/ jueves 3 de marzo de 2022

Mirar para otro lado

MIRAR PARA OTRO LADO

No podemos mirar para otro lado cuando se cometen ante nosotros injusticias o crímenes. O lo podemos hacer y avergonzarnos de nosotros mismos –o no. Cualquiera de estas actitudes nos sirve para reconocer, en nosotros y en los demás de qué naturaleza estamos hechos. En unos casos repudiamos esa naturaleza, en otros nos sirve de admiración. Mientras en la mañana de este martes, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, más de 140 diplomáticos abandonaron la sala porque se negaron a escuchar al canciller ruso Lavrov que intentaba justificar la agresión militar a Ucrania (Brasil no abandonó la sala); en Bruselas, en sesión del Parlamento Europeo habló el Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien expresó a los eurodiputados: “Estamos peleando por la libertad que ustedes tienen”, y recordó a las víctimas del ataque de Rusia —el lunes murieron 16 niños— así como ha solicitado su incorporación a la Unión Europea. “Luchamos para ser miembros de pleno derecho de Europa. Demuestren que la UE está con nosotros y que no nos dejarán solos”, dijo Zelenski. En ambas sesiones los participantes se pusieron de pie. En una para abandonar la sala, y en la otra para ovacionar atronadoramente al presidente de Ucrania. En el Parlamento Europeo hubo un gesto político importante de unidad: populares, socialistas, liberales, verdes, ultraconservadores e izquierda, han suscrito un texto común de apoyo.

El lunes, la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de la ONU que está encargada de decidir las controversias jurídicas entre Estados, confirmó que recibió una demanda de Ucrania contra Rusia en la que acusa a Moscú de genocidio (la CIJ convoca audiencias sobre la guerra en Ucrania el 7 y el 8 de marzo), y este martes, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (que no forma parte de la ONU, pero que está relacionada con ella a través del Estatuto de Roma) encargada de juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio, crímenes de guerra y crimen de agresión, el británico Karim Khan, inicia investigación sobre la situación en Ucrania.

Ekho Moskvy radio y TV Dozhd entre los pocos medios rusos que hacían crítica al Kremlin, están cerrados ya. Putin coarta así a los medios en Rusia para que no den cuenta de los bombardeos y atrocidades que sus tropas cometen en Ucrania. El Laboratorio de Pruebas de Crisis de Amnistía Internacional ha verificado violaciones del derecho internacional que podrían constituir crímenes de guerra. Cinco personas han muerto y otras cinco han resultado heridas en el bombardeo ruso de este martes contra la torre de televisión de Kiev, informó el Servicio Estatal de Emergencias ucraniano en su página de Facebook. La torre de televisión está en el mismo barrio que el sitio de Babi Yar, un lugar donde los nazis mataron a más de 30,000 judíos en dos días en 1941. "Estos bárbaros están masacrando a las víctimas de la Shoah (término hebreo para referirse al Holocausto) por segunda vez", denunció en Tuiter el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriï Lermak.

Se mira para otro lado, ni siquiera un gesto. Aunque el gobierno mexicano ha condenado la invasión rusa, la agencia Reuters da a conocer que México no impondrá ninguna sanción económica a Rusia por invadir Ucrania, como lo dijo este martes López Obrador, quien criticó lo que llamó censura de los medios de comunicación: "No estoy de acuerdo con el hecho de que los medios de comunicación de Rusia o de cualquier país estén censurados". No vamos a tomar ningún tipo de represalia económica porque queremos tener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo", dijo López Obrador. En América Latina, México, junto con Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba en la votación de una propuesta para celebrar un debate urgente sobre la agresión ordenada por el presidente Vladimir Putin, se opusieron, junto a Rusia, China y Eritrea, (el dictador de Venezuela expresó este martes su “fuerte apoyo” al otro autócrata -Putin), al igual que los socios de la coalición de gobierno en España, como lo son Izquierda Unida (izquierda comunista/socialista/anticapitalista) junto a Bildu (un partido del polo de la izquierda independentista, ligado a las causas del terrorismo vasco) y el prochavista Podemos, se han opuesto a ampliar las sanciones a Rusia. Podemos, Bildu e IU no han apoyado la llamada para suspender las licencias de emisión de los medios de propaganda rusos como RT o Sputnik, como lo han hecho otros países. Incluso, Podemos, Bildu e IU han votado en contra de solicitar a las instituciones de la Unión Europea que concedan a Ucrania el estatuto de país candidato. Como con magistral ironía para los normalizadores y justificadores de las acciones de Putin lo ha puesto Guillermo Sheridan en El Universal: “la conclusión es genial: hay que respetar a Rusia porque es mejor un mundo ‘multipolar’ a uno ‘unipolar’ que causaría mucho ‘sufrimiento humano’. Así pues, la invasión militar a Ucrania es un acto humanitario. Cada bomba que cae en Ucrania invita a olvidar la democracia y a entender que una linda dictadura fortalece al humanismo multipolar. ¿Qué chiste tendría vivir en un mundo con puras democracias liberales y burguesas? Ninguno. Restaurar a la URSS y refundar el Pacto de Varsovia le daría al mundo una pluralidad estimulante”.

