/ lunes 23 de mayo de 2022

Pobreza y desigualdad en México

México es un país con una economía importante a nivel mundial. Está muy lejos de Estados Unidos o China, pero cada año figura más o menos como la decimoquinta economía del mundo. No es, pues, un país pobre y, sin embargo, sus habitantes tienen problemas de pobreza y desigualdad.

En 2020, las entidades federativas con mayor porcentaje de pobreza en México fueron Chiapas (75%), Guerrero (66.4%), Puebla (62.4%) y Oaxaca (61.7%). Imagine usted: ¡en Chiapas 3 de cada 4 personas son, por lo tanto, pobres! La media nacional es de 43.9 %. Ello supone que en nuestro país casi la mitad de los mexicanos se encuentran en situación de pobreza. Los estados de la república con menor porcentaje de pobres son Baja California (22.5%), Nuevo León (24.3%), Chihuahua (25.3%) y Coahuila (25.6%).

El caso de Sinaloa es interesante, pues en mi experiencia revisando datos sociodemográficos del INEGI he descubierto para mi sorpresa que, en casi todos los ámbitos, el desempeño de nuestro estado es mediocre. Es decir, se encuentra frecuentemente, sin mucho brillo, en los rangos del promedio nacional. Pero en lo que respecta a este tema, la pobreza en Sinaloa es inferior a la media nacional: 28.1%. Es una cifra alentadora, aunque debemos tener presente que ello implica que, de cualquier forma, cerca de 3 de cada 10 personas en nuestro estado están en situación de pobreza.

La medición de la pobreza en México es uno de los más complejos en el mundo. La estimación la realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) a partir de los datos que genera el INEGI. El modelo del CONEVAL es multidimensional, pues no solo considera el ingreso, sino también la carencia de derechos sociales (educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación). En México, una persona es pobre cuando tiene una o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades. Además, existe la categoría de “pobreza extrema” que se da cuando una persona sufre de tres o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para costear una canasta alimentaria.

Según el CONEVAL, los municipios de Sinaloa con menor porcentaje de población en pobreza es Mazatlán (28.1%), Culiacán (29.8%), Ahome (30.6%), Salvador Alvarado (32.8%) y Navolato (33.1%). Los municipios con mayor porcentaje de personas en pobreza son Choix (79.1%), Badiraguato (74.8%), Cosalá (66.1%), Sinaloa (63%) y San Ignacio (61.3%).

Como usted podrá observar, estimado lector, la idea de que en el estado de Sinaloa hay pocos pobres debe matizarse, pues sí tenemos municipios en los que –al igual que en Chiapas– cerca de 7 u 8 de cada 10 personas se encuentran en situación de pobreza. Más aún, Mazatlán, que es el municipio menos afectado con este problema, y que posee alrededor de medio millón de habitantes, cerca de un tercio de su población está en condición de pobreza. De acuerdo con en el informe de CONEVAL de 2020, en Mazatlán hay 120 mil personas en esa situación.

Pero en México no solo hay problemas de aberrante pobreza, sino también de desigualdad. Es decir que las desigualdades en el ingreso entre quienes tienen mucho y quienes tienen poco son también aberrantes. No obstante, los estudios para medir la desigualdad son difíciles de emprender pues no es sencillo acceder a los datos fiscales de los ciudadanos incluso para fines meramente científicos.

El coeficiente de Gini es una metodología para calcular la desigualdad en el ingreso, la cual adquiere valores entre 0 y 1. Las cifras cercanas a 0 revelan menor desigualdad y las cifras cercanas a 1 representan mayor desigualdad. Según el Banco Mundial, el coeficiente de Gini de México fue de 0.46 en 2018. Cuando uno observa el listado de países, causa sorpresa que no solo países más prósperos, sino también más modestos que México, son en realidad sociedades más igualitarias que nosotros.

En Francia, por ejemplo, el salario mínimo mensual es de 1,300 euros (27,733 pesos). El salario mensual que ganan los franceses en promedio es de 2,340 euros (49,920 pesos). La diferencia parece mucha, pues es casi el doble. El presidente de Francia gana al mes 8,500 euros netos (181,333 pesos). Es decir que el presidente gana apenas 3.7 veces más que el salario promedio francés. Ahora bien, en México el salario mínimo es de 5,200 pesos al mes aproximadamente. El salario promedio mexicano es de 6,403 pesos. La diferencia entre el salario mínimo mensual y el salario promedio es poca, pero viéndolo bien esto resulta desesperanzador, ya que son montos bajísimos. En cambio, el presidente de México gana un salario bruto mensual de 166 mil pesos y un salario neto mensual de 115 mil pesos. Es decir, que el presidente mexicano gana 17.9 veces más que el mexicano promedio. (Me permitiré girar los ojos hacia el cielo si alguien piensa que la solución es bajar el salario del presidente: ¡No, lo que debe ocurrir es el aumento de los abajo!)

En este mismo espacio, he analizado el panorama de los salarios en México (y quizás al lector le podrá interesar leerlo aquí: https://www.elsoldemazatlan.com.mx/analisis/salarios-cuanto-ganan-los-mexicanos-5497607.html). En cualquier caso, para lograr mejorar los salarios y la vida de los mexicanos se requieren de dos cosas: crecimiento económico y mejorar la calidad de la educación. Sobre la importancia del crecimiento económico ya hablé en la columna anterior. Sobre el sistema educativo mexicano y, en especial, sinaloense, hablaremos precisamente en la siguiente entrega. Mientras tanto, hasta la próxima

México es un país con una economía importante a nivel mundial. Está muy lejos de Estados Unidos o China, pero cada año figura más o menos como la decimoquinta economía del mundo. No es, pues, un país pobre y, sin embargo, sus habitantes tienen problemas de pobreza y desigualdad.

