/ miércoles 4 de agosto de 2021

Hizo algo que rara vez ocurre

“Javier Valdez hizo algo que rara vez ocurre: criticar abiertamente a un narcotraficante”. -Redacción de La Jornada-.

Que es lo mismo y es lo diferente que hizo Miroslava Breach antes que Javier Valdez; Miroslava, telefónicamente; y Javier, textualmente, siendo una crítica que provocó a los que serían los autores intelectuales en las respectivas ejecuciones contra los periodistas de La Jornada.

Hacer algo que rara vez ocurre en el periodismo, es más irresponsable que responsable hacer algo que rara vez ocurre: hablar y escribir de más, pasarse de lo medido a los desmedido, ética y periodísticamente, pasando a lo personal, creyéndose que no habría ninguna consecuencia cuando la crítica fue una ofensa y la reacción no fue al mismo al nivel de lo dicho y lo escrito con las palabras: las armas.

Cuando a Miroslava la ejecutaron, Javier le reclamó el crimen al narcosicariato, casi poniéndoseles a pecho abierto, no siendo esta provocación la que generó la ejecución de Javier, sino, esa rara vez que ocurre con una crítica que se interpreta como una ofensa y una afrenta con la provocación a una segunda personaintelectual que pasa a la tercera persona material, porque el ofendido es defendido por quienes fueron mandados a ejecutar al ofensor, y en un primer reporte de La Jornada, se dice que a Javier se le hincó para ejecutarlo, lo cual no es raro en las ejecuciones del narcosicariato, a excepción de que a Javier se le hincó porque dijo o escribió algode quien lo mandó a ejecutar, no sin antes, haber-a ver qué o no dijo, pasando a la ejecución pública en medio del arroyo vial de la calle, a mediodía, con el sol a plomo.

Haya sucedido lo que rara vez ocurre con la ejecución de Javier Valdez, siendo él-el origen del acto y el hecho; la crítica, que se le fue de sus manos al redactar lo que pensó y escribió y se publicó contra El Minilic, Dámaso Gúzman Jr., quedando en Ríodoce y en La Jornada lo que Javier Valdez hizo algo que rara vez ocurre, más en la gratuidad que en la seguridad personal.

Creo, para quien esto escribe, Javier Valdez subestimó al que criticó, porque ante las palabras, las armas, así de simple y llanofue que Javier se puso al tú por tú con un tipo intelectual y conceptualmente a ras de suelo y sangre: la ejecución, sin mediar o no, las palabras, lo cual no lo hace santo ni mártir, acaso un hombre que se midió y desmidió entre el periodismo y la literatura, y que en cuanto a la ética, la ley y la justicia pasó a víctima de la violencia y el crimen (de y en) el narcosicariato sinaloense, lo mismo y lo diferente con Miroslava Breach en Chihuahua, no habiendo un rasero con lo mismo o con lo diferente, puesto que el-la periodista investiga al narcosicariato y el narcosicariato persigue a el-la periodista, no pudiendo, a la vez, contenerse las palabras dichas y escritas de más por el simple acto y hecho de cuidarse a sí mism@ y poner en riesgo la vida personal en el hizo algo que rara vez ocurre.

Pensar las palabras dichas y escritas con la libertad de expresión, en el país de las sombras espectrales, es la censura por medio de la plata o del plomo, o, la delación con la descalificación presidencial, la financiación empresarial periodística y la monetización de supuestas redes sociales informativas con la diferencia de que: no somos iguales entre los vivos, los muertos, los desaparecidos y los desplazados del narcosicariato, los desconocidos del coronavirus y las mujeres del feminicidio.

Si errar es humano, ¿por qué matar se nos ha transformado en algo normal y cotidiano, en el país de las sombras espectrales?

Por Siempre, Nino Gallegos.

“Javier Valdez hizo algo que rara vez ocurre: criticar abiertamente a un narcotraficante”. -Redacción de La Jornada-.

Que es lo mismo y es lo diferente que hizo Miroslava Breach antes que Javier Valdez; Miroslava, telefónicamente; y Javier, textualmente, siendo una crítica que provocó a los que serían los autores intelectuales en las respectivas ejecuciones contra los periodistas de La Jornada.

Hacer algo que rara vez ocurre en el periodismo, es más irresponsable que responsable hacer algo que rara vez ocurre: hablar y escribir de más, pasarse de lo medido a los desmedido, ética y periodísticamente, pasando a lo personal, creyéndose que no habría ninguna consecuencia cuando la crítica fue una ofensa y la reacción no fue al mismo al nivel de lo dicho y lo escrito con las palabras: las armas.

Cuando a Miroslava la ejecutaron, Javier le reclamó el crimen al narcosicariato, casi poniéndoseles a pecho abierto, no siendo esta provocación la que generó la ejecución de Javier, sino, esa rara vez que ocurre con una crítica que se interpreta como una ofensa y una afrenta con la provocación a una segunda personaintelectual que pasa a la tercera persona material, porque el ofendido es defendido por quienes fueron mandados a ejecutar al ofensor, y en un primer reporte de La Jornada, se dice que a Javier se le hincó para ejecutarlo, lo cual no es raro en las ejecuciones del narcosicariato, a excepción de que a Javier se le hincó porque dijo o escribió algode quien lo mandó a ejecutar, no sin antes, haber-a ver qué o no dijo, pasando a la ejecución pública en medio del arroyo vial de la calle, a mediodía, con el sol a plomo.

Haya sucedido lo que rara vez ocurre con la ejecución de Javier Valdez, siendo él-el origen del acto y el hecho; la crítica, que se le fue de sus manos al redactar lo que pensó y escribió y se publicó contra El Minilic, Dámaso Gúzman Jr., quedando en Ríodoce y en La Jornada lo que Javier Valdez hizo algo que rara vez ocurre, más en la gratuidad que en la seguridad personal.

Creo, para quien esto escribe, Javier Valdez subestimó al que criticó, porque ante las palabras, las armas, así de simple y llanofue que Javier se puso al tú por tú con un tipo intelectual y conceptualmente a ras de suelo y sangre: la ejecución, sin mediar o no, las palabras, lo cual no lo hace santo ni mártir, acaso un hombre que se midió y desmidió entre el periodismo y la literatura, y que en cuanto a la ética, la ley y la justicia pasó a víctima de la violencia y el crimen (de y en) el narcosicariato sinaloense, lo mismo y lo diferente con Miroslava Breach en Chihuahua, no habiendo un rasero con lo mismo o con lo diferente, puesto que el-la periodista investiga al narcosicariato y el narcosicariato persigue a el-la periodista, no pudiendo, a la vez, contenerse las palabras dichas y escritas de más por el simple acto y hecho de cuidarse a sí mism@ y poner en riesgo la vida personal en el hizo algo que rara vez ocurre.

Pensar las palabras dichas y escritas con la libertad de expresión, en el país de las sombras espectrales, es la censura por medio de la plata o del plomo, o, la delación con la descalificación presidencial, la financiación empresarial periodística y la monetización de supuestas redes sociales informativas con la diferencia de que: no somos iguales entre los vivos, los muertos, los desaparecidos y los desplazados del narcosicariato, los desconocidos del coronavirus y las mujeres del feminicidio.

Si errar es humano, ¿por qué matar se nos ha transformado en algo normal y cotidiano, en el país de las sombras espectrales?

Por Siempre, Nino Gallegos.

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