/ lunes 8 de agosto de 2022

Observatorio Ciudadano | Aplicar la Ley y poner lupa en el dinero público, la clave

Estos días hemos visto y conocido noticias que tienen que ver con el ejercicio de los recursos públicos de Mazatlán, prácticamente cada mañana sabemos de un nuevo viaje de nuestro alcalde, inauguración de un tope que al día siguiente es demolido en parte porque se “olvidó” la tubería para el flujo pluvial; que apenas ha transcurrido la mitad del año y el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán está casi en la quiebra porque se gastó los 120 millones de pesos que se le asignaron para 2022. Lo más reciente: la visita de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú que costó a los mazatlecos, al menos, 280 mil pesos, recurso que se destinó siendo parte del presupuesto municipal.

Sin embargo y más en lo público existen reglas para gastar, y es ahí donde el ojo ciudadano debe de estar puesto, como lupa, como panóptico, que la autoridad se sienta observada, porque la observación inhibe.

El Artículo 134 de nuestra Carta Magna establece que los recursos económicos de que dispongan la federación, las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados, principios a los que le sumaría los de legalidad, racionalidad, control y rendición de cuentas.

Al ser mandato Constitucional todo Gobierno debe apegarse a estos principios, pero vemos que, al menos en nuestro municipio, eso no pasa, basta con revisar los estados financieros más recientes donde se observa el incremento en el ejercicio de los presupuestos asignados en los últimos años, de 2018 a 2022, un incremento que los ciudadanos no percibimos o no vemos aplicado en acciones de beneficio social, por el contrario, percibimos servicios públicos deficientes, cuando tener servicios públicos de calidad debe ser prioridad, lo que denota ineficiencia e ineficacia en el ejercicio de esos recursos por parte de nuestro Gobierno.

La falta de rendición de cuentas hacia los ciudadanos es una constante. Actualmente no sabemos por qué el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán ha incrementado 66 por ciento su presupuesto, al pasar de 72 millones de pesos en 2018 a 120 en 2022; o por qué el mismo Instituto se gastó 112.9 millones de pesos en 2021 cuando originalmente se le presupuestaron 70, pese a que año no hubo Carnaval, en realidad, no había motivo para gastar tanto.

A la fecha tampoco sabemos a qué le ha dedicado Jumapam 104 millones de pesos en 2020; 140 en 2021; y 78 en el primer trimestre de este 2022, pero los números están en los estados financieros de esos ejercicios y las transferencias se hicieron; además revisamos que no se apegan a la legalidad al adjudicar directamente contratos que se tendrían qué licitar, esto genera que se beneficie a un solo proveedor, como pasó con Aztecaa Lighting que el Ayuntamiento le asignó de manera directa más de 500 millones de pesos por la compra de luminarias.

Lo que sabemos es que gracias a organizaciones como Observatorio Ciudadano de Mazatlán, A.C. y medios de comunicación que se han encargado de buscar esa información para difundirla, es como la hemos acercado a la ciudadanía. El objetivo es que se puedan darse cuenta en qué y cómo gasta el Gobierno; y desde su trinchera cada uno haga su parte y exija que se cumpla con todos los principios que mandata la Constitución. Estoy seguro de que, a medida que los ciudadanos nos involucremos, participemos, y exijamos resultados la situación al interior de los Gobiernos tienen que mejorar, la participación ciudadana debe rendir frutos, porque todos los esfuerzos tienen resultados.

Como ciudadanos hay muchas formas de participar, desde preguntar por Transparencia cuáles son las obras que el municipio tiene planeadas en su colonia, hasta involucrarse en la supervisión de misma a través de contralorías sociales. Esas acciones son las que provocarán que las cosas se vayan haciendo cada día mejor desde la autoridad. Exijamos que nuestros gobiernos rindan cuentas, el dinero no es de la autoridad, es de todos los ciudadanos mazatlecos.

Por ahora me despido esperando que, como sociedad, sigamos participando para exigir explicaciones públicas de cómo y en qué se gasta el presupuesto de todos. Aplicar la Ley y poner lupa en el dinero público, la clave. Espero con gusto sus comentarios por correo electrónico.

“Una persona que valora sus privilegios sobre sus principios, pronto pierde los dos”.

Dwight D. Eisenhower

Ex presidente de EEUU.


observatoriociudadanomzt@hotmail.com

@observatoriomzt

FB: Observatorio Ciudadano de Mazatlán

IG: observatorio ciudadanomzt

*El autor es Director de la Asociación Civil Observatorio Ciudadano de Mazatlán. Contador Público y estudiante de Derecho, especializado en auditorías a recursos públicos y temas anticorrupción.

