Trimestre económico Sinaloa y México

El fin de mes pasado y durante la primera semana de agosto, se publicaron indicadores muy importantes de carácter económico sobre el desarrollo nacional del país y en particular sobre nuestra entidad federativa. Principalmente son los datos de crecimiento económico, ocupación y empleo, remesas, confianza del consumidor y expectativas de crecimiento.

De todos, el más interesante por el desglose de análisis a nivel estatal, es el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), un índice de coyuntura que ofrece un panorama de la evolución económica de las entidades federativas del país en el corto plazo.

Para ubicar el papel que juega cada estado de la Federación en el panorama nacional, debemos partir del crecimiento del PIB nacional en el primer trimestre del presente año, que fue del 1% respecto al trimestre anterior (Oct-Dic/2021), con el comportamiento sectorial siguiente: el PIB de las actividades terciarias aumentó 1.3%, el de las secundarias 1.2% y el de las actividades primarias disminuyó 2% respecto al trimestre anterior.

En el caso de nuestra entidad Sinaloa, existe dos perspectivas para valorar el comportamiento del PIB. Primero el crecimiento trimestral (respecto al trimestre inmediato) que en este caso fue negativo de -1.2% o en su variación a “tasa anual” (mismo trimestre Ene-Mar pero del año previo 2021) que fue positiva del 2.5%.

Desde la perspectiva “anual” no es un mal dato para Sinaloa, pero la trascendencia de este dato es más de carácter estadístico, pues siendo prácticos lo que más impacta y le interesa el ciudadano de a pie (Saramago dixit) es el crecimiento inmediato, en este caso el llamado indicador “trimestral”, que refleja más fehacientemente el comportamiento reciente de la economía y su impacto en el bolsa del mandado del ama de casa y en la capacidad adquisitiva del salario del trabajador.

En este sentido, en el primer trimestre de 2022 las entidades federativas que mostraron los incrementos más pronunciados en su actividad económica respecto al trimestre anterior fueron: Hidalgo (4.7) y Aguascalientes (4.2); les siguieron, San Luis Potosí (3.8), Chihuahua (3.5), Michoacán de Ocampo (2.6) y Tamaulipas (2.3). En este concierto, el -1.2 de Sinaloa lo ubica en el cuarto peor comportamiento a nivel nacional, sólo por delante de Veracruz (-2.3), Quintana Roo (-2.8) y Nayarit (-4.2).

Otro estudio muy interesante del INEGI publicado a finales del mes pasado, es la Encuesta Nacional del Ocupación y Empleo, la famosa ENOE, que aborda el indicador más importante de la economía, que es la capacidad que tiene el aparato productivo nacional para absover la necesidad de empleo de la gente. Tan importante, por ejemplo, que el banco central de los Estados Unidos (la FED) aparte del objetivo de velar por el poder adquisitivo de la moneda, también debe procurar la prevalencia del “pleno empleo” en la economía.

En este rubro, el indicador a seguir es la Tasa de Ocupación, que mide el porcentaje de la Población Económicamente Activa (población mayor de 15 años o más con trabajo o deseos de trabajar) ocupada laboralmente hablando y recibiendo una remuneración por los servicios prestados. La tasa de ocupación a nivel nacional para el mes de junio fue de 96.7 y para Sinaloa de 97.3% (un punto más que en junio del año pasado); contrario sensu, la Tasa de Desocupación en Sinaloa en junio fue del 2.7% y a nivel nacional del 3.3%. Muy bien.

Aquí el eterno problema es la baja calidad del empleo y la llamada Tasa de Informalidad Laboral, pues de acuerdo a la propia ENOE el 56% de la población ocupada trabaja al margen de la seguridad social. Para dimensionar bien este enorme problema, tomemos en cuenta que la población ocupada total que nos da el INEGI asciende a 57.5 millones de personas, y en contraste el pasado 5 de agosto el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) nos informa que al 31 de julio del 2022 en México sólo tenemos registrados a 21,079,434 de mexicanos en un puesto de trabajo formal.

Como vemos, los retos de gobierno en México son muchos y los de carácter económico desde luego son prioridad. Nos acercarmos a un cierre de año inesperado, con un PIB que rondará un crecimiento del 2% y 1.5% en el 2023, una inflación cercana al 8%, una tasa de interés del 10% y una paridad con el dólar en 21 pesos. Uno de los atenuantes (otra vez) serán las remesas, que apuntan a los 60 mil millones de dólares a nivel nacional y para Sinaloa nuevamente cercanas a 1,200 millones, pues al primer semestre de este año ya van en 599 millones de dólares.

Finalmente, el objetivo de la política es encontrarle soluciones al bienestar común, apoyándose en el conocimiento, la imaginación y la responsabilidad para mejorar las condiciones de vida de toda una sociedad. Y en esta tarea vamos todos. A cada problema, una propuesta. La buena política es aquella que entrega buenas cuentas y mejora las cosas a partir del nivel como las recibió. Con esa mística me identifico y con esa filosofía el Partido Sinaloense (PAS) llega a sus primeros diez exitosos años de vida este próximo 14 de agosto. Excelente inicio de semana.