El mundo puede estar de cabeza pero no se ha perdido del todo. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, durante el Pleno Extraordinario del Parlamento Europeo sobre la invasión rusa de Ucrania, dijo: "Cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos". "No podemos seguir confiando en que apelar al Estado de derecho y desarrollar relaciones comerciales vaya a convertir al mundo en un lugar pacífico donde todo el mundo evolucionará hacia la democracia representativa". Pidió que la UE sea un "poder duro" no por medios militares, sino a través de la "coerción, las sanciones, tomando medidas como estas que parecen de papel, que no movilizan misiles pero que tienen un efecto trascendental sobre la solvencia de un país, e impiden que Rusia vaya a usar el dinero que pagamos por su gas para alimentar la guerra". “No se puede poner al mismo nivel a agredido y al agresor. Y nos acordaremos de aquellos, que en este momento solemne, no estén a nuestro lado. Este momento trágico debe impulsarnos a unirnos más para hacer frente a aquellas acciones humanas que amenazan también la vida, la seguridad y la prosperidad de todos”.

Al final de cuentas, los hechos concretos de la gente que quiere vivir en paz y en democracia, trascienden, al igual que la solidaridad del mundo de los países democráticos. Una condición para ello es el multilateralismo y la democracia. Anécdotas que inspiran y hacen historia, como la del presidente Zelenski que se negó a huir de la capital, diciéndole a Estados Unidos que necesita municiones, no un taxi para escapar; los soldados ucranianos de la Isla Serpiente (Isla Zmiinyi) que le dijeron a un buque de guerra ruso que les pedía su rendición: “buque de guerra ruso, vete a la mierda”, y la consecuencia fue que los 13 defensores ucranianos murieron en el bombardeo; los civiles que intentaron detener con sus manos a los tanques rusos.

Mircea Cărtărescu, poeta, prosista y crítico literario rumano, en su columna en el ABC de España, escribió algo importante: “Hoy Putin aúna Europa y el mundo entero, en contra de sus intenciones, mucho más que cualquier factor económico, sociológico o cultural. Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica. Hoy, siguiendo el asedio de Kiev, vemos a través del grosor de la historia a unos soldados espartanos que resisten ante un inmenso ejército de esclavos. Porque también el imperio de Putin -que no se identifica con el pueblo ruso, el primero sometido a su yugo- es el de la esclavitud, el del gobierno a través de la fuerza bruta, como en la antigua Unión Soviética de la que él procede y que quiere ver restaurada. Termópilas cayó, todos y cada uno de sus defensores fueron masacrados, pero sin esa batalla no habrían existido Salamina, Maratón o Platea, donde la voluntad de libertad, el instinto humano más fuerte que el de supervivencia, venció al coloso persa. También Kiev podría caer, y Ucrania podría ser conquistada, pero ya no tiene importancia, porque Zelenski y sus combatientes han entrado definitivamente en el horizonte dorado del mito. En este momento ellos son los héroes de la humanidad ante los que, incluso derrotándolos, el tirano no tiene nada que hacer. Al agrupar al mundo en su contra y al provocar la emocionante resistencia de Ucrania, Putin ya ha perdido la guerra”.

