/ miércoles 15 de enero de 2020

La 4(ta)-tren maya: no pasarán

La secretaría de turismo-sectur y la cúpula política-empresarial, no la tienen ni la tendrán fácil con el ezln en el sur del país de las sombras espectrales

A 26 años del hermanecido enero de 1994, y los años posteriores con la guerra de baja intensidad, los caracoles, están en pie y puestos a defender el territorio propio, indígena y campesino.

La 4(ta)-tren maya no van-no pasarán por donde sectur está haciendo cuentas de las buenas inversiones y de las ricas ganancias para la política y la economía de la cúpula en el gobierno de amlo-morena: no es ni será por necedad y terquedad del ezln, acaso del gobierno federal con una consulta conveniente y convenencieramente mal informada por supuestamente bien consensuada, las tierras afectadas serán pagadas y beneficiados los dueños ejidales.

El estado profundo de la cuarta transformación está, ¿a favor o en contra? del México profundo que, al pensar en primero los pobres, quiere enriquecer a los indígenas-campesinos, con transformarlos en albañiles.

¿El pos(t)neoliberalismo y el neofeudalismo del capitalismo de lujo y funeral?

Si la cuarta transformación quiere seguir barriendo la corrupción y la impunidad, no tiene el derecho de echarle la basura a los indígenas-campesinos con el tren maya y las villas ricas turísticas para que los indígenas-campesinos les corten el césped y les poden los jardines, porque la vieja y la nueva casta de la cúpula política empresarial en el sistema político mexicano no ha dejado de ser y de hacer lo que es y lo que hace: chingar con, a la chingada, en la mano.

Directa e indirectamente la lesividad del progreso y la modernidad por -la vía férrea- de la industria sin chimeneas del turismo ¿qué, ecoturístico? cuando los megaproyectos no proyectan más que la acumulación y la desposesión del centro y la periferia donde se asientan y se sientan como desarrollos inmobiliarios turísticos privados, haciéndose de todo y desechando a todos con el capitalismo de lujo y funeral.

Cuando las imágenes son proyectadas con los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos de miseria y riqueza, de poder y placer, de desierto y metrópoli -la transformación- da para el horror vacui de lo político y lo económico -impactando- a la condición humana y a la naturaleza con el progreso y la modernidad, ¿(de y para) qué y para quiénes?, en lo que Rudiger Safranski pregunta: ¿Cuánta globalización podemos soportar? respondiendo: “En el prisma visual de la política, lo global empobrece hasta convertirse en mero objeto de cálculo del poder o de la impotencia”.

La transformación es posible casi para todo, mas no, para todos: ¿y quiénes somos todos, nosotros y los otros, los demás y la gente, los pobres y el pueblo?

¿Es posible otro mundo donde quepamos todos?

Está bien: ¿vamos bien?

La transformación es una necesidad social, y no, una necedad presidencial con los datos y los impactos y los daños más allá al sur y más acá al norte, quedando el bajío con los muertos, los desaparecidos y los desplazados, céntrica y periféricamente.

El capitalismo de lujo y funeral “que no deja ni rastros ni monumentos; por otro lado sólo produce, de manera directa e inmediata, ruinas. O, si se prefiere, escombros.” “La ruina, es el último, el único lugar todavía ‘habitado’ donde la pobreza o la rebeldía conservan la cultura más antigua”, es lo que Santiago Alba Rico observa “Sobre lo inconsistente y lo incompleto”.

Si la transformación es lo que pretende ser y hacer de México, en el país de las sombras espectrales, entonces, con lo que se está topando es el único lugar todavía habitado donde la pobreza es la riqueza de la rebeldía en conservar la cultura más antigua que es el único dato verdadero, histórico, biopolítico, social y cultural que la transformación solamente ve la inversión y la ganancia para el estado amlocrático y empresarial.

Lo imperativo de lo ético-presidencial-empresarial no es lo moral-indígena-campesino para la cuarta transformación-tren maya, es la acumulación y la desposesión territorial por la vía férrea amlocrática empresarial de la inversión y la ganancia, a todo modo, por el bien de todos primero los pobres.

Entonces, ¿es posible otro mundo, ahora sí, donde quepamos todos con los indígenas-campesinos-pescadores, en lo que haber-a ver qué se hace con los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el país de las sombras espectrales entre el inframundo de los adultos y el ultramundo de los niños?:

Si un niño decide matar a una profesora, herir a niños y a otro profesor, y suicidarse, nunca se lo imaginó como un juego, pues ese día fue el día temprano de la mañanera fríamente calculada como para no jugar el juego de los adultos infantilizados y de los niños adulterados con los muertos, los desaparecidos y los desplazados.

