/ martes 4 de diciembre de 2018

La prueba Planea y la educación básica en el municipio

En materia educativa, nos sobran los diagnósticos y nos faltan soluciones y compromiso de los actores responsables, en los tres niveles de gobierno, para atender la problemática que se genera en el sistema educativo. Y para muestra un ejemplo, la prueba Planea. Este instrumento se aplica a los estudiantes de sexto de primaria, tercero de secundaria y tercero de bachillerato. Y desde el 2015, nos expone el estado que guarda la educación del país en términos de aprendizaje. Y el estado es de sobra conocido: no hay dominio de los aprendizajes esenciales: Español y Matemáticas. Pero ese diagnóstico nos lo viene señalando la prueba PISA (OCDE) desde el 2000 y antes de Planea, la prueba ENLACE y Excale (SEP e INEE). ¿Y luego? ¿Dónde está el problema? No ha habido voluntad política para continuar con el proceso en las siguientes etapas: se diagnostica; pero no se toman decisiones con esa información.

Me explico: Ante la pregunta, ¿para qué sirve la prueba Planea? El INEE señala cuatro elementos de utilidad del instrumento: 1) Sirve para informar a la sociedad sobre el estado que guarda la educación; 2) Aporta a las autoridades educativas información relevante para el monitoreo, la planeación, programación y operación del sistema educativo y de sus centros escolares; 3) Ofrece información pertinente, oportuna y contextualizada a las escuelas y a los docentes, que ayuden a mejorar sus prácticas de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes y 4) Contribuye al desarrollo de directrices para la mejora educativa con información relevante sobre los resultados educativos y los contextos en que tiene lugar (INEE, s/f).

Lo anterior significa que la información que aporta la prueba Planea tendría que ser utilizada por las autoridades educativas -de los tres niveles de gobierno-, los directores de escuela y los propios docentes para la toma de decisiones en el diseño de la ruta de mejora de los centros escolares. ¿Ocurre así? No. Se diagnostica, pero no se avanza en la siguiente etapa del proceso, que indica el punto 2. Y con ello se desperdicia la inversión pública para el diseño e implementación de la prueba Planea.

¿Qué hacer entonces? Nos gustaría abordar la interrogante desde el nivel del municipio. Un servidor ha señalado en éste y otros espacios, la necesidad de construir una agenda educativa desde el municipio. Y esa agenda es vinculante con el punto 2, pero orientada hacia un punto en específico: formación, capacitación y actualización docente en aquellas escuelas donde se tienen resultados más bajos en la prueba PLANEA. La información anterior está a disposición del público en general, puesto que se han liberado las claves de las escuelas -públicas y privadas- y con ello se pueden consultar de forma directa los resultados, escuela por escuela. Con esa información a la mano, se pueden mapear los centros escolares con mayor rezago educativo y operar -de la mano de las autoridades de la escuela-, una estrategia de capacitación de la planta docente para elevar el nivel de los aprendizajes de los alumnos.

De hecho, los resultados de Planea dan pauta para operar otro tipo de medidas, por ejemplo: a) La distribución del presupuesto a las escuelas con base en los logros en la prueba Planea; 2) La distribución de becas -por logro en los aprendizajes y por rezago social-; y 3) Estímulos a los profesores que logren los mejores resultados en los alumnos. En otras palabras, los resultados de Planea deben ser vinculantes con otros procesos, para generar sinergias que coadyuven en la mejora de los resultados que se tienen en la actualidad, en la Educación Básica.

El estado inercial de esos resultados, sirve solamente para la construcción de investigaciones académicas en la materia; pero no tienen vinculación alguna con la transformación del estado de la educación. En otras palabras, es hora de transitar del diagnóstico a la operación institucional. Y para ello, ya se tiene la información, resta la voluntad política de las autoridades educativas y municipales.

Lo hemos señalado con anterioridad: la educación se construye desde lo local, no desde la abstracción de la federación. Y desde lo local (municipio) se debe conformar una instancia encargada ex profeso del tema educativo -Dirección o Secretaría-; para que esta instancia planee, programe y opere una política pública -como la que aquí señalamos-, que permita elevar el nivel de aprendizaje en los alumnos.

La educación es un factor fundamental en cualquier sociedad del mundo; por tal motivo, no se le puede dar un trato administrativo a algo que requiere un trato estratégico. Y esa condición se ubica en la Educación Básica, porque desde ahí se construye la educación universitaria del futuro.

Así pues, ahora que ya se han hecho públicas las claves de las escuelas hay que aprovechar la información para ubicar desde la prueba Planea qué situación guarda la Educación Básica en el municipio y operar una política pública al respecto.

Hasta el momento, el municipio le ha apostado a coadyuvar en materia de infraestructura a las escuelas, lo cual es correcto; pero es una apuesta insuficiente, dado el nivel de rezago que se tiene en términos de aprendizaje, en las escuelas públicas de Educación Básica. ¿O no?

A manera de colofón: Antier se dieron a conocer los resultados de Planea (2018), para alumnos de 6° año de primaria, y se (re)confirma una vez más, la gravedad del estado de la Educación Básica: en Lenguaje y Comunicación, sólo el 3% tiene un nivel sobresaliente, el 15% tiene nivel satisfactorio y 49.1% se ubica en un plano de insuficiencia; es decir, cinco de cada 10 niños están reprobados en Lenguaje y Comunicación. Y en Matemáticas, seis niños de cada 10, está en esa condición.

No se puede seguir en tal estado inercial. La situación obliga a que se atienda el problema de forma urgente.

*Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (Ciinsev)

En materia educativa, nos sobran los diagnósticos y nos faltan soluciones y compromiso de los actores responsables, en los tres niveles de gobierno, para atender la problemática que se genera en el sistema educativo. Y para muestra un ejemplo, la prueba Planea. Este instrumento se aplica a los estudiantes de sexto de primaria, tercero de secundaria y tercero de bachillerato. Y desde el 2015, nos expone el estado que guarda la educación del país en términos de aprendizaje. Y el estado es de sobra conocido: no hay dominio de los aprendizajes esenciales: Español y Matemáticas. Pero ese diagnóstico nos lo viene señalando la prueba PISA (OCDE) desde el 2000 y antes de Planea, la prueba ENLACE y Excale (SEP e INEE). ¿Y luego? ¿Dónde está el problema? No ha habido voluntad política para continuar con el proceso en las siguientes etapas: se diagnostica; pero no se toman decisiones con esa información.

Me explico: Ante la pregunta, ¿para qué sirve la prueba Planea? El INEE señala cuatro elementos de utilidad del instrumento: 1) Sirve para informar a la sociedad sobre el estado que guarda la educación; 2) Aporta a las autoridades educativas información relevante para el monitoreo, la planeación, programación y operación del sistema educativo y de sus centros escolares; 3) Ofrece información pertinente, oportuna y contextualizada a las escuelas y a los docentes, que ayuden a mejorar sus prácticas de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes y 4) Contribuye al desarrollo de directrices para la mejora educativa con información relevante sobre los resultados educativos y los contextos en que tiene lugar (INEE, s/f).

Lo anterior significa que la información que aporta la prueba Planea tendría que ser utilizada por las autoridades educativas -de los tres niveles de gobierno-, los directores de escuela y los propios docentes para la toma de decisiones en el diseño de la ruta de mejora de los centros escolares. ¿Ocurre así? No. Se diagnostica, pero no se avanza en la siguiente etapa del proceso, que indica el punto 2. Y con ello se desperdicia la inversión pública para el diseño e implementación de la prueba Planea.

¿Qué hacer entonces? Nos gustaría abordar la interrogante desde el nivel del municipio. Un servidor ha señalado en éste y otros espacios, la necesidad de construir una agenda educativa desde el municipio. Y esa agenda es vinculante con el punto 2, pero orientada hacia un punto en específico: formación, capacitación y actualización docente en aquellas escuelas donde se tienen resultados más bajos en la prueba PLANEA. La información anterior está a disposición del público en general, puesto que se han liberado las claves de las escuelas -públicas y privadas- y con ello se pueden consultar de forma directa los resultados, escuela por escuela. Con esa información a la mano, se pueden mapear los centros escolares con mayor rezago educativo y operar -de la mano de las autoridades de la escuela-, una estrategia de capacitación de la planta docente para elevar el nivel de los aprendizajes de los alumnos.

De hecho, los resultados de Planea dan pauta para operar otro tipo de medidas, por ejemplo: a) La distribución del presupuesto a las escuelas con base en los logros en la prueba Planea; 2) La distribución de becas -por logro en los aprendizajes y por rezago social-; y 3) Estímulos a los profesores que logren los mejores resultados en los alumnos. En otras palabras, los resultados de Planea deben ser vinculantes con otros procesos, para generar sinergias que coadyuven en la mejora de los resultados que se tienen en la actualidad, en la Educación Básica.

El estado inercial de esos resultados, sirve solamente para la construcción de investigaciones académicas en la materia; pero no tienen vinculación alguna con la transformación del estado de la educación. En otras palabras, es hora de transitar del diagnóstico a la operación institucional. Y para ello, ya se tiene la información, resta la voluntad política de las autoridades educativas y municipales.

Lo hemos señalado con anterioridad: la educación se construye desde lo local, no desde la abstracción de la federación. Y desde lo local (municipio) se debe conformar una instancia encargada ex profeso del tema educativo -Dirección o Secretaría-; para que esta instancia planee, programe y opere una política pública -como la que aquí señalamos-, que permita elevar el nivel de aprendizaje en los alumnos.

La educación es un factor fundamental en cualquier sociedad del mundo; por tal motivo, no se le puede dar un trato administrativo a algo que requiere un trato estratégico. Y esa condición se ubica en la Educación Básica, porque desde ahí se construye la educación universitaria del futuro.

Así pues, ahora que ya se han hecho públicas las claves de las escuelas hay que aprovechar la información para ubicar desde la prueba Planea qué situación guarda la Educación Básica en el municipio y operar una política pública al respecto.

Hasta el momento, el municipio le ha apostado a coadyuvar en materia de infraestructura a las escuelas, lo cual es correcto; pero es una apuesta insuficiente, dado el nivel de rezago que se tiene en términos de aprendizaje, en las escuelas públicas de Educación Básica. ¿O no?

A manera de colofón: Antier se dieron a conocer los resultados de Planea (2018), para alumnos de 6° año de primaria, y se (re)confirma una vez más, la gravedad del estado de la Educación Básica: en Lenguaje y Comunicación, sólo el 3% tiene un nivel sobresaliente, el 15% tiene nivel satisfactorio y 49.1% se ubica en un plano de insuficiencia; es decir, cinco de cada 10 niños están reprobados en Lenguaje y Comunicación. Y en Matemáticas, seis niños de cada 10, está en esa condición.

No se puede seguir en tal estado inercial. La situación obliga a que se atienda el problema de forma urgente.

*Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (Ciinsev)

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