o “muertos” por covid-19: el 27.7%; es el sexto peor lugar.

Como lo dicen los propios empresarios encuestados, el mayor requerimiento al gobierno eran esquemas de apoyo fiscal para sortear la crisis, pero el gobierno ha optado por refugiarse en sus principales programas sociales. Penosamente, el dinero de los programas sociales no podrá compensar pronto la destrucción del empleo y la nueva pobreza que está dejando la crisis.

Como ha cuestionado el director en jefe de El Economista, Luis Miguel Aguilar: “¿Cuántas empresas más cerrarán? ¿Qué se puede hacer para reducir la mortandad? ¿A quién corresponde asumir el liderazgo?” (4 de diciembre de 2020). Lo cierto es que urge detener esta inercia que implica el cierre de 3000 empresas diarias. Nunca como hoy es más vigente la necesaria sinergia de ideas y esfuerzos entre los sectores público, privado y social. Y recordar que la mejor política social, de cualquier gobierno, es propiciar la generación de empleos bien pagados.

Gracias, y si pueden, quédense en casa.