En “La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco”, Douglas Rushkoff,

le pone una veladora de luto al capitalismo de lujo y funeral cuando en el país de las sombras espectrales:

“Ojos que no ven corazón que no siente, pero la externalización de la pobreza y del veneno no desaparece por el mero hecho de que nos pongamos unas gafas de tres dimensiones y nos sumerjamos en una realidad alternativa. Cuanto más ignoremos las repercusiones sociales, económicas y medioambientales, más problemáticas se tornarán estas. A su vez, esta situación genera una dinámica de mayor repliegue, aislamiento y fantasías apocalípticas, a la par que la necesidad de inventar desesperadamente más tecnología y planes de negocio. El ciclo se retroalimenta a sí mismo. Cuanto más comulgamos con esta interpretación del mundo, más tendemos a ver al ser humano como parte del problema y a la tecnología como una solución al mismo. La propia esencia de la condición humana se considera cada vez menos como un rasgo definitorio y más como un virus. Las nuevas tecnologías se consideran como algo neutro, obviándose el sesgo que encierran. Así, los malos hábitos que inducen en nosotros no son más que un mero reflejo de la corrupción de nuestra propia esencia.”

Cuando los niños son el futuro de México que están construyendo los jóvenes, el saco de los muertos, los desaparecidos y los desplazados con las mochilas de las armas y las drogas van y vienen y están en todas partes, sitios y lugares con maquinitas centaveras y drogueras, nadie y alguien pueden hacer nada en el país de las sombras espectrales más que la cuarta transformación con las recomendaciones domésticas y escolares del señor presidente y de la señora presidenta porque al hijo de ellos la guardia nacional le revisa la mochila y Durazo le hace las tareas con seguridad, abrazos y apapachos y menos tirando bala, al aire, en la escuela.

Así, pues, qué le vamos a hacer si la transformación lo está haciendo todo por todos nosotros y los otros, los demás y la gente, los muertos y los desaparecidos, los desplazados y los indígenas, los campesinos y los pescadores, los pobres y el pueblo.



La secretaría de turismo-sectur y la cúpula política-empresarial, no la tienen ni la tendrán fácil con el ezln en el sur del país de las sombras espectrales

A 26 años del hermanecido enero de 1994, y los años posteriores con la guerra de baja intensidad, los caracoles, están en pie y puestos a defender el territorio propio, indígena y campesino.

La 4(ta)-tren maya no van-no pasarán por donde sectur está haciendo cuentas de las buenas inversiones y de las ricas ganancias para la política y la economía de la cúpula en el gobierno de amlo-morena: no es ni será por necedad y terquedad del ezln, acaso del gobierno federal con una consulta conveniente y convenencieramente mal informada por supuestamente bien consensuada, las tierras afectadas serán pagadas y beneficiados los dueños ejidales.

El estado profundo de la cuarta transformación está, ¿a favor o en contra? del México profundo que, al pensar en primero los pobres, quiere enriquecer a los indígenas-campesinos, con transformarlos en albañiles.

¿El pos(t)neoliberalismo y el neofeudalismo del capitalismo de lujo y funeral?

Si la cuarta transformación quiere seguir barriendo la corrupción y la impunidad, no tiene el derecho de echarle la basura a los indígenas-campesinos con el tren maya y las villas ricas turísticas para que los indígenas-campesinos les corten el césped y les poden los jardines, porque la vieja y la nueva casta de la cúpula política empresarial en el sistema político mexicano no ha dejado de ser y de hacer lo que es y lo que hace: chingar con, a la chingada, en la mano.

Directa e indirectamente la lesividad del progreso y la modernidad por -la vía férrea- de la industria sin chimeneas del turismo ¿qué, ecoturístico? cuando los megaproyectos no proyectan más que la acumulación y la desposesión del centro y la periferia donde se asientan y se sientan como desarrollos inmobiliarios turísticos privados, haciéndose de todo y desechando a todos con el capitalismo de lujo y funeral.

