/ sábado 8 de agosto de 2020

Poesía originaria


“Compondré una obra de arte:Soy poeta y mi canto Perdurará en la tierra Por mis cantos voy a ser recordado”

Nezahualcóyotl

¿Esta pandemia más allá de las pérdidas humanas y económicas, nos irá a dejar algún tipo de aprendizaje?, ¿nos heredará al menos más lectores? Leer poesía en estos tiempos es por mucho un acto heroico. Cada día que pasa se lee menos este subgénero de la literatura. Pocos son asiduos a leerla, a veces mencionan que la encuentran complicada o les parece aburrida. Algo desde la escuela, se está dejando de hacer o se está planteando terriblemente en el contenido curricular de las prácticas sociales del lenguaje en el programa de Español, en el ámbito de la literatura; se supone que desde esos aprendizajes esperados trazados para explorar el lenguaje poético deberíamos estar sumando más jóvenes interesados en la poesía y no estar restando cada día lectores. Simplemente como expresaría Juan Ramón Jiménez es una “Inmensa minoría”. Leer poesía se vuelve un acto de resistencia, de rebeldía por sí misma.

Nuestro pensamiento occidental, nos hace siempre tomar como referentes a la hoja y a la tinta cuando de versos o escritura se trata para nuestra fortuna los pueblos originarios siempre nos harán recordar que existe una joya invaluable en su legado: la tradición oral. En este confinamiento se habla mucho de la lectura frente al COVID-19, existen programas o cápsulas de diversas instituciones de cultura y voluntariado ciudadano fomentando la lectura subiendo videos en sus muros de Facebook. En el marco del día internacional de los pueblos indígenas este 9 de agosto cabría preguntarse ¿De qué forma podemos acercarnos a su poesía? Una manera es leyendo su producción escrita, atrevernos a conocer su cosmogonía, la sabiduría, cómo perciben la belleza, su relación con la naturaleza, su erotismo, su voz de lucha. Escribir poesía desde una lengua originaria no es labor sencilla, publicarla puede ser un suplicio porque no sólo el poeta escribe en su lengua, sino además es el traductor de su obra al español; la criba para la publicación de sus textos es todavía más severa, porque por mucho tiempo estuvo relegada, olvidada, en el anonimato poco a poco ha ido ganando terreno en el mundo editorial, además las nuevas tecnologías permiten que tengan sus páginas en su lengua materna.

El primer acercamiento que tenemos los mexicanos con la poesía es el billete de cien pesos. Los niños, jóvenes y adultos hacemos transacciones económicas sin ni siquiera saber de quién es el rostro indígena que da valor histórico a ese pedazo de papel: Nezahualcóyotl el “tlatoani” o monarca del México prehispánico. Su voz trascendió porque hoy lo conocemos como el “rey poeta” de la ciudad de Texcoco que naciera un 28 de abril de 1402. En letras casi imperceptibles están los siguientes versos: “Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade, y el enervante perfume de las flores, pero amo más a mi hermano el hombre” Palabras de un hombre sensible, observador y amoroso del hábitat natural. Un gran impulsor en nuestro tiempo sin lugar a dudas de la literatura de la cultura náhuatl fue Miguel León Portilla.

Existe una poesía originaria pujante en todo el mundo, no únicamente en nuestro país. Una poesía contemporánea que alberga una profundidad en sus versos que son inspiradores, también nos permite conocer el dolor de una comunidad. Entre ellos está Irma Pineda Santiago, una hablante de la lengua “diidxazá” o zapoteca. Sus poemas han sido traducidos: al alemán, al inglés, al ruso, al portugués, al serbio. En la antología “Lenguas de América. Recital de poesía II” aparece una muestra de su pluma, entre ellos está un poema desgarrador “Soy la mujer tierra”, en sus versos nos expone una violación sexual perpetrada por un soldado. Igual encontramos poemas nostálgicos, eróticos, como en “Sucede a veces”.

Un poeta nahuahablante es Mardonio Carballo nacido en Chicontepec, Veracruz. Es también periodista, actor y editor. En su poemario “Xolo” nos lleva a transitar por esta palabra, más allá de un perro desnudo, ese perro acompañante que nos ayudará a cruzar el “Miktlán”, en su poema “juguete” nos expone sobre la imposición de la religión, del cristianismo en las comunidades indígenas, sobre el origen del hombre desde la perspectiva occidental, lo expresa en estos versos: “me hicieron con un poco de barro, reniego pues de la historia”, también podemos explorar un gran mundo de emociones en “Insectario, poemínimos sobre insectos” retomando el microuniverso de estos seres vivos.

Natalia Toledo, nos emociona con sus poemas, quienes hemos tenido oportunidad de verla en recitales poéticos, hemos podido palpar su fuerza, su presencia con voz enérgica y apasionada. En su poema “La que soy, la que recuerdo” nos habla sobre esa cultura dominante que a toda costa se homogenicen sus prácticas, así como la lengua, el sistema de creencias, político, en un verso expone “Soy un alcaraván que ahogó su canto en otro idioma”. Podemos encontrar esa voz de resistencia, una feminidad poderosa.

Estas voces originarias que han estado desde antes de que México fuera llamado así como Nezahualcóyotl, sus lenguas originarias han persistido más allá de la obligatoriedad del castellano, de la conquista española, de la presión de un sistema educativo que pugnaba por hacerlos comprender el mundo desde una lengua extraña. Siguen en pie de lucha usando la palabra, la poesía porque están comprometidos con sus comunidades, con sus tradiciones, así que para celebrar y reconocer la lucha de los pueblos indígenas en nuestro país busca un poema y atrévete a compartirlo con tu familia.


