/ lunes 18 de mayo de 2020

La innovación toca a la puerta

Hay momentos en la historia que con nosotros, sin nosotros y a pesar de nosotros, los cambios llegan. En la época del coronavirus somos sujetos y objetos de la innovación. Lo que antes era masivo y presencial hoy se llama distanciamiento social. Un nuevo orden mundial está a la puerta de nuestra casa.

En España surgieron plataformas digitales para vender funerales virtuales que organizan las liturgias a distancia de sus seres queridos y producen, para el recuerdo, un Libro Digital Conmemorativo. Esta obligada “nueva práctica” rompe de manera brutal con rituales, costumbres y la cultura de amplias sociedades.

En Japón vimos a un maestro frente al domicilio de su alumno para impartirle clases de piano en su camión adaptado como salón de clase, por supuesto, con el piano instalado en dicho vehículo.

Empresas como Amazon, aunque ya se habían anticipado al modelo de tiendas con punto de venta automatizado, ahora contemplan hacer extensivo el modelo click & collect en las ventas minoristas, donde el usuario acude a los establecimientos a recoger los artículos previamente seleccionados y pagados.

En todo el mundo, ya los restaurantes están ampliando su capacidad para operar bajo el esquema de ordene y recoja. Es en Holanda donde se han implementado más cambios en el diseño de los espacios en los que las personas hacen fila para ordenar comida. Despachos arquitectónicos y urbanísticos ya están comenzado a diseñar mercados hiperlocales para mantener distantes a los clientes.

Las aerolíneas japonesas están tomando la medida de bloquear la reservación del asiento del medio en las filas de los aviones.

El distanciamiento social habrá de traer un reordenamiento de las ciudades, destacando el concepto de ciudad sana, el cual conlleva el incremento de la masa forestal urbana, la disminución del automóvil, el incremento de la bicicleta como vehículo para el trabajo y todo tipo de traslados, así como una mayor peatonización de calles y avenidas.

Se impulsa el aprovechamiento integral del ciclo del agua, para lo que se contempla la adaptación de terrazas, balcones y azoteas, para la siembra de hortalizas y todo tipo de vegetales; se extiende la idea de darle un mejor uso a los espacios urbanos que estén al ras del suelo para construir más invernaderos en las cubiertas de los edificios, lo cual mejoraría la autosuficiencia alimentaria. Esto hace que los desplazamientos más largos sean para conseguir solo productos que no se pueden cultivar en parques, jardines o huertos familiares. Llegó la hora de las ciudades concéntricas.

El concepto de hogar toma una nueva dimensión, hoy volvemos a cocinar nuestros alimentos en casa; se refuerza una tendencia que ya venía, la del Home Office y regresa la familia como espacio relevante para la educación de los hijos. Estas “innovaciones” nos llevan a repensar también el concepto de vivienda. Las políticas públicas tendrán que reenfocarse, para que todos tengamos acceso a la llamada vivienda adecuada, que obliga ONU-Hábitat, con habitabilidad y “adecuación cultural”.

La educación digital se refuerza también y deberá darse una reforma para el reconocimiento curricular en las universidades y en todos los niveles educativos. En el caso de los cursos, diplomados y especialidades, a distancia, ya se habían anticipado diversas plataformas en diferentes líneas del conocimiento y disciplinas con certificaciones de valor curricular.

En el ámbito de la cultura también ha habido adaptaciones. En Dinamarca, por ejemplo se han implementado los conciertos Drive in, que emulan a los ya casi extintos autocinemas en los que se disfruta del evento desde el interior del automóvil. A través de sus portales de internet, la Secretaría de Cultura del gobierno de México creó un espacio llamado Contigo en la Distancia, para llevar hasta las salas de las casas, su oferta cultural.

No digamos en el ámbito del comportamiento humano, los cambios están allí. Estamos recuperando valores como la solidaridad y la empatía. Empezamos a pensar que debe cambiar nuestro concepto de liderazgo social. Hoy son los médicos y las enfermeras, nuestro referente. El conocimiento al mando. La oferta política también llegará a casa.

