/ martes 16 de marzo de 2021

Mujeres 2021, un estudio del Banco Mundial

A propósito del mes de marzo, llamado Mes de la Mujer, debido a que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el Banco Mundial ha sacado a la luz el estudio titulado Mujer, Empresa y el Derecho 2021. Se trata de la séptima edición de una serie de estudios anuales que evalúan las diferentes leyes y regulaciones que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 economías.

Ante una pandemia global que amenaza el progreso que ha tenido la igualdad de género, el informe identifica las barreras que afectan a la participación económica de las mujeres e incentiva a reformar leyes discriminatorias. La edición 2021 también incluye hallazgos importantes sobre las respuestas de los gobiernos a la crisis del Covid-19, además de una investigación piloto en materia de cuidado infantil y el acceso de las mujeres a la justicia.

Señala también que las mujeres en todo el mundo se enfrentan a leyes y regulaciones que limitan sus oportunidades, especialmente frente a los nuevos desafíos causados por la pandemia del SARS-CoV-2 en materia de salud, seguridad, y protección económica. En promedio, las mujeres tienen solo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres.

El informe mide leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 países dentro de un periodo que va desde septiembre de 2019 a octubre de 2020. Desde la movilidad hasta los desafíos que representan el trabajo, la crianza de los hijos y la jubilación, los datos ofrecen puntos de referencia objetivos y medibles sobre el progreso global hacia la igualdad de género. El informe analiza igualmente la respuesta de los gobiernos a las crisis de Covid-19 y cómo la pandemia ha afectado a las mujeres en el trabajo y en el hogar, principalmente en lo referente al cuidado de los niños y los adultos mayores, así como en el acceso a la justicia, la salud y la seguridad.

En general, los hallazgos del informe indican que muchos gobiernos han adoptado medidas para abordar el impacto de la pandemia en las mujeres trabajadoras. Por ejemplo, menos de una cuarta parte de las economías analizadas por el informe garantizaba por ley a los padres trabajadores alguna licencia para el cuidado de los hijos, antes de la pandemia. Desde entonces, con el cierre de escuelas, cerca de 40 economías en todo el mundo han establecido políticas sobre licencias o prestaciones sociales con el fin de ayudar a los padres en el cuidado de los niños. Aun así, es probable que estas medidas sean insuficientes para abordar los desafíos que ya enfrentan muchas madres trabajadoras, y la crisis de los servicios para los cuidados infantiles.

La pandemia también ha contribuido al aumento de la gravedad y frecuencia de la violencia contra las mujeres. Una investigación preliminar muestra que, desde principios de 2020, los gobiernos adoptaron alrededor de 120 medidas nuevas como líneas de atención telefónica directa, asistencia psicológica y refugios para proteger a las mujeres de la violencia doméstica.

A pesar de la pandemia, 27 economías en todas las regiones y niveles de ingreso promulgaron reformas en todas las áreas analizadas y aumentaron las buenas prácticas en materia de legislación en 45 casos durante el año cubierto por el estudio.

Sin embargo, la parentalidad es también el área que deja un mayor margen de mejora a nivel mundial. Esto incluye la licencia parental remunerada, la administración de los beneficios por el gobierno y la prohibición del despido de mujeres. Del mismo modo, son necesarias reformas para superar a las restricciones que enfrentan las mujeres en cuanto a los tipos de trabajos, tareas y horarios en los que pueden desempeñarse, lo cual las segrega a empleos menos remunerados. Asimismo, en 100 economías las leyes no exigen una remuneración igual para hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Por ejemplo, a pesar de que las mujeres están en la primera línea de atención a la pandemia, ya que constituyen el 73.2% en el sector salud, ganan 21.7% menos, según nos dice Alicia Bárcenas. También hay un dato desalentador que ha manejado la CEPAL, el cual señala que la participación de las mujeres en el mercado laboral retrocedió diez años, con la pandemia Covid-19.

En el reporte del Banco Mundial México aparece con un puntaje de 88.8 de 100 en el índice basado en las ocho áreas mencionadas. El puntaje promedio mundial es de 76.1. Solo 39 economías tienen un puntaje mayor a 90, 28 de estas pertenecen a la OCDE. De América Latina y el Caribe los países que tienen un puntaje mayor a 90 son Perú y Paraguay. El indicador en el que México aparece más rezagado, con puntaje de 65, es, justamente en el de cuidados infantiles.

De frente a estos retos y el reclamo del movimiento feminista, es la hora de acelerar el paso. Queda claro que los avances, sobre todo legislativos, en materia de representación política, licencias remuneradas, violencia de género, tanto política, sexual, como familiar, la incipiente reforma en inclusión financiera, no son suficientes.

Urge avanzar en materia de cuidados e igualdad salarial; así como en el derecho a decidir de las mujeres, entre otros rubros. Es la hora de la agenda de las mujeres. No hay transformación social, ni democracia sin ellas. Sigamos construyendo la igualdad entre mujeres y hombres, paso a paso, golpe a golpe, verso a verso.

