/ miércoles 29 de julio de 2020

Mazatlán está de Moda

Es en el medio radiofónico, donde la publipropaganda, en voz de conductores de espacios informativos que procuran hacerle la sopa marinera, Puro Sinaloa, a la gobernanza de Quirino y la botana de callo de hacha a El Químico y lo que en Pérez Barros es el protagonismo zumbador en turismo, en algo se exagera como en algo se miente con Mazatlán está de Moda, cuando ha sido un destino medianamente aceptable y reventable, tal vez sí o quizás no, por la informalidad desmadrosa en que se comporta el turismo, alegre y ambientalmente, impactante, donde hoteleros, restauranteros, turisteros y Capta le hacen a la simulación de servicios turísticos para que el turismo también sea impactado-apantallado y gaste consumiendo en un paisaje visual y gastronómico dizque diferente y sabroso, desde luego, en la zona turística como en el “centro histórico” y en los “pueblos mágicos.”

Mazatlán ha llegado a serse y hacerse un destino acotado por todos lados, siempre y cuando, se construyan más hoteles para la demanda populosa y la oferta tramposa de cuartos a reservación y ocupación en sentido más vertical que horizontal, construyéndose a diestra y siniestramente las torres en condominio y departamentales que alteran el entorno ambiental y urbano en los servicios públicos de agua.

En el Mazatlán está de Moda siempre se hacen cuentas alegres, pero nunca se hacen estudios como consecuencia de esas cuentas alegres en el impacto ambiental por el turismo, alegre e impactantemente, desmadroso y basuroso.

El embellecimiento suntuario y decorativo para la captación del turismo, no es retributivo y distributivo para el resto o los sobrantes de la ciudad como marca comercial turística, más que con las propinas a los empleados en la industria sin chimeneas, y “el piojillo” existe y persiste nomás que no se le deja ver porque se tiene turismo municipal, estatal, nacional e internacional los fines de semana, dejando el turismo lo que deja: dinero con un alto impacto ambiental mientras aguante la regular infraestructura de servicios turísticos.

Alguien diría que así es en los demás destinos turísticos, entonces, ¿cuál es la diferencia entre Mazatlán y Cabo San Lucas, el alto poder adquisitivo del turismo, la privatización y la privación de los servicios turísticos ante los públicos, la vida cara en la población y la vida confortable en el turismo, las malos salarios y las buenas propinas, nomás porque Mazatlán está de Moda y Cabo San Lucas es from Hollywood Fashion New, porque los cruceros turísticos llegan primero a Puerto Vallarta, segundo a Cabo San Lucas y tercero a Mazatlán como puerto de postín, en falso, haciéndole creer a los marismeños-mazatlecos que los cruceros llegan “exclusivamente” a Mazatlán porque está de Moda?

Al insistir, publipropagandísticamente, que Mazatlán está de Moda, es fársico, si no falso, sí alegórico, alegre y desmadroso, impactante y basuroso, antiecológico y contaminantemente tóxico.

La visión mercantilista y voraz en el Mazatlán está de Moda de Malova a Quirino, cuidando más la imagen y menos el paisaje ecoambiental, haciendo su parte la radiodifusión turística con (el plus y el kit) de lo sucedáneo cultural, no faltando quien diga entre los conductores informativos del Puro Sinaloa que, si al gobernador Quirino que es de Mazatlán y tiene hoteles le va bien a él, a Mazatlán mejor con la cuentas alegres de la familia Ordaz-Coppel, pero quién sabe con las familias de los emplead@s marismeñ@s-mazatlec@s en la hotelería con la competencia desleal de los Manguart y los Berdegué con los inversores y desarrolladores inmobiliarios turístico y comerciales de Durango y Coahuila.

Los funcionarios de turismo en Sinaloa; Frank Córdoba, de policía a turistero con la Joya de la Corona; Oscar Pérez Barros, de empresario a turistero zumbador con lo de la Perla del Pacífico, pues a Mazatlán está de Moda le son irrelevantes los eslóganes como lugares comunes en la verbigracia de la publipropaganda que se apropia hasta de lo inexistente en el paisaje del turismo cultural.

Ahora, con lo del Kraken futbolístico-turístico, Mazatlán está de moda, tiene quienes representen y jueguen por él, a los vecinos habitaciones les va ir mejor con la plusvalía del asentamiento deportivo, humano y urbano allá por la Pradera con el ruido contaminante del júbilo deportivo y fanático marismeño-mazatleco, teniendo que barrerle y lavarle, los vecinos, invitados o no, a la pachanga-deportiva con el permiso de la química autoridad municipal.

Lo que llama la atención en el folclorismo turístico Mazatlán está de Moda, es que quieren hacer creer que es único e histórico lo que hacen El Quirino y El Químico en el Puro Sinaloa, cuando lo que están haciendo son negocios para ganancia de ellos con las mejoras y las malhechas obras públicas para que los marismeños-mazatlecos sigan chapoteando en tiempos de aguas de lluvia y en tiempos de secas con aguas negras y el mar de enfrente como vertedero de nuestras excrecencias fecales nuestras.

