/ viernes 9 de agosto de 2019

No puedes amar si no tienes dinero

"Así como un médico puede decir que es muy probable que no haya un solo ser humano vivo que esté completamente sano, así que cualquiera que realmente conozca a la humanidad podría decir que no hay un solo ser humano vivo que no se desespere un poco, quien no alberga en secreto un malestar, una lucha interna, una falta de armonía, una ansiedad por algo desconocido o algo que ni siquiera se atreve a tratar de saber".

Søren Kierkegaar.

Es lo que le dice Laura a Thomas, abrazándolo y abrazándose la pareja de amantes en Jerichow, a escondidas, del empresario turco Alí, quien se compró el amor y la infidelidad de ella que había estado en la cárcel y tenía una deuda considerable quién sabe con quién como examante, descubriendo el turco lo del amasiato y decirle a ella que está a dos o tres meses de morir por una enfermedad del corazón, a lo que Laura le dice a Thomas que no será necesario matar a Alí, decidiendo el turco suicidarse, no sin antes decirles que son unos: Cerdos.

Cualquier relación con El cartero siempre llama dos veces y Cuerpos Calientes y la que se quiera dar(le) a la in-confidencia humana de los amantes con el drama y la tragedia des-dramatizad@s en el siglo xxi por sus confidencias íntimas-públicas, es que el amor ni siquiera es el amour fou, acasoel amor del lenguaje publipropagandístico, desinhibido y estúpido, matador y pornoestentóreo.

La condición amatoria y estoica del turco ante la frialdad amatoria y moderna de los dos amantes alemanes es para auscultarse los sentimientos y las emociones en plena vaciedad de la aldea global digital, a oscuras, no habiendo más luces que las artificiales porque no hay nada, nadie y alguien que se despierten y se levanten con la luz natural del sol matinal, no prendiendo lámpara ninguna sobre ningún buró más que el teléfono celular, el móvil amado de cada mañana que, al levantarnos, nos acompaña y nos engaña.

Cuando estamos en la acción disruptiva de la tecnología con el delicado sonido del cataclismo terrenal, las enfermedades allí están y para ellas la tecnología científica médica, las farmacéuticas y los pacientes/clientes pagando caro las recetas con las facturas, en lo que la vida y en la enfermedad luchan en el dolor y en el alivio contra el pronóstico reservado: salvado o desahuciado.

Por más que ahora se presuma que se sabe más quién sabe de quién o de qué, la vida/esta tan sencillamente simple se ha transformado truculentamente compleja porque se cree que se está viviendo una vida/otra con la confortabilidad de un paraíso manual y visual puesto en venta como en la compra diaria con las sensaciones, las emociones, los sentimientos y las aplicaciones incluid@s con las mismas y las diferentes modas y modelos de armar y desarmar el amor de la servidumbre amatoria en acumulación y en despojo para quien es amad@ de manera diferente y con la misma manera de socavar y despojar lo que en el amor no es riqueza y sí es pobreza en la condición humana del ser humano solo y/o en pareja, porque, ahora, en la confortabilidad de quien sea y con quien sea no se puede amar si no tienes dinero, dictándolo el mercado de los corazones rotos y solos que, al no poder repostear, reponer y recargar lo más perdido que lo ganado en un match point y una cita a ciegas de ciegos por más que se vean a los ojos, las apariencias engañan, roban, violan y matan, porque no se puede amar si no tienes dinero hoy, porque mañana no habrá a quién amar y robar.

Amar y danzar no es lo mismo ni es lo diferente, porque cuando las pequeñas luces aladas e intermitentes de las luciérnagas que son de ningún lugar en el mundo de arriba, en el cielo de en medio y en la tierra de abajo y nada, nadie y alguien las puede tocar por más que las atrape y las ponga en donde está el corazón, las pequeñas luces aladas e intermitentes de las luciérnagas que son de ningún lugar, mueren, porque las mata nuestra rapiña y nuestra roña que es la colectivasoriasis fálica y vagínica cuando nos bronceamos con crema y soltamos líquida el polen contaminante de nuestra taras mentsales y comerciales de nuestrasrecubiertas conanchas solares.

Cuando el amor es la tensión de la nervadura histérica en relación con las hormonas del odio -las neuronas- han dejado de funcionar con los cinco sentidos y la piel del roce sensible y erótico porque el amor neurótico tiene un medio, el neuronas-crimincriminal: no puedes amar porque no tienes dinero.

