/ domingo 16 de diciembre de 2018

Para hacer posible-lo-posible

(En la vida/otra)

Para hacer posible-lo-imposible, la vida/otra, con la regeneración de los muertos y la transformación de los vivos, en el país de las sombras espectrales, lo que necesitamos nosotros y los otros, los demás y la gente es que por más temprano que nos levantemos -los levantados- sigue siendo los muertos, los desaparecidos y los desplazados.

En el no tan remoto -quizás sí- la vida/otra es una reuma en el ventrílocuo izquierdo y una racimo de neuronas en la memoria con y sin el temor, el terror y el horror diarios de no ser y no hacer casi nada, casi nadie y casi alguien esperando que la regeneración y la transformación nos vengan por los vuelos aleatorios de la conciencia cuando se trata de levantarse y llegar tarde a las conferencias de prensa porque un día sí y una noche no a la conciencia le duele la cabeza y se indispone o predispone y se eche a la cama y amarrarse a una pata de la base de madera y siga con su Smartphone en las tareas íntimas y domésticas de la estupidez cotidiana, porque eso de la regeneración y la transformación es una hueva que da flojera y dejarle a la conciencia la procrastinación porque tal vez mañana llueva y se encharque más el país con más sombras espectrales en los charcos sanguinolentos de las calles, las avenidas y las carreteras.

La vida/otra no es más que la huesera, la sueñera y las tripas de lo que la carnífera vida misma y diferente hiede y aroma ecoambientalmente desde los mataderos y los rastros públicos nacionales vaciados en los casos públicos y en los cazos carniceros de las carpetas de investigación en la PGR de los Pendientes Generales de la Regeneración en la (PGR) civil y ciudadana.

Con la posibilidad de la imposibilidad, la vida/otra, no es la misma ni la diferente, acaso el caos y el ocaso ámbar mundano, celeste y terrenal de un protohallazgo generacional, operacional y aspiracional en este no tan remoto quizás sí por lo intrínsecamente intrincado de lo ancestral con la antigüedad en lo que moderna y actualmente es un rastro-rastrojo de podo y apodo de la Aporofobia por la pobreza de los pobres que siempre han estorbado a la gente y a los demás, a los otros y a nosotros contra-nosotros-mismos, sabiendo, conociendo y sintiendo de esa reuma y de ese racimo en que la prehistoria pasó a la historia de las hueseras, las sueñeras y las tripas de los muertos, los desaparecidos y los desplazados con la histórica banalidad del mal, la solución final y el punto final, el perdón a la corrupción y el olvido a la impunidad, sabiéndose, conociéndose y sintiéndose para quién se humilla el ser humano y se asesina la condición humana.

Si en la vida/otra México es el país que somos en las sombras espectrales, lo que vive es la vida y lo que muere es la muerte, sí o no, porque nos guste, sino, porque así es la vida/otra, nos tiemble y nos “retiemble en sus centros la tierra” con los rituales iniciáticos de la entronización, la regeneración y la transformación desde que el tiempo lo echamos a rodar pirámides abajo, no sin antes sacar el corazón del sacrificio y decapitar la cabeza de la memoria por el espacio desde lo alto y caer a lo más bajo, en el profundo pozo negro del poder y del inframundo entre el caserío y el gentío con los ríos sanguinolentos corrientes abajo.

Para hacer posible-lo-imposible, en la vida/otra, no es ni será como siempre ha sido: la misma y la diferente, desde el país de las doradas manzanas al sol a el país de las sombras espectrales, no con el melodrama, neorrealista italiano a lo mexicano, de Roma, pequeña-burguesa-clasemedia, hoy, consumista y depredadora, egocéntrica y cínica con una Nanamaternal-indígena que ha cuidado a los hijos-juniores de los políticos, los empresarios, intelectuales y artistas del sistema político hasta antes, durante y después del 2018.

En el entendemos -los mexicanos- que no entendemos como la gente y los demás, los otros y nosotros contra-nosotros-mismos, la regeneración y la transformación, no son el echeverriato ni el lópezportillazo y sí los 18 años del prianismo:

“Del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa al de Enrique Peña Nieto, la estrategia de militarización continuó y siguió sin brindar los resultados esperados. 2018 se convirtió en el año con el mayor número de homicidios dolosos, con una cifra superior a 28 mil 500 víctimas y con un promedio de casi cuatro víctimas por hora, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)”.

Si no así, entonces, ¿cómo con los muertos, los desaparecidos y los desplazados cuando los vivos nos la queremos seguir pasando “de vivos” en la misma y en la diferente vida/otraque no es más que la mediática, la virtual y la consumista vida.

