/ jueves 19 de mayo de 2022

Los 500 de la ignominia

Hay que ver las ideas que López Obrador se trajo de su visita –pleitesía incluida- a la dictadura cubana, que debiera ser motivo de admiración mundial según él, donde recientemente se condenó a 127 personas a mil 916 años de cárcel sólo por criticar al gobierno. No hay medicinas en el país y el desabasto es tragedia a más de tres años de gobierno, y la destrucción del precario sistema de salud ha sido sustituido por una suerte de institucionalización de ocurrencias y tomaduras de pelo. Pero resulta que ahora sí el gobierno de López Obrador va a garantizar el derecho a la salud pública de los mexicanos y para esa gesta nacional hará lo que no se le había ocurrido a ninguna de las mentes brillantes de la medicina y de la salud pública de México y del mundo: contratar a 500 cubanos que según le dijo el dictador Díaz-Canel -al hacerle la enésima reverencia en la condecoración que le hicieron como benefactor del politburó-, son médicos. “Palabra que son médicos”, debió haber jurado el déspota cubano, y López Obrador pretende presentarlos al público ingenuo y asilvestrado como los 300 espartanos y atenienses que en las Termópilas pretendían detener a los persas. No importa que en México haya miles de médicos especialistas y médicos generales sin trabajo. La Academia Nacional de Medicina de México lo dijo claro: en México no faltan médicos. Falta contratarlos. No importa tampoco para López Obrador la protesta que 30 federaciones, asociaciones y colegios médicos mexicanos hicieron, calificando de injusta la contratación de los médicos cubanos, por haber en México suficientes y porque “se ha relegado a los profesionales en México, se les pagan salarios muy bajos y se privilegia a los extranjeros… los médicos mexicanos cuentan con la validación de varias universidades del país, ya que tienen pleno conocimiento de las necesidades e idiosincrasia de la población […] los 500 cubanos que van a contratar no tienen las habilidades requeridas. No tienen funciones debidamente especificadas, no cuentan con los requisitos establecidos por las leyes vigentes, así como carecen del aval de los colegios de profesionistas. Su intervención no ha representado beneficio para la atención de nuestra población y si es una grave falta de equidad para los médicos de nuestro país”.

Desde hace tiempo, se sabe bastante bien que las susodichas “Misiones de Internacionalización” suponen la mayor remesa de ingresos para Cuba (por delante del turismo). Entre 2011 y 2015, al Gobierno de Cuba aportaron un promedio anual de 11 millones de dólares, de los que el 80% “había sido tributado –es un eufemismo hablar de tributación fiscal en la dictadura cubana- por los especialistas de la salud”. Eso sí, un contribuyente cumplido para sostener las finanzas de la dictadura durante la pandemia fue el gobierno de la CDMX, que importó 585 “médicos” cubanos por los que pagó al régimen (que no a cada “médico”) 135 millones de pesos, poco más de 6 millones de dólares.

Esta semana, López Obrador arremetió, una vez más, contra quienes critican su plan de contratar a los 500 médicos cubanos, y dijo que esos médicos que protestan “defendieron el sistema de corrupción”, “tienen una actitud retrógrada”… “Es mucha irracionalidad, es mucho egoísmo”… “es parte de un pensamiento conservador”, y toda esa supuración de veneno e insultos mientras en el mundo real se sabe por la Relatoría Especial sobre las Formas Contemporáneas de la Esclavitud, incluidas sus Causas y Consecuencias; y la Relatoría Especial sobre la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños, de la ONU que se califica como “trabajo forzoso” a las condiciones en la que laboran los médicos cubanos, así como otros profesionales -maestros, ingenieros o artistas-, que forman parte de las “Misiones de internacionalización” que desde 1963 del Gobierno cubano despliega fuera de sus fronteras. También, el Parlamento Europeo calificó como trata de personas y esclavitud moderna a las misiones de médicos cubanos en el extranjero y entran en la clasificación de trata de personas y esclavitud moderna, debido a las jornadas extendidas de más de 12 horas, y la falta de un salario, que es retenido hasta su regreso a Cuba y del que solo se les otorga entre el 5% y 25% de lo que debería, pues el resto queda en manos del régimen.