“Compondré una obra de arte:Soy poeta y mi canto Perdurará en la tierra Por mis cantos voy a ser recordado”

Nezahualcóyotl

¿Esta pandemia más allá de las pérdidas humanas y económicas, nos irá a dejar algún tipo de aprendizaje?, ¿nos heredará al menos más lectores? Leer poesía en estos tiempos es por mucho un acto heroico. Cada día que pasa se lee menos este subgénero de la literatura. Pocos son asiduos a leerla, a veces mencionan que la encuentran complicada o les parece aburrida. Algo desde la escuela, se está dejando de hacer o se está planteando terriblemente en el contenido curricular de las prácticas sociales del lenguaje en el programa de Español, en el ámbito de la literatura; se supone que desde esos aprendizajes esperados trazados para explorar el lenguaje poético deberíamos estar sumando más jóvenes interesados en la poesía y no estar restando cada día lectores. Simplemente como expresaría Juan Ramón Jiménez es una “Inmensa minoría”. Leer poesía se vuelve un acto de resistencia, de rebeldía por sí misma.

Nuestro pensamiento occidental, nos hace siempre tomar como referentes a la hoja y a la tinta cuando de versos o escritura se trata para nuestra fortuna los pueblos originarios siempre nos harán recordar que existe una joya invaluable en su legado: la tradición oral. En este confinamiento se habla mucho de la lectura frente al COVID-19, existen programas o cápsulas de diversas instituciones de cultura y voluntariado ciudadano fomentando la lectura subiendo videos en sus muros de Facebook. En el marco del día internacional de los pueblos indígenas este 9 de agosto cabría preguntarse ¿De qué forma podemos acercarnos a su poesía? Una manera es leyendo su producción escrita, atrevernos a conocer su cosmogonía, la sabiduría, cómo perciben la belleza, su relación con la naturaleza, su erotismo, su voz de lucha. Escribir poesía desde una lengua originaria no es labor sencilla, publicarla puede ser un suplicio porque no sólo el poeta escribe en su lengua, sino además es el traductor de su obra al español; la criba para la publicación de sus textos es todavía más severa, porque por mucho tiempo estuvo relegada, olvidada, en el anonimato poco a poco ha ido ganando terreno en el mundo editorial, además las nuevas tecnologías permiten que tengan sus páginas en su lengua materna.

El primer acercamiento que tenemos los mexicanos con la poesía es el billete de cien pesos. Los niños, jóvenes y adultos hacemos transacciones económicas sin ni siquiera saber de quién es el rostro indígena que da valor histórico a ese pedazo de papel: Nezahualcóyotl el “tlatoani” o monarca del México prehispánico. Su voz trascendió porque hoy lo conocemos como el “rey poeta” de la ciudad de Texcoco que naciera un 28 de abril de 1402. En letras casi imperceptibles están los siguientes versos: “Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade, y el enervante perfume de las flores, pero amo más a mi hermano el hombre” Palabras de un hombre sensible, observador y amoroso del hábitat natural. Un gran impulsor en nuestro tiempo sin lugar a dudas de la literatura de la cultura náhuatl fue Miguel León Portilla.

Existe una poesía originaria pujante en todo el mundo, no únicamente en nuestro país. Una poesía contemporánea que alberga una profundidad en sus versos que son inspiradores, también nos permite conocer el dolor de una comunidad. Entre ellos está Irma Pineda Santiago, una hablante de la lengua “diidxazá” o zapoteca. Sus poemas han sido traducidos: al alemán, al inglés, al ruso, al portugués, al serbio. En la antología “Lenguas de América. Recital de poesía II” aparece una muestra de su pluma, entre ellos está un poema desgarrador “Soy la mujer tierra”, en sus versos nos expone una violación sexual perpetrada por un soldado. Igual encontramos poemas nostálgicos, eróticos, como en “Sucede a veces”.

Un poeta nahuahablante es Mardonio Carballo nacido en Chicontepec, Veracruz. Es también periodista, actor y editor. En su poemario “Xolo” nos lleva a transitar por esta palabra, más allá de un perro desnudo, ese perro acompañante que nos ayudará a cruzar el “Miktlán”, en su poema “juguete” nos expone sobre la imposición de la religión, del cristianismo en las comunidades indígenas, sobre el origen del hombre desde la perspectiva occidental, lo expresa en estos versos: “me hicieron con un poco de barro, reniego pues de la historia”, también podemos explorar un gran mundo de emociones en “Insectario, poemínimos sobre insectos” retomando el microuniverso de estos seres vivos.

Natalia Toledo, nos emociona con sus poemas, quienes hemos tenido oportunidad de verla en recitales poéticos, hemos podido palpar su fuerza, su presencia con voz enérgica y apasionada. En su poema “La que soy, la que recuerdo” nos habla sobre esa cultura dominante que a toda costa se homogenicen sus prácticas, así como la lengua, el sistema de creencias, político, en un verso expone “Soy un alcaraván que ahogó su canto en otro idioma”. Podemos encontrar esa voz de resistencia, una feminidad poderosa.

Estas voces originarias que han estado desde antes de que México fuera llamado así como Nezahualcóyotl, sus lenguas originarias han persistido más allá de la obligatoriedad del castellano, de la conquista española, de la presión de un sistema educativo que pugnaba por hacerlos comprender el mundo desde una lengua extraña. Siguen en pie de lucha usando la palabra, la poesía porque están comprometidos con sus comunidades, con sus tradiciones, así que para celebrar y reconocer la lucha de los pueblos indígenas en nuestro país busca un poema y atrévete a compartirlo con tu familia.

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