/ viernes 11 de octubre de 2024

Trópicos Subterráneos | “Yo Amo Mazatlán”: lo presumible cierto

Cada vez más es más cargada la recargada en el desarrollo inmobiliario turístico, y con el MazatlArt: “Yo Amo a Mazatlán”, una propuesta-decorativa urbana, “estética y cultural”, patrocinada por el buen Amado Guzmán en la barda del Recinto Fiscal, avenida Barragán y Alemán, uno no se puede perder con la señalética del casco céntrico con el cascajo periférico que se recicla hasta con las luminarias, las basuras y las aguas negras que es lo presumible cierto con lo que se hace, se deshace y se rehace estética y culturalmente en lo marismeño-mazatleco.

Hace dos colaboraciones observé lo siguiente: “A estas alturas desde las torres altas, el turismo de masas y la gentrificación urbana, cualquier mojonera y cualquier puesto es un ‘tiempo artístico’ y un ‘espacio cultural’ de lo bello, lo único y lo histórico en la conveniencia de que el arte es la política cultural de una cultura política decadente y retrógrada”, la promotora política, turística y cultural, Elsy, la flexi, con su “Yo Amo a Mazatlán”: lo presumible cierto es que es un grafiti-decorativo que Basquiat y/o Banksy no se habrían imaginado dibujar y colorear conservadoramente para “embellecer” la fealdad estética y culturalmente del “Yo Amo a Mazatlán”.

Si el buen Amado y la buena Elsy, han leído o no la investigación de Leticia Alvarado, “El Viejo Mazatlán, donde todo comienza. Identidad, Representaciones e Historia”, a origen y consecuencias de lo que el Consejo Rector del Centro Histórico hace con las intervenciones estéticas y culturales en lo urbanístico marismeño-mazatleco, bien o mal se pueden corregir los planes físicos con los planes mentales entre las representaciones conservadoras y las intervenciones alteradoras en el tiempo artístico y el espacio cultural (de y en) el “Yo Amo Mazatlán” de la apropiación comercial del turismo cultural con el turismo de masas con las hormonas y las neuronas en manteca de puerco y el refinado en aceite de petróleo, el Viejo Mazatlán y el MazatlArt, el casco y el cascajo, el provinciano y el cosmopolita, las luminarias y las basuras, las aguas negras y los vertederos urbanos hacia el placentero-placenta marin@ desde playa sur a playa brujas, lo alargado no quita lo encajonado, ni lo alterado, ni lo inundado, ni lo contaminado.

Con lo anterior sigo recordando -visualmente-: (una escoba) en el grabado que el pintor Rubén Gallardo creó para una exposición colectiva en la galería del pintor Pito Pérez, titulándolo al ojo del ser creativo y al hacer combativo: La Escoba para Barrer la Cultura.

Cada vez más es más cargada la recargada en el desarrollo inmobiliario turístico, y con el MazatlArt: “Yo Amo a Mazatlán”, una propuesta-decorativa urbana, “estética y cultural”, patrocinada por el buen Amado Guzmán en la barda del Recinto Fiscal, avenida Barragán y Alemán, uno no se puede perder con la señalética del casco céntrico con el cascajo periférico que se recicla hasta con las luminarias, las basuras y las aguas negras que es lo presumible cierto con lo que se hace, se deshace y se rehace estética y culturalmente en lo marismeño-mazatleco.

Hace dos colaboraciones observé lo siguiente: “A estas alturas desde las torres altas, el turismo de masas y la gentrificación urbana, cualquier mojonera y cualquier puesto es un ‘tiempo artístico’ y un ‘espacio cultural’ de lo bello, lo único y lo histórico en la conveniencia de que el arte es la política cultural de una cultura política decadente y retrógrada”, la promotora política, turística y cultural, Elsy, la flexi, con su “Yo Amo a Mazatlán”: lo presumible cierto es que es un grafiti-decorativo que Basquiat y/o Banksy no se habrían imaginado dibujar y colorear conservadoramente para “embellecer” la fealdad estética y culturalmente del “Yo Amo a Mazatlán”.

Si el buen Amado y la buena Elsy, han leído o no la investigación de Leticia Alvarado, “El Viejo Mazatlán, donde todo comienza. Identidad, Representaciones e Historia”, a origen y consecuencias de lo que el Consejo Rector del Centro Histórico hace con las intervenciones estéticas y culturales en lo urbanístico marismeño-mazatleco, bien o mal se pueden corregir los planes físicos con los planes mentales entre las representaciones conservadoras y las intervenciones alteradoras en el tiempo artístico y el espacio cultural (de y en) el “Yo Amo Mazatlán” de la apropiación comercial del turismo cultural con el turismo de masas con las hormonas y las neuronas en manteca de puerco y el refinado en aceite de petróleo, el Viejo Mazatlán y el MazatlArt, el casco y el cascajo, el provinciano y el cosmopolita, las luminarias y las basuras, las aguas negras y los vertederos urbanos hacia el placentero-placenta marin@ desde playa sur a playa brujas, lo alargado no quita lo encajonado, ni lo alterado, ni lo inundado, ni lo contaminado.

Con lo anterior sigo recordando -visualmente-: (una escoba) en el grabado que el pintor Rubén Gallardo creó para una exposición colectiva en la galería del pintor Pito Pérez, titulándolo al ojo del ser creativo y al hacer combativo: La Escoba para Barrer la Cultura.

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