/ miércoles 12 de diciembre de 2018

Primera Fila: Roma

Seguro hay un aspecto de la ciudad o de la calle en que vivimos, las que recorrimos al ir a la escuela, el lugar donde estudiamos que nos trae recuerdos, aspectos de la infancia como el afilador, los amigos que estuvieron y se fueron con el tiempo, o camiones urbanos que han ido cambiando, una persona en especial, que estuvo por una temporada o quizás por años a nuestro lado, o quizás se mantiene pero al mirar hacia el pasado, caemos en cuenta de lo transcurrido. Un filme puede tener diferentes significados para el espectador, y quedarnos con una pieza de todo el rompecabezas/contexto. Roma, la aclamada nueva cinta de Alfonso Cuarón, que llega este viernes a Netflix, y aún puede disfrutarse hoy y mañana en Cinemas Gaviotas, en tres horarios (4:00 pm, 6:30 pm y 9:00 pm), brinda la experiencia de sumergirse en el ayer de México mientras empatizamos con Cleo.

Cleo (Yalitza Aparicio), es una joven sirvienta de una familia que vive en la colonia Roma, barrio de clase media de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia, para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales, durante la agitación política de la década de 1970.

De Roma se ha dicho todo y a la vez insuficiente, nada de lo que se lea puede compararse al sentir. en el momento de verla. Estas no son palabras más que se unen al hype, asimilándola, se queda en ti; hay un momento nostálgico que, aún siendo de provincia, lo sientes propio.

Recomendaría verla una segunda vez para, ya que se entendió la historia de Cleo, la inmersión al homenaje de la CDMX de antaño de Cuarón y Eugenio Caballero, sea mayor, juntos logran con su visión y diseño de producción, respectivamente, algo emocional; la fotografía es otro de lo “más”, entre los muchos aspectos técnicos sobresalientes que tiene Roma, Alfonso junto a Galo Olivares, retratan con matices el entorno y te obligan a ser un invitado de su infancia, en otro México ya inexistente.

Una infancia marcada por mujeres, por su madre y la fuerza de sacarlos adelante, tras esta catarsis emocional planteada en la obra, y por el amor de su nana Libo, aquí llamada Cleo, interpretada por la novata Yalitza Aparicio, quien hace un trabajo descomunal. Desde su punto de vista, lleno de ingenuidad, vemos los aspectos familiares, sociales y de clases, pero también inocencia y amor; Aparicio logra esto y más, cala hasta el fondo su risa sincera, sus palabras dichas con timidez, su mirada triste, esa tan particular, que tanto han relatado poetas y escritores sobre nuestra identidad étnica original. Desde este lugar remoto, nos unimos a los aplausos que han sonado en Venecia, en Morelia, Toronto, en sectores críticos para ella, para Marina de Tavira, para todos.

Repleta de nominaciones y de premios, mas allá de esos, Cuarón ha creado el Macario (1960) o Los Olvidados (1950) de la época moderna, y si todo va bien, coincide con la época y ley en donde, por fin, las empleadas domésticas tendrán Seguro Social; ahora, falta alentar y enaltecer a nuestros pueblos indígenas, tan importantes en nuestro patrimonio cultural.

Roma se estrena en Netflix, a nivel mundial, el viernes, esto tras mucha revuelta en México por su falta de estreno en cines comerciales, pero lo cierto es que negocios son negocios, y sin jugar a la abogada del diablo, los que menos tienen la culpa son Cinépolis y Cinemex, aún así ha resultado grato y honroso que las salas independientes del país hayan dicho “aquí estamos, yo la proyecto” y ha resultado hasta romántico, Cinemas Gaviotas con su amplio estacionamiento, su dulcería vintage, su fila en el lobby para entrar a la sala, ha creado un efecto placebo, la oscuridad de la sala, la pantalla grande, el sonido… es esencial para mantenerse en el asiento y no pausar para ir por un refrigerio, como será a partir del viernes, sin embargo, es parte de la evolución del cine (al final, lo único que nos queda de nuestra película favorita era un VHS, ahora un Blu-Ray) pero si se puede ir al complejo a verla, sería una oportunidad de formar parte del simbolismo que envuelve a Roma.

