/ miércoles 17 de febrero de 2021

La consolidación UAS-PAS

Con el honoris causa a Elmer Mendoza, la rectoría de AutoE(u)logio como el partido de Cuén, una vez más, disponen y hacen lo que para ellos es conveniente en tiempos del coronavirus, lo electoral y la economía con la cultura política y la política cultural en el aparejamiento con la gobernanza de Quirino como anillo (de compromiso) al dedo para seguir fingiendo o simulando que en el Puro Sinaloa, la UASPAS, también está viviendo su cuarta transformación política, económica y sociocultural con la guía ética de Melesio.

A quién le dan pan que llore y/o A caballo regalado no se le miran los dientes, que es el otorgamiento del honoris causa a EM, que causa e involucra un reforzamiento al poder político-cultural en Sinaloa.

Nada, nadie y alguien le va a negar a EM la trayectoria literaria más adulta que juvenil al escritor, y cuando se trata de ser tratado como se merece como universitario, a don AutoE(u)logio, le gana más el oportunismo-protagonismo de la UAS-PAS para hacer saber y dar a conocer cómo la universidad trata, no todos (sus) escritores, en vida y en obra, así como sus empleados de confianza, sus aviadores, sus operadores, sus comisionados, a sus profesores de tiempo completo y de outsourcing, a sus estudiantes-becarios para acompañar a Cuén en sus campañas que es lo que sabe y conoce Elmer Mendoza, y a la vez, acepta esa realidad de corrupción al aceptar el Honoris Causa UAS-PAS, y si la realidad no ha sido y es así hay que leer lo que Ana Luz Ruelas analiza y escribe de “La UAS infantilizada” en El Debate.

Así, con la virtualización del reconocimiento, las virtudes de las UAS-PAS son el desconocimiento de la mayoría que es la gente sobre lo que prevalece hacia el interior de la universidad con lo que se encubre externamente con la reelaborada imagen publipropagandística en el tiempo-espacio con los medios de información y comunicación estatales, sabiéndolo también los medios como EM, pero al haber un patrocinio, hay que aceptar la imagen y la voz del rector y el exrector con lo que pagan para hacer lo que hacen con la autonomía universitaria como partido político, de la cual Rocha Moya lo está haciendo con la Morena-uaspaseña.

La consolidación UAS-PAS hace tiempo que lo fue políticamente, mas no, académicamente, y en lo que ha devenido es una situación interna insostenible con lo que Ana Luz Ruelas le pone en evidencia administrativa en el aspecto nada docente y toda indecente en lo ético laboral, cuando la UAS es tratada como partido externo y como empresa interna que, al aplicarle una auditoria seria, saldrán las cuentas, los costos, los moches y los cuates beneficiados en una defraudación económica hasta con factureras fantasmas con maestrías y doctorados.

Lo que la UAS representa es lo que cuesta política y económicamente y lo que signifique académica y culturalmente es lo que vale la imagen como constructo conceptual e intelectual en la entelequia del discurso del rectorado y del partido como consolidación, al vacío, llenando con la acumulación y vaciando con la desposesión la autonomía universitaria de la ciencia y la academia xxi años del siglo xxi.

Con el honoris causa a Elmer Mendoza, la rectoría de AutoE(u)logio como el partido de Cuén, una vez más, disponen y hacen lo que para ellos es conveniente en tiempos del coronavirus, lo electoral y la economía con la cultura política y la política cultural en el aparejamiento con la gobernanza de Quirino como anillo (de compromiso) al dedo para seguir fingiendo o simulando que en el Puro Sinaloa, la UASPAS, también está viviendo su cuarta transformación política, económica y sociocultural con la guía ética de Melesio.

A quién le dan pan que llore y/o A caballo regalado no se le miran los dientes, que es el otorgamiento del honoris causa a EM, que causa e involucra un reforzamiento al poder político-cultural en Sinaloa.

Nada, nadie y alguien le va a negar a EM la trayectoria literaria más adulta que juvenil al escritor, y cuando se trata de ser tratado como se merece como universitario, a don AutoE(u)logio, le gana más el oportunismo-protagonismo de la UAS-PAS para hacer saber y dar a conocer cómo la universidad trata, no todos (sus) escritores, en vida y en obra, así como sus empleados de confianza, sus aviadores, sus operadores, sus comisionados, a sus profesores de tiempo completo y de outsourcing, a sus estudiantes-becarios para acompañar a Cuén en sus campañas que es lo que sabe y conoce Elmer Mendoza, y a la vez, acepta esa realidad de corrupción al aceptar el Honoris Causa UAS-PAS, y si la realidad no ha sido y es así hay que leer lo que Ana Luz Ruelas analiza y escribe de “La UAS infantilizada” en El Debate.

Así, con la virtualización del reconocimiento, las virtudes de las UAS-PAS son el desconocimiento de la mayoría que es la gente sobre lo que prevalece hacia el interior de la universidad con lo que se encubre externamente con la reelaborada imagen publipropagandística en el tiempo-espacio con los medios de información y comunicación estatales, sabiéndolo también los medios como EM, pero al haber un patrocinio, hay que aceptar la imagen y la voz del rector y el exrector con lo que pagan para hacer lo que hacen con la autonomía universitaria como partido político, de la cual Rocha Moya lo está haciendo con la Morena-uaspaseña.

La consolidación UAS-PAS hace tiempo que lo fue políticamente, mas no, académicamente, y en lo que ha devenido es una situación interna insostenible con lo que Ana Luz Ruelas le pone en evidencia administrativa en el aspecto nada docente y toda indecente en lo ético laboral, cuando la UAS es tratada como partido externo y como empresa interna que, al aplicarle una auditoria seria, saldrán las cuentas, los costos, los moches y los cuates beneficiados en una defraudación económica hasta con factureras fantasmas con maestrías y doctorados.

Lo que la UAS representa es lo que cuesta política y económicamente y lo que signifique académica y culturalmente es lo que vale la imagen como constructo conceptual e intelectual en la entelequia del discurso del rectorado y del partido como consolidación, al vacío, llenando con la acumulación y vaciando con la desposesión la autonomía universitaria de la ciencia y la academia xxi años del siglo xxi.

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