Cuando las imágenes son proyectadas con los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos de miseria y riqueza, de poder y placer, de desierto y metrópoli -la transformación- da para el horror vacui de lo político y lo económico -impactando- a la condición humana y a la naturaleza con el progreso y la modernidad, ¿(de y para) qué y para quiénes?, en lo que Rudiger Safranski pregunta: ¿Cuánta globalización podemos soportar? respondiendo: “En el prisma visual de la política, lo global empobrece hasta convertirse en mero objeto de cálculo del poder o de la impotencia”.

La transformación es posible casi para todo, mas no, para todos: ¿y quiénes somos todos, nosotros y los otros, los demás y la gente, los pobres y el pueblo?

¿Es posible otro mundo donde quepamos todos?

Está bien: ¿vamos bien?

La transformación es una necesidad social, y no, una necedad presidencial con los datos y los impactos y los daños más allá al sur y más acá al norte, quedando el bajío con los muertos, los desaparecidos y los desplazados, céntrica y periféricamente.

El capitalismo de lujo y funeral “que no deja ni rastros ni monumentos; por otro lado sólo produce, de manera directa e inmediata, ruinas. O, si se prefiere, escombros.” “La ruina, es el último, el único lugar todavía ‘habitado’ donde la pobreza o la rebeldía conservan la cultura más antigua”, es lo que Santiago Alba Rico observa “Sobre lo inconsistente y lo incompleto”.

Si la transformación es lo que pretende ser y hacer de México, en el país de las sombras espectrales, entonces, con lo que se está topando es el único lugar todavía habitado donde la pobreza es la riqueza de la rebeldía en conservar la cultura más antigua que es el único dato verdadero, histórico, biopolítico, social y cultural que la transformación solamente ve la inversión y la ganancia para el estado amlocrático y empresarial.

Lo imperativo de lo ético-presidencial-empresarial no es lo moral-indígena-campesino para la cuarta transformación-tren maya, es la acumulación y la desposesión territorial por la vía férrea amlocrática empresarial de la inversión y la ganancia, a todo modo, por el bien de todos primero los pobres.

Entonces, ¿es posible otro mundo, ahora sí, donde quepamos todos con los indígenas-campesinos-pescadores, en lo que haber-a ver qué se hace con los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el país de las sombras espectrales entre el inframundo de los adultos y el ultramundo de los niños?:

Si un niño decide matar a una profesora, herir a niños y a otro profesor, y suicidarse, nunca se lo imaginó como un juego, pues ese día fue el día temprano de la mañanera fríamente calculada como para no jugar el juego de los adultos infantilizados y de los niños adulterados con los muertos, los desaparecidos y los desplazados.

En “La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco”, Douglas Rushkoff,

le pone una veladora de luto al capitalismo de lujo y funeral cuando en el país de las sombras espectrales:

“Ojos que no ven corazón que no siente, pero la externalización de la pobreza y del veneno no desaparece por el mero hecho de que nos pongamos unas gafas de tres dimensiones y nos sumerjamos en una realidad alternativa. Cuanto más ignoremos las repercusiones sociales, económicas y medioambientales, más problemáticas se tornarán estas. A su vez, esta situación genera una dinámica de mayor repliegue, aislamiento y fantasías apocalípticas, a la par que la necesidad de inventar desesperadamente más tecnología y planes de negocio. El ciclo se retroalimenta a sí mismo. Cuanto más comulgamos con esta interpretación del mundo, más tendemos a ver al ser humano como parte del problema y a la tecnología como una solución al mismo. La propia esencia de la condición humana se considera cada vez menos como un rasgo definitorio y más como un virus. Las nuevas tecnologías se consideran como algo neutro, obviándose el sesgo que encierran. Así, los malos hábitos que inducen en nosotros no son más que un mero reflejo de la corrupción de nuestra propia esencia.”

Cuando los niños son el futuro de México que están construyendo los jóvenes, el saco de los muertos, los desaparecidos y los desplazados con las mochilas de las armas y las drogas van y vienen y están en todas partes, sitios y lugares con maquinitas centaveras y drogueras, nadie y alguien pueden hacer nada en el país de las sombras espectrales más que la cuarta transformación con las recomendaciones domésticas y escolares del señor presidente y de la señora presidenta porque al hijo de ellos la guardia nacional le revisa la mochila y Durazo le hace las tareas con seguridad, abrazos y apapachos y menos tirando bala, al aire, en la escuela.

Así, pues, qué le vamos a hacer si la transformación lo está haciendo todo por todos nosotros y los otros, los demás y la gente, los muertos y los desaparecidos, los desplazados y los indígenas, los campesinos y los pescadores, los pobres y el pueblo.



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