(En la vida/otra)

Para hacer posible-lo-imposible, la vida/otra, con la regeneración de los muertos y la transformación de los vivos, en el país de las sombras espectrales, lo que necesitamos nosotros y los otros, los demás y la gente es que por más temprano que nos levantemos -los levantados- sigue siendo los muertos, los desaparecidos y los desplazados.

En el no tan remoto -quizás sí- la vida/otra es una reuma en el ventrílocuo izquierdo y una racimo de neuronas en la memoria con y sin el temor, el terror y el horror diarios de no ser y no hacer casi nada, casi nadie y casi alguien esperando que la regeneración y la transformación nos vengan por los vuelos aleatorios de la conciencia cuando se trata de levantarse y llegar tarde a las conferencias de prensa porque un día sí y una noche no a la conciencia le duele la cabeza y se indispone o predispone y se eche a la cama y amarrarse a una pata de la base de madera y siga con su Smartphone en las tareas íntimas y domésticas de la estupidez cotidiana, porque eso de la regeneración y la transformación es una hueva que da flojera y dejarle a la conciencia la procrastinación porque tal vez mañana llueva y se encharque más el país con más sombras espectrales en los charcos sanguinolentos de las calles, las avenidas y las carreteras.

La vida/otra no es más que la huesera, la sueñera y las tripas de lo que la carnífera vida misma y diferente hiede y aroma ecoambientalmente desde los mataderos y los rastros públicos nacionales vaciados en los casos públicos y en los cazos carniceros de las carpetas de investigación en la PGR de los Pendientes Generales de la Regeneración en la (PGR) civil y ciudadana.

Con la posibilidad de la imposibilidad, la vida/otra, no es la misma ni la diferente, acaso el caos y el ocaso ámbar mundano, celeste y terrenal de un protohallazgo generacional, operacional y aspiracional en este no tan remoto quizás sí por lo intrínsecamente intrincado de lo ancestral con la antigüedad en lo que moderna y actualmente es un rastro-rastrojo de podo y apodo de la Aporofobia por la pobreza de los pobres que siempre han estorbado a la gente y a los demás, a los otros y a nosotros contra-nosotros-mismos, sabiendo, conociendo y sintiendo de esa reuma y de ese racimo en que la prehistoria pasó a la historia de las hueseras, las sueñeras y las tripas de los muertos, los desaparecidos y los desplazados con la histórica banalidad del mal, la solución final y el punto final, el perdón a la corrupción y el olvido a la impunidad, sabiéndose, conociéndose y sintiéndose para quién se humilla el ser humano y se asesina la condición humana.

Si en la vida/otra México es el país que somos en las sombras espectrales, lo que vive es la vida y lo que muere es la muerte, sí o no, porque nos guste, sino, porque así es la vida/otra, nos tiemble y nos “retiemble en sus centros la tierra” con los rituales iniciáticos de la entronización, la regeneración y la transformación desde que el tiempo lo echamos a rodar pirámides abajo, no sin antes sacar el corazón del sacrificio y decapitar la cabeza de la memoria por el espacio desde lo alto y caer a lo más bajo, en el profundo pozo negro del poder y del inframundo entre el caserío y el gentío con los ríos sanguinolentos corrientes abajo.

Para hacer posible-lo-imposible, en la vida/otra, no es ni será como siempre ha sido: la misma y la diferente, desde el país de las doradas manzanas al sol a el país de las sombras espectrales, no con el melodrama, neorrealista italiano a lo mexicano, de Roma, pequeña-burguesa-clasemedia, hoy, consumista y depredadora, egocéntrica y cínica con una Nanamaternal-indígena que ha cuidado a los hijos-juniores de los políticos, los empresarios, intelectuales y artistas del sistema político hasta antes, durante y después del 2018.

En el entendemos -los mexicanos- que no entendemos como la gente y los demás, los otros y nosotros contra-nosotros-mismos, la regeneración y la transformación, no son el echeverriato ni el lópezportillazo y sí los 18 años del prianismo:

“Del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa al de Enrique Peña Nieto, la estrategia de militarización continuó y siguió sin brindar los resultados esperados. 2018 se convirtió en el año con el mayor número de homicidios dolosos, con una cifra superior a 28 mil 500 víctimas y con un promedio de casi cuatro víctimas por hora, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)”.

Si no así, entonces, ¿cómo con los muertos, los desaparecidos y los desplazados cuando los vivos nos la queremos seguir pasando “de vivos” en la misma y en la diferente vida/otraque no es más que la mediática, la virtual y la consumista vida.

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