MIRAR PARA OTRO LADO

No podemos mirar para otro lado cuando se cometen ante nosotros injusticias o crímenes. O lo podemos hacer y avergonzarnos de nosotros mismos –o no. Cualquiera de estas actitudes nos sirve para reconocer, en nosotros y en los demás de qué naturaleza estamos hechos. En unos casos repudiamos esa naturaleza, en otros nos sirve de admiración. Mientras en la mañana de este martes, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, más de 140 diplomáticos abandonaron la sala porque se negaron a escuchar al canciller ruso Lavrov que intentaba justificar la agresión militar a Ucrania (Brasil no abandonó la sala); en Bruselas, en sesión del Parlamento Europeo habló el Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien expresó a los eurodiputados: “Estamos peleando por la libertad que ustedes tienen”, y recordó a las víctimas del ataque de Rusia —el lunes murieron 16 niños— así como ha solicitado su incorporación a la Unión Europea. “Luchamos para ser miembros de pleno derecho de Europa. Demuestren que la UE está con nosotros y que no nos dejarán solos”, dijo Zelenski. En ambas sesiones los participantes se pusieron de pie. En una para abandonar la sala, y en la otra para ovacionar atronadoramente al presidente de Ucrania. En el Parlamento Europeo hubo un gesto político importante de unidad: populares, socialistas, liberales, verdes, ultraconservadores e izquierda, han suscrito un texto común de apoyo.

El lunes, la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de la ONU que está encargada de decidir las controversias jurídicas entre Estados, confirmó que recibió una demanda de Ucrania contra Rusia en la que acusa a Moscú de genocidio (la CIJ convoca audiencias sobre la guerra en Ucrania el 7 y el 8 de marzo), y este martes, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (que no forma parte de la ONU, pero que está relacionada con ella a través del Estatuto de Roma) encargada de juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio, crímenes de guerra y crimen de agresión, el británico Karim Khan, inicia investigación sobre la situación en Ucrania.

Ekho Moskvy radio y TV Dozhd entre los pocos medios rusos que hacían crítica al Kremlin, están cerrados ya. Putin coarta así a los medios en Rusia para que no den cuenta de los bombardeos y atrocidades que sus tropas cometen en Ucrania. El Laboratorio de Pruebas de Crisis de Amnistía Internacional ha verificado violaciones del derecho internacional que podrían constituir crímenes de guerra. Cinco personas han muerto y otras cinco han resultado heridas en el bombardeo ruso de este martes contra la torre de televisión de Kiev, informó el Servicio Estatal de Emergencias ucraniano en su página de Facebook. La torre de televisión está en el mismo barrio que el sitio de Babi Yar, un lugar donde los nazis mataron a más de 30,000 judíos en dos días en 1941. "Estos bárbaros están masacrando a las víctimas de la Shoah (término hebreo para referirse al Holocausto) por segunda vez", denunció en Tuiter el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriï Lermak.

Se mira para otro lado, ni siquiera un gesto. Aunque el gobierno mexicano ha condenado la invasión rusa, la agencia Reuters da a conocer que México no impondrá ninguna sanción económica a Rusia por invadir Ucrania, como lo dijo este martes López Obrador, quien criticó lo que llamó censura de los medios de comunicación: "No estoy de acuerdo con el hecho de que los medios de comunicación de Rusia o de cualquier país estén censurados". No vamos a tomar ningún tipo de represalia económica porque queremos tener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo", dijo López Obrador. En América Latina, México, junto con Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba en la votación de una propuesta para celebrar un debate urgente sobre la agresión ordenada por el presidente Vladimir Putin, se opusieron, junto a Rusia, China y Eritrea, (el dictador de Venezuela expresó este martes su “fuerte apoyo” al otro autócrata -Putin), al igual que los socios de la coalición de gobierno en España, como lo son Izquierda Unida (izquierda comunista/socialista/anticapitalista) junto a Bildu (un partido del polo de la izquierda independentista, ligado a las causas del terrorismo vasco) y el prochavista Podemos, se han opuesto a ampliar las sanciones a Rusia. Podemos, Bildu e IU no han apoyado la llamada para suspender las licencias de emisión de los medios de propaganda rusos como RT o Sputnik, como lo han hecho otros países. Incluso, Podemos, Bildu e IU han votado en contra de solicitar a las instituciones de la Unión Europea que concedan a Ucrania el estatuto de país candidato. Como con magistral ironía para los normalizadores y justificadores de las acciones de Putin lo ha puesto Guillermo Sheridan en El Universal: “la conclusión es genial: hay que respetar a Rusia porque es mejor un mundo ‘multipolar’ a uno ‘unipolar’ que causaría mucho ‘sufrimiento humano’. Así pues, la invasión militar a Ucrania es un acto humanitario. Cada bomba que cae en Ucrania invita a olvidar la democracia y a entender que una linda dictadura fortalece al humanismo multipolar. ¿Qué chiste tendría vivir en un mundo con puras democracias liberales y burguesas? Ninguno. Restaurar a la URSS y refundar el Pacto de Varsovia le daría al mundo una pluralidad estimulante”.