Seguro hay un aspecto de la ciudad o de la calle en que vivimos, las que recorrimos al ir a la escuela, el lugar donde estudiamos que nos trae recuerdos, aspectos de la infancia como el afilador, los amigos que estuvieron y se fueron con el tiempo, o camiones urbanos que han ido cambiando, una persona en especial, que estuvo por una temporada o quizás por años a nuestro lado, o quizás se mantiene pero al mirar hacia el pasado, caemos en cuenta de lo transcurrido. Un filme puede tener diferentes significados para el espectador, y quedarnos con una pieza de todo el rompecabezas/contexto. Roma, la aclamada nueva cinta de Alfonso Cuarón, que llega este viernes a Netflix, y aún puede disfrutarse hoy y mañana en Cinemas Gaviotas, en tres horarios (4:00 pm, 6:30 pm y 9:00 pm), brinda la experiencia de sumergirse en el ayer de México mientras empatizamos con Cleo.

Cleo (Yalitza Aparicio), es una joven sirvienta de una familia que vive en la colonia Roma, barrio de clase media de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia, para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales, durante la agitación política de la década de 1970.

De Roma se ha dicho todo y a la vez insuficiente, nada de lo que se lea puede compararse al sentir. en el momento de verla. Estas no son palabras más que se unen al hype, asimilándola, se queda en ti; hay un momento nostálgico que, aún siendo de provincia, lo sientes propio.

Recomendaría verla una segunda vez para, ya que se entendió la historia de Cleo, la inmersión al homenaje de la CDMX de antaño de Cuarón y Eugenio Caballero, sea mayor, juntos logran con su visión y diseño de producción, respectivamente, algo emocional; la fotografía es otro de lo “más”, entre los muchos aspectos técnicos sobresalientes que tiene Roma, Alfonso junto a Galo Olivares, retratan con matices el entorno y te obligan a ser un invitado de su infancia, en otro México ya inexistente.

Una infancia marcada por mujeres, por su madre y la fuerza de sacarlos adelante, tras esta catarsis emocional planteada en la obra, y por el amor de su nana Libo, aquí llamada Cleo, interpretada por la novata Yalitza Aparicio, quien hace un trabajo descomunal. Desde su punto de vista, lleno de ingenuidad, vemos los aspectos familiares, sociales y de clases, pero también inocencia y amor; Aparicio logra esto y más, cala hasta el fondo su risa sincera, sus palabras dichas con timidez, su mirada triste, esa tan particular, que tanto han relatado poetas y escritores sobre nuestra identidad étnica original. Desde este lugar remoto, nos unimos a los aplausos que han sonado en Venecia, en Morelia, Toronto, en sectores críticos para ella, para Marina de Tavira, para todos.

Repleta de nominaciones y de premios, mas allá de esos, Cuarón ha creado el Macario (1960) o Los Olvidados (1950) de la época moderna, y si todo va bien, coincide con la época y ley en donde, por fin, las empleadas domésticas tendrán Seguro Social; ahora, falta alentar y enaltecer a nuestros pueblos indígenas, tan importantes en nuestro patrimonio cultural.

Roma se estrena en Netflix, a nivel mundial, el viernes, esto tras mucha revuelta en México por su falta de estreno en cines comerciales, pero lo cierto es que negocios son negocios, y sin jugar a la abogada del diablo, los que menos tienen la culpa son Cinépolis y Cinemex, aún así ha resultado grato y honroso que las salas independientes del país hayan dicho “aquí estamos, yo la proyecto” y ha resultado hasta romántico, Cinemas Gaviotas con su amplio estacionamiento, su dulcería vintage, su fila en el lobby para entrar a la sala, ha creado un efecto placebo, la oscuridad de la sala, la pantalla grande, el sonido… es esencial para mantenerse en el asiento y no pausar para ir por un refrigerio, como será a partir del viernes, sin embargo, es parte de la evolución del cine (al final, lo único que nos queda de nuestra película favorita era un VHS, ahora un Blu-Ray) pero si se puede ir al complejo a verla, sería una oportunidad de formar parte del simbolismo que envuelve a Roma.

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