Las relatorías observan y se preocupan por las condiciones de trabajo y de vida que estarían afectando a los médicos cubanos enviados al exterior para prestar sus servicios, la libertad de movimiento de los trabajadores cubanos en el país de destino, que “estaría restringida y bajo vigilancia por funcionarios del Gobierno”; las sanciones que sufren aquellos médicos que deciden retirarse de las misiones en el exterior, que tras ser considerados desertores, “no están autorizados de regresar a Cuba durante ocho años y los familiares que permanecen en Cuba estarían sujetos a señalamientos y repercusiones por parte de entidades gubernamentales”. “En los países donde el gobierno anfitrión paga directamente al trabajador cubano, éste debe devolver al Gobierno de Cuba un porcentaje de su salario que aumentaría al 75% o hasta el 90% de su salario mensual. En muchos casos, el salario entregado a los trabajadores médicos no permitiría vivir dignamente; Además, el Gobierno de Cuba estaría ‘congelando’ una parte del salario al que los médicos pueden acceder únicamente tras su regreso al país pero, según información recibida -señala el texto de la ONU-, muchas veces no reciben la totalidad del monto que les corresponde”.

México es el país con la menor inversión gubernamental en salud de entre los países de la OCDE (600 dólares promedio por habitante). En la Dinamarca prometida y algunos países europeos y nórdicos invierten alrededor de 5 mil dólares. Esos médicos que insulta y agravia ahora López Obrador, han sido los que hicieron de México el país con más muertes de personal de salud del mundo porque estuvieron y siguen estando al pie en la atención de todos nosotros, comprando sus propios equipos de protección (que no les dio jamás el gobierno), acudiendo a los hospitales y clínicas sin vacunas (los médicos privados) en todo el país. Todos esos médicos son, para López Obrador corruptos, egoístas, retrógradas, conservadores. Y mejor trae espías cubanos y apuntala financieramente a los déspotas que sojuzgan la isla de la esclavitud.

Hay que ver las ideas que López Obrador se trajo de su visita –pleitesía incluida- a la dictadura cubana, que debiera ser motivo de admiración mundial según él, donde recientemente se condenó a 127 personas a mil 916 años de cárcel sólo por criticar al gobierno. No hay medicinas en el país y el desabasto es tragedia a más de tres años de gobierno, y la destrucción del precario sistema de salud ha sido sustituido por una suerte de institucionalización de ocurrencias y tomaduras de pelo. Pero resulta que ahora sí el gobierno de López Obrador va a garantizar el derecho a la salud pública de los mexicanos y para esa gesta nacional hará lo que no se le había ocurrido a ninguna de las mentes brillantes de la medicina y de la salud pública de México y del mundo: contratar a 500 cubanos que según le dijo el dictador Díaz-Canel -al hacerle la enésima reverencia en la condecoración que le hicieron como benefactor del politburó-, son médicos. “Palabra que son médicos”, debió haber jurado el déspota cubano, y López Obrador pretende presentarlos al público ingenuo y asilvestrado como los 300 espartanos y atenienses que en las Termópilas pretendían detener a los persas. No importa que en México haya miles de médicos especialistas y médicos generales sin trabajo. La Academia Nacional de Medicina de México lo dijo claro: en México no faltan médicos. Falta contratarlos. No importa tampoco para López Obrador la protesta que 30 federaciones, asociaciones y colegios médicos mexicanos hicieron, calificando de injusta la contratación de los médicos cubanos, por haber en México suficientes y porque “se ha relegado a los profesionales en México, se les pagan salarios muy bajos y se privilegia a los extranjeros… los médicos mexicanos cuentan con la validación de varias universidades del país, ya que tienen pleno conocimiento de las necesidades e idiosincrasia de la población […] los 500 cubanos que van a contratar no tienen las habilidades requeridas. No tienen funciones debidamente especificadas, no cuentan con los requisitos establecidos por las leyes vigentes, así como carecen del aval de los colegios de profesionistas. Su intervención no ha representado beneficio para la atención de nuestra población y si es una grave falta de equidad para los médicos de nuestro país”.