"Así como un médico puede decir que es muy probable que no haya un solo ser humano vivo que esté completamente sano, así que cualquiera que realmente conozca a la humanidad podría decir que no hay un solo ser humano vivo que no se desespere un poco, quien no alberga en secreto un malestar, una lucha interna, una falta de armonía, una ansiedad por algo desconocido o algo que ni siquiera se atreve a tratar de saber".

Søren Kierkegaar.

Es lo que le dice Laura a Thomas, abrazándolo y abrazándose la pareja de amantes en Jerichow, a escondidas, del empresario turco Alí, quien se compró el amor y la infidelidad de ella que había estado en la cárcel y tenía una deuda considerable quién sabe con quién como examante, descubriendo el turco lo del amasiato y decirle a ella que está a dos o tres meses de morir por una enfermedad del corazón, a lo que Laura le dice a Thomas que no será necesario matar a Alí, decidiendo el turco suicidarse, no sin antes decirles que son unos: Cerdos.

Cualquier relación con El cartero siempre llama dos veces y Cuerpos Calientes y la que se quiera dar(le) a la in-confidencia humana de los amantes con el drama y la tragedia des-dramatizad@s en el siglo xxi por sus confidencias íntimas-públicas, es que el amor ni siquiera es el amour fou, acasoel amor del lenguaje publipropagandístico, desinhibido y estúpido, matador y pornoestentóreo.

La condición amatoria y estoica del turco ante la frialdad amatoria y moderna de los dos amantes alemanes es para auscultarse los sentimientos y las emociones en plena vaciedad de la aldea global digital, a oscuras, no habiendo más luces que las artificiales porque no hay nada, nadie y alguien que se despierten y se levanten con la luz natural del sol matinal, no prendiendo lámpara ninguna sobre ningún buró más que el teléfono celular, el móvil amado de cada mañana que, al levantarnos, nos acompaña y nos engaña.

Cuando estamos en la acción disruptiva de la tecnología con el delicado sonido del cataclismo terrenal, las enfermedades allí están y para ellas la tecnología científica médica, las farmacéuticas y los pacientes/clientes pagando caro las recetas con las facturas, en lo que la vida y en la enfermedad luchan en el dolor y en el alivio contra el pronóstico reservado: salvado o desahuciado.

Por más que ahora se presuma que se sabe más quién sabe de quién o de qué, la vida/esta tan sencillamente simple se ha transformado truculentamente compleja porque se cree que se está viviendo una vida/otra con la confortabilidad de un paraíso manual y visual puesto en venta como en la compra diaria con las sensaciones, las emociones, los sentimientos y las aplicaciones incluid@s con las mismas y las diferentes modas y modelos de armar y desarmar el amor de la servidumbre amatoria en acumulación y en despojo para quien es amad@ de manera diferente y con la misma manera de socavar y despojar lo que en el amor no es riqueza y sí es pobreza en la condición humana del ser humano solo y/o en pareja, porque, ahora, en la confortabilidad de quien sea y con quien sea no se puede amar si no tienes dinero, dictándolo el mercado de los corazones rotos y solos que, al no poder repostear, reponer y recargar lo más perdido que lo ganado en un match point y una cita a ciegas de ciegos por más que se vean a los ojos, las apariencias engañan, roban, violan y matan, porque no se puede amar si no tienes dinero hoy, porque mañana no habrá a quién amar y robar.

Amar y danzar no es lo mismo ni es lo diferente, porque cuando las pequeñas luces aladas e intermitentes de las luciérnagas que son de ningún lugar en el mundo de arriba, en el cielo de en medio y en la tierra de abajo y nada, nadie y alguien las puede tocar por más que las atrape y las ponga en donde está el corazón, las pequeñas luces aladas e intermitentes de las luciérnagas que son de ningún lugar, mueren, porque las mata nuestra rapiña y nuestra roña que es la colectivasoriasis fálica y vagínica cuando nos bronceamos con crema y soltamos líquida el polen contaminante de nuestra taras mentsales y comerciales de nuestrasrecubiertas conanchas solares.

Cuando el amor es la tensión de la nervadura histérica en relación con las hormonas del odio -las neuronas- han dejado de funcionar con los cinco sentidos y la piel del roce sensible y erótico porque el amor neurótico tiene un medio, el neuronas-crimincriminal: no puedes amar porque no tienes dinero.

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