Sí, Mazatlán está de Moda.


Es en el medio radiofónico, donde la publipropaganda, en voz de conductores de espacios informativos que procuran hacerle la sopa marinera, Puro Sinaloa, a la gobernanza de Quirino y la botana de callo de hacha a El Químico y lo que en Pérez Barros es el protagonismo zumbador en turismo, en algo se exagera como en algo se miente con Mazatlán está de Moda, cuando ha sido un destino medianamente aceptable y reventable, tal vez sí o quizás no, por la informalidad desmadrosa en que se comporta el turismo, alegre y ambientalmente, impactante, donde hoteleros, restauranteros, turisteros y Capta le hacen a la simulación de servicios turísticos para que el turismo también sea impactado-apantallado y gaste consumiendo en un paisaje visual y gastronómico dizque diferente y sabroso, desde luego, en la zona turística como en el “centro histórico” y en los “pueblos mágicos.”

Mazatlán ha llegado a serse y hacerse un destino acotado por todos lados, siempre y cuando, se construyan más hoteles para la demanda populosa y la oferta tramposa de cuartos a reservación y ocupación en sentido más vertical que horizontal, construyéndose a diestra y siniestramente las torres en condominio y departamentales que alteran el entorno ambiental y urbano en los servicios públicos de agua.

En el Mazatlán está de Moda siempre se hacen cuentas alegres, pero nunca se hacen estudios como consecuencia de esas cuentas alegres en el impacto ambiental por el turismo, alegre e impactantemente, desmadroso y basuroso.

El embellecimiento suntuario y decorativo para la captación del turismo, no es retributivo y distributivo para el resto o los sobrantes de la ciudad como marca comercial turística, más que con las propinas a los empleados en la industria sin chimeneas, y “el piojillo” existe y persiste nomás que no se le deja ver porque se tiene turismo municipal, estatal, nacional e internacional los fines de semana, dejando el turismo lo que deja: dinero con un alto impacto ambiental mientras aguante la regular infraestructura de servicios turísticos.

Alguien diría que así es en los demás destinos turísticos, entonces, ¿cuál es la diferencia entre Mazatlán y Cabo San Lucas, el alto poder adquisitivo del turismo, la privatización y la privación de los servicios turísticos ante los públicos, la vida cara en la población y la vida confortable en el turismo, las malos salarios y las buenas propinas, nomás porque Mazatlán está de Moda y Cabo San Lucas es from Hollywood Fashion New, porque los cruceros turísticos llegan primero a Puerto Vallarta, segundo a Cabo San Lucas y tercero a Mazatlán como puerto de postín, en falso, haciéndole creer a los marismeños-mazatlecos que los cruceros llegan “exclusivamente” a Mazatlán porque está de Moda?

Al insistir, publipropagandísticamente, que Mazatlán está de Moda, es fársico, si no falso, sí alegórico, alegre y desmadroso, impactante y basuroso, antiecológico y contaminantemente tóxico.

La visión mercantilista y voraz en el Mazatlán está de Moda de Malova a Quirino, cuidando más la imagen y menos el paisaje ecoambiental, haciendo su parte la radiodifusión turística con (el plus y el kit) de lo sucedáneo cultural, no faltando quien diga entre los conductores informativos del Puro Sinaloa que, si al gobernador Quirino que es de Mazatlán y tiene hoteles le va bien a él, a Mazatlán mejor con la cuentas alegres de la familia Ordaz-Coppel, pero quién sabe con las familias de los emplead@s marismeñ@s-mazatlec@s en la hotelería con la competencia desleal de los Manguart y los Berdegué con los inversores y desarrolladores inmobiliarios turístico y comerciales de Durango y Coahuila.

Los funcionarios de turismo en Sinaloa; Frank Córdoba, de policía a turistero con la Joya de la Corona; Oscar Pérez Barros, de empresario a turistero zumbador con lo de la Perla del Pacífico, pues a Mazatlán está de Moda le son irrelevantes los eslóganes como lugares comunes en la verbigracia de la publipropaganda que se apropia hasta de lo inexistente en el paisaje del turismo cultural.

Ahora, con lo del Kraken futbolístico-turístico, Mazatlán está de moda, tiene quienes representen y jueguen por él, a los vecinos habitaciones les va ir mejor con la plusvalía del asentamiento deportivo, humano y urbano allá por la Pradera con el ruido contaminante del júbilo deportivo y fanático marismeño-mazatleco, teniendo que barrerle y lavarle, los vecinos, invitados o no, a la pachanga-deportiva con el permiso de la química autoridad municipal.

Lo que llama la atención en el folclorismo turístico Mazatlán está de Moda, es que quieren hacer creer que es único e histórico lo que hacen El Quirino y El Químico en el Puro Sinaloa, cuando lo que están haciendo son negocios para ganancia de ellos con las mejoras y las malhechas obras públicas para que los marismeños-mazatlecos sigan chapoteando en tiempos de aguas de lluvia y en tiempos de secas con aguas negras y el mar de enfrente como vertedero de nuestras excrecencias fecales nuestras.

Sí, Mazatlán está de Moda.


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