/ miércoles 29 de diciembre de 2021

La crisis inminente por Ómicron

La variante Ómicron de Covid-19 está entre nosotros y llegó para quedarse, que no les quepa duda. Y con ella, seguramente un nuevo pico de contagios someterá a los sinaloenses. ¿Quién podrá salvarnos? ¿El gobierno? Olvídelo. Si bien la cancelación de llegadas de cruceros turísticos a Sinaloa fue una decisión acertada, lo cierto es que, aun teniendo ya encima la nueva cepa de coronavirus, el gobierno está mostrando una tibieza que ya es habitual en su actuar diario.

Cuando Culiacán no estaba en un estado tan avanzado de la pandemia, a las personas que se negaban a portar cubrebocas en las calles se les detenía o, ya de perdida, se les regalaba uno y se les invitaba a usarlos en lugares públicos. Había campañas permanentes para aplicar los cuidados sanitarios, respetar el distanciamiento social, no permitir grandes aforos en lugares públicos. Pero ya no hay nada de eso. Con el pretexto de la vacunación, tanto Jesús Estrada Ferreiro como Rubén Rocha Moya, quien ya estuvo enfermo de Covid-19 dos veces, parecen no estar preocupados por lo que pueda pasar.

La variante Delta trajo consigo un gran número de contagios y tuvo su mayor pico después de las campañas electorales, donde Rubén Rocha Moya resultó electo. Bueno, que sirva de antecedente: si no le importó el distanciamiento social ni los protocolos sanitarios entonces, menos ahora. ¿O es que acaso es posible olvidar aquel concierto de Su Majestad Mi Banda el Mexicano frente a Catedral al que acudieron más de 10 mil personas apoyando al ahora gobernador?

Incluso algunas personas de su equipo de campaña manifestaron entonces que se contagiaron de Covid y así estuvieron trabajando.

La variante Ómicron está sometiendo al mundo y ya hay casos en México, que no les sorprenda si un día se convierte en la variante dominante aquí también. ¿Qué acciones se van a tomar? ¿Cuánto dinero se va a destinar para enfrentar este nuevo reto? ¿Se invertirá en mejor infraestructura hospitalaria para hacerle frente a este escenario? Con toda seguridad podemos responder a la última pregunta y asegurar que no, porque, si no se invirtió antes, ¿por qué habría de hacerse ahora, que el personal de Salud tiene que darlo todo cuando a ellos no les dan nada?

Y esto último no lo decimos solo porque sí nada más. A pesar de que han enfrentado como guerreros lo peor de la pandemia, el gobierno trata con la punta del pie a los trabajadores del sector Salud. ¿No cree? Ahí está el tráfico de influencias que el propio gobierno ha prometido erradicar a partir del año entrante, y ahí están también los trabajadores a los que no se les renovará el contrato a partir del 1 de enero de 2022. Sin trabajadores, conservando viejas prácticas y sin invertir recursos, ¿qué nos puede esperar a los simples sinaloenses de a pie? Ojalá nos equivoquemos, pero está de pensarse.

Se resquebraja un partido llamado PAN

Por fin, luego de casi dos semanas, la ex candidata a la presidencia del Partido Acción Nacional en Sinaloa presentó formalmente la impugnación de las pasadas elecciones que dieron como ganadora a Roxana Rubio.

Pero en realidad Verónica Montaño, quien se dice agraviada al ser su equipo político violentado, sabe que su partido se sigue resquebrajando todavía más.

En realidad el PAN en Sinaloa desde hace años dejó de ser lo que era, abandonado a su propia mala suerte y al poco compromiso de sus militantes con la sociedad, elección tras elección ha perdido terreno y luce extraviado y anacrónico en los temas de avanzada de la agenda pública: a estas alturas oponerse a reformas como la del aborto, el matrimonio igualitario y tópicos similares lo hacen ver vetusto y lejos de los tiempos que vivimos.

Desde que llegó Juan Carlos Estrada a la dirigencia estatal, el PAN el instituto político quedó bandonado. Y la elección interna pasada en que la sombra de la violencia nubló los comicios, terminó por darle una estocada de la que difícilmente Roxana Rubio podrá hacerlo crecer.

Por eso esta impugnación es más bien un trámite de orgullo porque el Tribunal, del lado del gobernador Rubén Rocha y sus operadores, no dejarán prosperar el caso.

Con el tiempo se verá que Roxana no podrá con el barco y el partido se verá cada vez más desdibujado y sumergido en la ignominia en que lo metieron aquellos que promovieron la violencia, de la que por cierto, nadie se hace responsable.