El mundo puede estar de cabeza pero no se ha perdido del todo. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, durante el Pleno Extraordinario del Parlamento Europeo sobre la invasión rusa de Ucrania, dijo: "Cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos". "No podemos seguir confiando en que apelar al Estado de derecho y desarrollar relaciones comerciales vaya a convertir al mundo en un lugar pacífico donde todo el mundo evolucionará hacia la democracia representativa". Pidió que la UE sea un "poder duro" no por medios militares, sino a través de la "coerción, las sanciones, tomando medidas como estas que parecen de papel, que no movilizan misiles pero que tienen un efecto trascendental sobre la solvencia de un país, e impiden que Rusia vaya a usar el dinero que pagamos por su gas para alimentar la guerra". “No se puede poner al mismo nivel a agredido y al agresor. Y nos acordaremos de aquellos, que en este momento solemne, no estén a nuestro lado. Este momento trágico debe impulsarnos a unirnos más para hacer frente a aquellas acciones humanas que amenazan también la vida, la seguridad y la prosperidad de todos”.

Al final de cuentas, los hechos concretos de la gente que quiere vivir en paz y en democracia, trascienden, al igual que la solidaridad del mundo de los países democráticos. Una condición para ello es el multilateralismo y la democracia. Anécdotas que inspiran y hacen historia, como la del presidente Zelenski que se negó a huir de la capital, diciéndole a Estados Unidos que necesita municiones, no un taxi para escapar; los soldados ucranianos de la Isla Serpiente (Isla Zmiinyi) que le dijeron a un buque de guerra ruso que les pedía su rendición: “buque de guerra ruso, vete a la mierda”, y la consecuencia fue que los 13 defensores ucranianos murieron en el bombardeo; los civiles que intentaron detener con sus manos a los tanques rusos.

Mircea Cărtărescu, poeta, prosista y crítico literario rumano, en su columna en el ABC de España, escribió algo importante: “Hoy Putin aúna Europa y el mundo entero, en contra de sus intenciones, mucho más que cualquier factor económico, sociológico o cultural. Termópilas está ahora en Ucrania, y el heroísmo de Ucrania inspira y unifica. Hoy, siguiendo el asedio de Kiev, vemos a través del grosor de la historia a unos soldados espartanos que resisten ante un inmenso ejército de esclavos. Porque también el imperio de Putin -que no se identifica con el pueblo ruso, el primero sometido a su yugo- es el de la esclavitud, el del gobierno a través de la fuerza bruta, como en la antigua Unión Soviética de la que él procede y que quiere ver restaurada. Termópilas cayó, todos y cada uno de sus defensores fueron masacrados, pero sin esa batalla no habrían existido Salamina, Maratón o Platea, donde la voluntad de libertad, el instinto humano más fuerte que el de supervivencia, venció al coloso persa. También Kiev podría caer, y Ucrania podría ser conquistada, pero ya no tiene importancia, porque Zelenski y sus combatientes han entrado definitivamente en el horizonte dorado del mito. En este momento ellos son los héroes de la humanidad ante los que, incluso derrotándolos, el tirano no tiene nada que hacer. Al agrupar al mundo en su contra y al provocar la emocionante resistencia de Ucrania, Putin ya ha perdido la guerra”.