En 2020, las entidades federativas con mayor porcentaje de pobreza en México fueron Chiapas (75%), Guerrero (66.4%), Puebla (62.4%) y Oaxaca (61.7%). Imagine usted: ¡en Chiapas 3 de cada 4 personas son, por lo tanto, pobres! La media nacional es de 43.9 %. Ello supone que en nuestro país casi la mitad de los mexicanos se encuentran en situación de pobreza. Los estados de la república con menor porcentaje de pobres son Baja California (22.5%), Nuevo León (24.3%), Chihuahua (25.3%) y Coahuila (25.6%).

El caso de Sinaloa es interesante, pues en mi experiencia revisando datos sociodemográficos del INEGI he descubierto para mi sorpresa que, en casi todos los ámbitos, el desempeño de nuestro estado es mediocre. Es decir, se encuentra frecuentemente, sin mucho brillo, en los rangos del promedio nacional. Pero en lo que respecta a este tema, la pobreza en Sinaloa es inferior a la media nacional: 28.1%. Es una cifra alentadora, aunque debemos tener presente que ello implica que, de cualquier forma, cerca de 3 de cada 10 personas en nuestro estado están en situación de pobreza.

La medición de la pobreza en México es uno de los más complejos en el mundo. La estimación la realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) a partir de los datos que genera el INEGI. El modelo del CONEVAL es multidimensional, pues no solo considera el ingreso, sino también la carencia de derechos sociales (educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación). En México, una persona es pobre cuando tiene una o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades. Además, existe la categoría de “pobreza extrema” que se da cuando una persona sufre de tres o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para costear una canasta alimentaria.

Según el CONEVAL, los municipios de Sinaloa con menor porcentaje de población en pobreza es Mazatlán (28.1%), Culiacán (29.8%), Ahome (30.6%), Salvador Alvarado (32.8%) y Navolato (33.1%). Los municipios con mayor porcentaje de personas en pobreza son Choix (79.1%), Badiraguato (74.8%), Cosalá (66.1%), Sinaloa (63%) y San Ignacio (61.3%).

Como usted podrá observar, estimado lector, la idea de que en el estado de Sinaloa hay pocos pobres debe matizarse, pues sí tenemos municipios en los que –al igual que en Chiapas– cerca de 7 u 8 de cada 10 personas se encuentran en situación de pobreza. Más aún, Mazatlán, que es el municipio menos afectado con este problema, y que posee alrededor de medio millón de habitantes, cerca de un tercio de su población está en condición de pobreza. De acuerdo con en el informe de CONEVAL de 2020, en Mazatlán hay 120 mil personas en esa situación.

Pero en México no solo hay problemas de aberrante pobreza, sino también de desigualdad. Es decir que las desigualdades en el ingreso entre quienes tienen mucho y quienes tienen poco son también aberrantes. No obstante, los estudios para medir la desigualdad son difíciles de emprender pues no es sencillo acceder a los datos fiscales de los ciudadanos incluso para fines meramente científicos.

El coeficiente de Gini es una metodología para calcular la desigualdad en el ingreso, la cual adquiere valores entre 0 y 1. Las cifras cercanas a 0 revelan menor desigualdad y las cifras cercanas a 1 representan mayor desigualdad. Según el Banco Mundial, el coeficiente de Gini de México fue de 0.46 en 2018. Cuando uno observa el listado de países, causa sorpresa que no solo países más prósperos, sino también más modestos que México, son en realidad sociedades más igualitarias que nosotros.

En Francia, por ejemplo, el salario mínimo mensual es de 1,300 euros (27,733 pesos). El salario mensual que ganan los franceses en promedio es de 2,340 euros (49,920 pesos). La diferencia parece mucha, pues es casi el doble. El presidente de Francia gana al mes 8,500 euros netos (181,333 pesos). Es decir que el presidente gana apenas 3.7 veces más que el salario promedio francés. Ahora bien, en México el salario mínimo es de 5,200 pesos al mes aproximadamente. El salario promedio mexicano es de 6,403 pesos. La diferencia entre el salario mínimo mensual y el salario promedio es poca, pero viéndolo bien esto resulta desesperanzador, ya que son montos bajísimos. En cambio, el presidente de México gana un salario bruto mensual de 166 mil pesos y un salario neto mensual de 115 mil pesos. Es decir, que el presidente mexicano gana 17.9 veces más que el mexicano promedio. (Me permitiré girar los ojos hacia el cielo si alguien piensa que la solución es bajar el salario del presidente: ¡No, lo que debe ocurrir es el aumento de los abajo!)

En este mismo espacio, he analizado el panorama de los salarios en México (y quizás al lector le podrá interesar leerlo aquí: https://www.elsoldemazatlan.com.mx/analisis/salarios-cuanto-ganan-los-mexicanos-5497607.html). En cualquier caso, para lograr mejorar los salarios y la vida de los mexicanos se requieren de dos cosas: crecimiento económico y mejorar la calidad de la educación. Sobre la importancia del crecimiento económico ya hablé en la columna anterior. Sobre el sistema educativo mexicano y, en especial, sinaloense, hablaremos precisamente en la siguiente entrega. Mientras tanto, hasta la próxima