Al tiempo.

La variante Ómicron de Covid-19 está entre nosotros y llegó para quedarse, que no les quepa duda. Y con ella, seguramente un nuevo pico de contagios someterá a los sinaloenses. ¿Quién podrá salvarnos? ¿El gobierno? Olvídelo. Si bien la cancelación de llegadas de cruceros turísticos a Sinaloa fue una decisión acertada, lo cierto es que, aun teniendo ya encima la nueva cepa de coronavirus, el gobierno está mostrando una tibieza que ya es habitual en su actuar diario.

Cuando Culiacán no estaba en un estado tan avanzado de la pandemia, a las personas que se negaban a portar cubrebocas en las calles se les detenía o, ya de perdida, se les regalaba uno y se les invitaba a usarlos en lugares públicos. Había campañas permanentes para aplicar los cuidados sanitarios, respetar el distanciamiento social, no permitir grandes aforos en lugares públicos. Pero ya no hay nada de eso. Con el pretexto de la vacunación, tanto Jesús Estrada Ferreiro como Rubén Rocha Moya, quien ya estuvo enfermo de Covid-19 dos veces, parecen no estar preocupados por lo que pueda pasar.

La variante Delta trajo consigo un gran número de contagios y tuvo su mayor pico después de las campañas electorales, donde Rubén Rocha Moya resultó electo. Bueno, que sirva de antecedente: si no le importó el distanciamiento social ni los protocolos sanitarios entonces, menos ahora. ¿O es que acaso es posible olvidar aquel concierto de Su Majestad Mi Banda el Mexicano frente a Catedral al que acudieron más de 10 mil personas apoyando al ahora gobernador?

Incluso algunas personas de su equipo de campaña manifestaron entonces que se contagiaron de Covid y así estuvieron trabajando.

La variante Ómicron está sometiendo al mundo y ya hay casos en México, que no les sorprenda si un día se convierte en la variante dominante aquí también. ¿Qué acciones se van a tomar? ¿Cuánto dinero se va a destinar para enfrentar este nuevo reto? ¿Se invertirá en mejor infraestructura hospitalaria para hacerle frente a este escenario? Con toda seguridad podemos responder a la última pregunta y asegurar que no, porque, si no se invirtió antes, ¿por qué habría de hacerse ahora, que el personal de Salud tiene que darlo todo cuando a ellos no les dan nada?

Y esto último no lo decimos solo porque sí nada más. A pesar de que han enfrentado como guerreros lo peor de la pandemia, el gobierno trata con la punta del pie a los trabajadores del sector Salud. ¿No cree? Ahí está el tráfico de influencias que el propio gobierno ha prometido erradicar a partir del año entrante, y ahí están también los trabajadores a los que no se les renovará el contrato a partir del 1 de enero de 2022. Sin trabajadores, conservando viejas prácticas y sin invertir recursos, ¿qué nos puede esperar a los simples sinaloenses de a pie? Ojalá nos equivoquemos, pero está de pensarse.

Se resquebraja un partido llamado PAN

Por fin, luego de casi dos semanas, la ex candidata a la presidencia del Partido Acción Nacional en Sinaloa presentó formalmente la impugnación de las pasadas elecciones que dieron como ganadora a Roxana Rubio.

Pero en realidad Verónica Montaño, quien se dice agraviada al ser su equipo político violentado, sabe que su partido se sigue resquebrajando todavía más.

En realidad el PAN en Sinaloa desde hace años dejó de ser lo que era, abandonado a su propia mala suerte y al poco compromiso de sus militantes con la sociedad, elección tras elección ha perdido terreno y luce extraviado y anacrónico en los temas de avanzada de la agenda pública: a estas alturas oponerse a reformas como la del aborto, el matrimonio igualitario y tópicos similares lo hacen ver vetusto y lejos de los tiempos que vivimos.

Desde que llegó Juan Carlos Estrada a la dirigencia estatal, el PAN el instituto político quedó bandonado. Y la elección interna pasada en que la sombra de la violencia nubló los comicios, terminó por darle una estocada de la que difícilmente Roxana Rubio podrá hacerlo crecer.

Por eso esta impugnación es más bien un trámite de orgullo porque el Tribunal, del lado del gobernador Rubén Rocha y sus operadores, no dejarán prosperar el caso.

Con el tiempo se verá que Roxana no podrá con el barco y el partido se verá cada vez más desdibujado y sumergido en la ignominia en que lo metieron aquellos que promovieron la violencia, de la que por cierto, nadie se hace responsable.

Al tiempo.