A propósito del mes de marzo, llamado Mes de la Mujer, debido a que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el Banco Mundial ha sacado a la luz el estudio titulado Mujer, Empresa y el Derecho 2021. Se trata de la séptima edición de una serie de estudios anuales que evalúan las diferentes leyes y regulaciones que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 economías.

Ante una pandemia global que amenaza el progreso que ha tenido la igualdad de género, el informe identifica las barreras que afectan a la participación económica de las mujeres e incentiva a reformar leyes discriminatorias. La edición 2021 también incluye hallazgos importantes sobre las respuestas de los gobiernos a la crisis del Covid-19, además de una investigación piloto en materia de cuidado infantil y el acceso de las mujeres a la justicia.

Señala también que las mujeres en todo el mundo se enfrentan a leyes y regulaciones que limitan sus oportunidades, especialmente frente a los nuevos desafíos causados por la pandemia del SARS-CoV-2 en materia de salud, seguridad, y protección económica. En promedio, las mujeres tienen solo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres.

El informe mide leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 países dentro de un periodo que va desde septiembre de 2019 a octubre de 2020. Desde la movilidad hasta los desafíos que representan el trabajo, la crianza de los hijos y la jubilación, los datos ofrecen puntos de referencia objetivos y medibles sobre el progreso global hacia la igualdad de género. El informe analiza igualmente la respuesta de los gobiernos a las crisis de Covid-19 y cómo la pandemia ha afectado a las mujeres en el trabajo y en el hogar, principalmente en lo referente al cuidado de los niños y los adultos mayores, así como en el acceso a la justicia, la salud y la seguridad.

En general, los hallazgos del informe indican que muchos gobiernos han adoptado medidas para abordar el impacto de la pandemia en las mujeres trabajadoras. Por ejemplo, menos de una cuarta parte de las economías analizadas por el informe garantizaba por ley a los padres trabajadores alguna licencia para el cuidado de los hijos, antes de la pandemia. Desde entonces, con el cierre de escuelas, cerca de 40 economías en todo el mundo han establecido políticas sobre licencias o prestaciones sociales con el fin de ayudar a los padres en el cuidado de los niños. Aun así, es probable que estas medidas sean insuficientes para abordar los desafíos que ya enfrentan muchas madres trabajadoras, y la crisis de los servicios para los cuidados infantiles.

La pandemia también ha contribuido al aumento de la gravedad y frecuencia de la violencia contra las mujeres. Una investigación preliminar muestra que, desde principios de 2020, los gobiernos adoptaron alrededor de 120 medidas nuevas como líneas de atención telefónica directa, asistencia psicológica y refugios para proteger a las mujeres de la violencia doméstica.

A pesar de la pandemia, 27 economías en todas las regiones y niveles de ingreso promulgaron reformas en todas las áreas analizadas y aumentaron las buenas prácticas en materia de legislación en 45 casos durante el año cubierto por el estudio.

Sin embargo, la parentalidad es también el área que deja un mayor margen de mejora a nivel mundial. Esto incluye la licencia parental remunerada, la administración de los beneficios por el gobierno y la prohibición del despido de mujeres. Del mismo modo, son necesarias reformas para superar a las restricciones que enfrentan las mujeres en cuanto a los tipos de trabajos, tareas y horarios en los que pueden desempeñarse, lo cual las segrega a empleos menos remunerados. Asimismo, en 100 economías las leyes no exigen una remuneración igual para hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Por ejemplo, a pesar de que las mujeres están en la primera línea de atención a la pandemia, ya que constituyen el 73.2% en el sector salud, ganan 21.7% menos, según nos dice Alicia Bárcenas. También hay un dato desalentador que ha manejado la CEPAL, el cual señala que la participación de las mujeres en el mercado laboral retrocedió diez años, con la pandemia Covid-19.

En el reporte del Banco Mundial México aparece con un puntaje de 88.8 de 100 en el índice basado en las ocho áreas mencionadas. El puntaje promedio mundial es de 76.1. Solo 39 economías tienen un puntaje mayor a 90, 28 de estas pertenecen a la OCDE. De América Latina y el Caribe los países que tienen un puntaje mayor a 90 son Perú y Paraguay. El indicador en el que México aparece más rezagado, con puntaje de 65, es, justamente en el de cuidados infantiles.

De frente a estos retos y el reclamo del movimiento feminista, es la hora de acelerar el paso. Queda claro que los avances, sobre todo legislativos, en materia de representación política, licencias remuneradas, violencia de género, tanto política, sexual, como familiar, la incipiente reforma en inclusión financiera, no son suficientes.

Urge avanzar en materia de cuidados e igualdad salarial; así como en el derecho a decidir de las mujeres, entre otros rubros. Es la hora de la agenda de las mujeres. No hay transformación social, ni democracia sin ellas. Sigamos construyendo la igualdad entre mujeres y hombres, paso a paso, golpe a golpe, verso a verso.