Estos días hemos visto y conocido noticias que tienen que ver con el ejercicio de los recursos públicos de Mazatlán, prácticamente cada mañana sabemos de un nuevo viaje de nuestro alcalde, inauguración de un tope que al día siguiente es demolido en parte porque se “olvidó” la tubería para el flujo pluvial; que apenas ha transcurrido la mitad del año y el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán está casi en la quiebra porque se gastó los 120 millones de pesos que se le asignaron para 2022. Lo más reciente: la visita de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú que costó a los mazatlecos, al menos, 280 mil pesos, recurso que se destinó siendo parte del presupuesto municipal.

Sin embargo y más en lo público existen reglas para gastar, y es ahí donde el ojo ciudadano debe de estar puesto, como lupa, como panóptico, que la autoridad se sienta observada, porque la observación inhibe.

El Artículo 134 de nuestra Carta Magna establece que los recursos económicos de que dispongan la federación, las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados, principios a los que le sumaría los de legalidad, racionalidad, control y rendición de cuentas.

Al ser mandato Constitucional todo Gobierno debe apegarse a estos principios, pero vemos que, al menos en nuestro municipio, eso no pasa, basta con revisar los estados financieros más recientes donde se observa el incremento en el ejercicio de los presupuestos asignados en los últimos años, de 2018 a 2022, un incremento que los ciudadanos no percibimos o no vemos aplicado en acciones de beneficio social, por el contrario, percibimos servicios públicos deficientes, cuando tener servicios públicos de calidad debe ser prioridad, lo que denota ineficiencia e ineficacia en el ejercicio de esos recursos por parte de nuestro Gobierno.

La falta de rendición de cuentas hacia los ciudadanos es una constante. Actualmente no sabemos por qué el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán ha incrementado 66 por ciento su presupuesto, al pasar de 72 millones de pesos en 2018 a 120 en 2022; o por qué el mismo Instituto se gastó 112.9 millones de pesos en 2021 cuando originalmente se le presupuestaron 70, pese a que año no hubo Carnaval, en realidad, no había motivo para gastar tanto.

A la fecha tampoco sabemos a qué le ha dedicado Jumapam 104 millones de pesos en 2020; 140 en 2021; y 78 en el primer trimestre de este 2022, pero los números están en los estados financieros de esos ejercicios y las transferencias se hicieron; además revisamos que no se apegan a la legalidad al adjudicar directamente contratos que se tendrían qué licitar, esto genera que se beneficie a un solo proveedor, como pasó con Aztecaa Lighting que el Ayuntamiento le asignó de manera directa más de 500 millones de pesos por la compra de luminarias.

Lo que sabemos es que gracias a organizaciones como Observatorio Ciudadano de Mazatlán, A.C. y medios de comunicación que se han encargado de buscar esa información para difundirla, es como la hemos acercado a la ciudadanía. El objetivo es que se puedan darse cuenta en qué y cómo gasta el Gobierno; y desde su trinchera cada uno haga su parte y exija que se cumpla con todos los principios que mandata la Constitución. Estoy seguro de que, a medida que los ciudadanos nos involucremos, participemos, y exijamos resultados la situación al interior de los Gobiernos tienen que mejorar, la participación ciudadana debe rendir frutos, porque todos los esfuerzos tienen resultados.

Como ciudadanos hay muchas formas de participar, desde preguntar por Transparencia cuáles son las obras que el municipio tiene planeadas en su colonia, hasta involucrarse en la supervisión de misma a través de contralorías sociales. Esas acciones son las que provocarán que las cosas se vayan haciendo cada día mejor desde la autoridad. Exijamos que nuestros gobiernos rindan cuentas, el dinero no es de la autoridad, es de todos los ciudadanos mazatlecos.

Por ahora me despido esperando que, como sociedad, sigamos participando para exigir explicaciones públicas de cómo y en qué se gasta el presupuesto de todos. Aplicar la Ley y poner lupa en el dinero público, la clave. Espero con gusto sus comentarios por correo electrónico.

“Una persona que valora sus privilegios sobre sus principios, pronto pierde los dos”.

Dwight D. Eisenhower

Ex presidente de EEUU.


observatoriociudadanomzt@hotmail.com

@observatoriomzt

FB: Observatorio Ciudadano de Mazatlán

IG: observatorio ciudadanomzt

*El autor es Director de la Asociación Civil Observatorio Ciudadano de Mazatlán. Contador Público y estudiante de Derecho, especializado en auditorías a recursos públicos y temas anticorrupción.