/ miércoles 24 de noviembre de 2021

La asamblea popular informativa

Lo que cada uno de nosotros y los otros, los demás y la gente sienta más porque piensa menos al asistir a una reunión pública, más para la fiesta precarnavalera que no es la mañanera ni la semanera, y sí una manera de estar en el templete arengando El Químico a favor de sí mismo, el escenario de la explanada es la única vez que se transforma en una 4T de posiciones y oposiciones al vacío: luchar por Mazatlán, desde el centro a la periferia, hasta donde alcance la luz y el agua, la basura y las aguas negras.

Nadie de alguien le reclama(n) a El Químico, en directo y en vivo, elegantemente, grandilocuente y arrogante, lentes oscuros, mirando desde la oscuridad hacia la luminosidad que le proyecta la gente a su ser y hacer inequívoco, histórico y único: El Químico, con la investidura de la mediocridad y la irresponsabilidad municipal que la gente le apoya y le celebra “su lucha” por Mazatlán.

La manera que no es la mañanera ni la semanera es más el protagonismo que a la gente le gusta disfrutarlo: es el carnavalismo de la alegoría como de la politiquería en vivo, la mano izquierda en su pecho en un hombre formado a la derecha de un dios bullanguero y ruidoso en un carro inmóvil alegórico recargado de gente y música, voces atronantes y aplausos celebrantes, porque se está y se va a donde la gente quiere estar e ir con él: a ninguna parte, por más que viaje y regrese al mismo lugar de siempre con la misma gente y las mismas costumbres de siempre: la corrupción.

Morena de Rocha Moya y Pas de Cuén entrecruzados por El Químico y la Gente, ninguno de los tres son Pueblo, sino políticos gobernantes para su gente, con o sin gobernabilidad, la mediocridad y la irresponsabilidad les son propias.

La asamblea popular informativa es nomás para jalar la gente a donde se le lleve y se le entretenga, más por conveniencia que por convicción, porque el escenario carnavalero y carnavalesco es la sucesión del acarreo porque la gente asiste por una voluntad interesada de obtener algo: el regalo gratis del engaño por la voluntad de una representación popular en un escenario fraudulento.

La sola mediocridad política con la complicidad social -airea- a la corrupción y la impunidad gubernamentalmente en una asamblea popular ¿informativa? cuando es declarativa a favor o en contra (de y para) la gente, controlando y manipulando la lucha de El Químico por Mazatlán, con o sin revocación de mandato, por si se le ocurriera al genio de Olas Altas, casi esquina con la Fonda del Chalío, la gente votaría porque siguiera, habiéndolo hecho tres veces por Higuera, por lo que fue en sus años, no lo es ni lo será por sus daños pasados, presente y futuros es lo que le pasa a cualquier democracia carnavalera, marismeña-mazatleca: la intervención de derRocha Moya para solución del pleito El Químico-El Cuén, los puso en Pas con la Morena en la gobernanza (de y para) Sinaloa, teniendo que in-tolerar a El Cuén estatal y a El Químico municipal, acabándose la asamblea popular informativa, porque la que manda es la Semanera.

Lo que cada uno de nosotros y los otros, los demás y la gente sienta más porque piensa menos al asistir a una reunión pública, más para la fiesta precarnavalera que no es la mañanera ni la semanera, y sí una manera de estar en el templete arengando El Químico a favor de sí mismo, el escenario de la explanada es la única vez que se transforma en una 4T de posiciones y oposiciones al vacío: luchar por Mazatlán, desde el centro a la periferia, hasta donde alcance la luz y el agua, la basura y las aguas negras.

Nadie de alguien le reclama(n) a El Químico, en directo y en vivo, elegantemente, grandilocuente y arrogante, lentes oscuros, mirando desde la oscuridad hacia la luminosidad que le proyecta la gente a su ser y hacer inequívoco, histórico y único: El Químico, con la investidura de la mediocridad y la irresponsabilidad municipal que la gente le apoya y le celebra “su lucha” por Mazatlán.

La manera que no es la mañanera ni la semanera es más el protagonismo que a la gente le gusta disfrutarlo: es el carnavalismo de la alegoría como de la politiquería en vivo, la mano izquierda en su pecho en un hombre formado a la derecha de un dios bullanguero y ruidoso en un carro inmóvil alegórico recargado de gente y música, voces atronantes y aplausos celebrantes, porque se está y se va a donde la gente quiere estar e ir con él: a ninguna parte, por más que viaje y regrese al mismo lugar de siempre con la misma gente y las mismas costumbres de siempre: la corrupción.

Morena de Rocha Moya y Pas de Cuén entrecruzados por El Químico y la Gente, ninguno de los tres son Pueblo, sino políticos gobernantes para su gente, con o sin gobernabilidad, la mediocridad y la irresponsabilidad les son propias.

La asamblea popular informativa es nomás para jalar la gente a donde se le lleve y se le entretenga, más por conveniencia que por convicción, porque el escenario carnavalero y carnavalesco es la sucesión del acarreo porque la gente asiste por una voluntad interesada de obtener algo: el regalo gratis del engaño por la voluntad de una representación popular en un escenario fraudulento.

La sola mediocridad política con la complicidad social -airea- a la corrupción y la impunidad gubernamentalmente en una asamblea popular ¿informativa? cuando es declarativa a favor o en contra (de y para) la gente, controlando y manipulando la lucha de El Químico por Mazatlán, con o sin revocación de mandato, por si se le ocurriera al genio de Olas Altas, casi esquina con la Fonda del Chalío, la gente votaría porque siguiera, habiéndolo hecho tres veces por Higuera, por lo que fue en sus años, no lo es ni lo será por sus daños pasados, presente y futuros es lo que le pasa a cualquier democracia carnavalera, marismeña-mazatleca: la intervención de derRocha Moya para solución del pleito El Químico-El Cuén, los puso en Pas con la Morena en la gobernanza (de y para) Sinaloa, teniendo que in-tolerar a El Cuén estatal y a El Químico municipal, acabándose la asamblea popular informativa, porque la que manda es la Semanera.

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