Hay momentos en la historia que con nosotros, sin nosotros y a pesar de nosotros, los cambios llegan. En la época del coronavirus somos sujetos y objetos de la innovación. Lo que antes era masivo y presencial hoy se llama distanciamiento social. Un nuevo orden mundial está a la puerta de nuestra casa.

En España surgieron plataformas digitales para vender funerales virtuales que organizan las liturgias a distancia de sus seres queridos y producen, para el recuerdo, un Libro Digital Conmemorativo. Esta obligada “nueva práctica” rompe de manera brutal con rituales, costumbres y la cultura de amplias sociedades.

En Japón vimos a un maestro frente al domicilio de su alumno para impartirle clases de piano en su camión adaptado como salón de clase, por supuesto, con el piano instalado en dicho vehículo.

Empresas como Amazon, aunque ya se habían anticipado al modelo de tiendas con punto de venta automatizado, ahora contemplan hacer extensivo el modelo click & collect en las ventas minoristas, donde el usuario acude a los establecimientos a recoger los artículos previamente seleccionados y pagados.

En todo el mundo, ya los restaurantes están ampliando su capacidad para operar bajo el esquema de ordene y recoja. Es en Holanda donde se han implementado más cambios en el diseño de los espacios en los que las personas hacen fila para ordenar comida. Despachos arquitectónicos y urbanísticos ya están comenzado a diseñar mercados hiperlocales para mantener distantes a los clientes.

Las aerolíneas japonesas están tomando la medida de bloquear la reservación del asiento del medio en las filas de los aviones.

El distanciamiento social habrá de traer un reordenamiento de las ciudades, destacando el concepto de ciudad sana, el cual conlleva el incremento de la masa forestal urbana, la disminución del automóvil, el incremento de la bicicleta como vehículo para el trabajo y todo tipo de traslados, así como una mayor peatonización de calles y avenidas.

Se impulsa el aprovechamiento integral del ciclo del agua, para lo que se contempla la adaptación de terrazas, balcones y azoteas, para la siembra de hortalizas y todo tipo de vegetales; se extiende la idea de darle un mejor uso a los espacios urbanos que estén al ras del suelo para construir más invernaderos en las cubiertas de los edificios, lo cual mejoraría la autosuficiencia alimentaria. Esto hace que los desplazamientos más largos sean para conseguir solo productos que no se pueden cultivar en parques, jardines o huertos familiares. Llegó la hora de las ciudades concéntricas.

El concepto de hogar toma una nueva dimensión, hoy volvemos a cocinar nuestros alimentos en casa; se refuerza una tendencia que ya venía, la del Home Office y regresa la familia como espacio relevante para la educación de los hijos. Estas “innovaciones” nos llevan a repensar también el concepto de vivienda. Las políticas públicas tendrán que reenfocarse, para que todos tengamos acceso a la llamada vivienda adecuada, que obliga ONU-Hábitat, con habitabilidad y “adecuación cultural”.

La educación digital se refuerza también y deberá darse una reforma para el reconocimiento curricular en las universidades y en todos los niveles educativos. En el caso de los cursos, diplomados y especialidades, a distancia, ya se habían anticipado diversas plataformas en diferentes líneas del conocimiento y disciplinas con certificaciones de valor curricular.

En el ámbito de la cultura también ha habido adaptaciones. En Dinamarca, por ejemplo se han implementado los conciertos Drive in, que emulan a los ya casi extintos autocinemas en los que se disfruta del evento desde el interior del automóvil. A través de sus portales de internet, la Secretaría de Cultura del gobierno de México creó un espacio llamado Contigo en la Distancia, para llevar hasta las salas de las casas, su oferta cultural.

No digamos en el ámbito del comportamiento humano, los cambios están allí. Estamos recuperando valores como la solidaridad y la empatía. Empezamos a pensar que debe cambiar nuestro concepto de liderazgo social. Hoy son los médicos y las enfermeras, nuestro referente. El conocimiento al mando. La oferta política también llegará a casa.