La misión u obligación de quien asume un cargo público en cualquier parte del mundo es entregar un estado de cosas mejor de cómo lo recibió. Que su paso por el servicio público se refleje en una mejor calidad de vida para los habitantes, mejores indicadores en la provisión de bienes y servicios públicos, y en que haya sido un facilitador de un mayor desarrollo económico, en los términos incluso en que lo ha descrito el propio presidente de la República Andrés Manuel López Obrador: crecimiento económico con distribución justa de la riqueza.
Hago esta reflexión porque estamos en un momento donde ocupamos más que nunca el trabajo en equipo de todos los ciudadanos para aportar esfuerzo e ideas que nos permitan superar el bache económico que se ha venido padeciendo y que se ha agudizado con la pandemia de covid-19.
Para muestra de ello, el pasado 30 de octubre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la “estimación oportuna” del Producto Interno Bruto (PIB) para el tercer trimestre del año, la cual tiene algunos datos positivos, pero hay otros que nos mantienen francamente preocupados y con una expectativa de recuperación lenta y de largo plazo.
Por ejemplo, se reporta un crecimiento del 12% del PIB para el periodo julio-septiembre respecto al trimestre anterior, pero lamentablemente se trata, como dicen los economistas, de un “rebote” insuficiente para compensar la caída sin precedentes del 17.1% que se tuvo en el trimestre previo, ocasionada por las medidas de confinamiento y que ha significado —según los especialistas— retroceder más de un lustro en términos de actividad económica.
Así lo expresó el mismo presidente del INEGI, Julio Santaella, al declarar que con estos números la economía mexicana estaría de un tamaño similar al de seis años antes. Y no es para menos, si hacemos conciencia de que estamos viviendo al mismo tiempo la mayor recesión económica desde la famosa Gran Depresión (1929-1933) y la parte más aguda de la peor pandemia desde 1918 (la “gripe española”).
Afirma el presidente del INEGI que el valor actual de la economía mexicana es parecido al que tenía en el tercer trimestre de 2014, por lo que aún estamos lejos incluso de los niveles previos a la pandemia, y subraya que “al comparar el tercer trimestre del año actual con el mismo periodo de 2019, el PIB se redujo 8.6% y ligó seis trimestres en contracción. Una racha así de negativa no se había visto en prácticamente 37 años”.
En el ámbito estatal, hasta ahora el INEGI solo tiene los datos de los dos primeros trimestres del año, los peores económicamente hablando, medidos a través de un indicador segregado del nacional, conocido como Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE). El desagregado estatal del tercer trimestre, espejo del nacional, lo presentarán hasta enero; no obstante, en el primer semestre sinaloense de 2020 los números son muy preocupantes, pues también ha sido el lapso en que la pandemia ha ocasionado los mayores efectos negativos en todo el mundo.
Por ejemplo, la variación del ITAEE sinaloense del segundo trimestre de 2020 respecto al trimestre previo fue de -17.6%, ocupando Sinaloa el lugar 17 nacional, en una lista donde todas las entidades federativas tuvieron un comportamiento negativo, como lamentablemente lo tendrán todos en el balance final al termino del año, igual que todas las economías del mundo, a excepción de China e India que de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) crecerán al 1%.
Hasta el momento, la economía sinaloense ha caído 8.1% en lo que va de 2020, y durante todo el periodo del actual gobierno estatal (2017-2020) el crecimiento ha sido prácticamente nulo: 0.2%. En este contexto, en el Partido Sinaloense (PAS) estamos convocando a toda la ciudadanía para que nos haga llegar cualquier idea o propuesta de desarrollo que fortalezca la plataforma electoral que el PAS ha venido construyendo municipio por municipio durante todo el año, aportando en cualquiera de los tres ejes temáticos que integran nuestro proyecto: 1) Desarrollo económico y competitividad regional, 2) Seguridad pública y gobierno y 3) Política social y desarrollo humano.
La idea es definir juntos lo que SINALOA QUIERE, y trabajar con planeación, esfuerzo y estrategia para lograr esos resultados. Esa es la mística del PAS: solo a través del contacto permanente con la gente se podrá construir un buen gobierno.
Culiacán Sinaloa, a 9 de noviembre del 2020.
Gracias, y si pueden, quédense en casa.