Desde hace tiempo, se sabe bastante bien que las susodichas “Misiones de Internacionalización” suponen la mayor remesa de ingresos para Cuba (por delante del turismo). Entre 2011 y 2015, al Gobierno de Cuba aportaron un promedio anual de 11 millones de dólares, de los que el 80% “había sido tributado –es un eufemismo hablar de tributación fiscal en la dictadura cubana- por los especialistas de la salud”. Eso sí, un contribuyente cumplido para sostener las finanzas de la dictadura durante la pandemia fue el gobierno de la CDMX, que importó 585 “médicos” cubanos por los que pagó al régimen (que no a cada “médico”) 135 millones de pesos, poco más de 6 millones de dólares.

Esta semana, López Obrador arremetió, una vez más, contra quienes critican su plan de contratar a los 500 médicos cubanos, y dijo que esos médicos que protestan “defendieron el sistema de corrupción”, “tienen una actitud retrógrada”… “Es mucha irracionalidad, es mucho egoísmo”… “es parte de un pensamiento conservador”, y toda esa supuración de veneno e insultos mientras en el mundo real se sabe por la Relatoría Especial sobre las Formas Contemporáneas de la Esclavitud, incluidas sus Causas y Consecuencias; y la Relatoría Especial sobre la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños, de la ONU que se califica como “trabajo forzoso” a las condiciones en la que laboran los médicos cubanos, así como otros profesionales -maestros, ingenieros o artistas-, que forman parte de las “Misiones de internacionalización” que desde 1963 del Gobierno cubano despliega fuera de sus fronteras. También, el Parlamento Europeo calificó como trata de personas y esclavitud moderna a las misiones de médicos cubanos en el extranjero y entran en la clasificación de trata de personas y esclavitud moderna, debido a las jornadas extendidas de más de 12 horas, y la falta de un salario, que es retenido hasta su regreso a Cuba y del que solo se les otorga entre el 5% y 25% de lo que debería, pues el resto queda en manos del régimen.

Las relatorías observan y se preocupan por las condiciones de trabajo y de vida que estarían afectando a los médicos cubanos enviados al exterior para prestar sus servicios, la libertad de movimiento de los trabajadores cubanos en el país de destino, que “estaría restringida y bajo vigilancia por funcionarios del Gobierno”; las sanciones que sufren aquellos médicos que deciden retirarse de las misiones en el exterior, que tras ser considerados desertores, “no están autorizados de regresar a Cuba durante ocho años y los familiares que permanecen en Cuba estarían sujetos a señalamientos y repercusiones por parte de entidades gubernamentales”. “En los países donde el gobierno anfitrión paga directamente al trabajador cubano, éste debe devolver al Gobierno de Cuba un porcentaje de su salario que aumentaría al 75% o hasta el 90% de su salario mensual. En muchos casos, el salario entregado a los trabajadores médicos no permitiría vivir dignamente; Además, el Gobierno de Cuba estaría ‘congelando’ una parte del salario al que los médicos pueden acceder únicamente tras su regreso al país pero, según información recibida -señala el texto de la ONU-, muchas veces no reciben la totalidad del monto que les corresponde”.

México es el país con la menor inversión gubernamental en salud de entre los países de la OCDE (600 dólares promedio por habitante). En la Dinamarca prometida y algunos países europeos y nórdicos invierten alrededor de 5 mil dólares. Esos médicos que insulta y agravia ahora López Obrador, han sido los que hicieron de México el país con más muertes de personal de salud del mundo porque estuvieron y siguen estando al pie en la atención de todos nosotros, comprando sus propios equipos de protección (que no les dio jamás el gobierno), acudiendo a los hospitales y clínicas sin vacunas (los médicos privados) en todo el país. Todos esos médicos son, para López Obrador corruptos, egoístas, retrógradas, conservadores. Y mejor trae espías cubanos y apuntala financieramente a los déspotas que sojuzgan la isla de la esclavitud.