/ miércoles 23 de octubre de 2019

Herencia transexenal: la violencia y el crimen

La violencia y el crimen -recrudecidos- en la cuarta transformación, no tienen la respuesta que quieren más que en la pacificación sepulcral de los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el país de las sombras espectrales que, en una mañana del día jueves 17 de octubre, llovió matinal y otoñalmente con el sudor de un verano escurriendo de los sobacos, y que por la tarde con la resolana reverberante y echada sobre el cemento de las banquetas y las calles, llovieron metálicamente las balas y generaron una onda acústica, expansiva e intensa en la ciudad de Culiacán, capital del estado Puro Sinaloa.

La gobernanza de Quirino Ordaz se vio arrinconada, temerosa y minimizada por el terror narcosicario y militar, pues hacía tiempo que no sucedía más que lo normal: muertos, desaparecidos y desplazados, contabilizados cada semana.

Ausencia o presencia de Estado-Gobierno; táctica y estrategia fallidas de seguridad pública: liberación de Ovidio para no violentar más a la ciudadanía con una asonada y una asomada desde las ventanas a las calles.

El drama en lo real social pudo haber sido y sucedido peor con la tragedia, en lo que Durazo hizo de la realidad virtual real el discurso de la imperante necesidad con la liberación del terror que pudo ser el horror en la capital y en la cuna del narcosicario, Made in Puro Sinaloa, con una publipropaganda costosa por parte de la gobernanza de Quirino, y para el festejo de los Chapitos y sus fans buchones en las redes sociales.

El punto de quiebre, de flexión y de genuflexión en el Estado Obrador con los narcosicarios, ha sido con la voluntad del gobierno y con la razón del Estado para no regresar a los días y a los noches del Culiacán-Chicago, y para lo que Fox y Calderón han sido las ganas de chingar a La Chingada.

Lo real social confrontado y liberado con la realidad virtual real en Culiacán es por sí mismo el lugar común de lo que una liberación-deliberada se transforma irracionalmente y voluntariosamente en una incapacidad del mando bueno y sabio nomás porque a sus padres y a sus abuelos no se les dijo con anticipación que venían para acá, al Puro Sinaloa, a poner a los Ovidios de Los Chapitos Guzmán en paz, y no, en la paz sepulcral, pues, ándale, muchacho, váyase a ver qué puso la marrana, diciéndole por dónde el manotas de Fox y el ‘borolas’ de Calderón, esperándolo el disfrazado de Peña Nieto, mientras que Monreal y Ebrard otean y olisquean el poder desde sus asentaderas ambiciosas pero austeras y republicanas.

Al Estado Obrador que oye a la justicia y desoye a la ley, la razón y la voluntad, no le fueron buenas consejeras con el gabinete de seguridad nacional ni con la Guardia Nacional, acaso por el caos urbano y humano en la asonada tan sonada en lo que uno alcanzó a ver, leer, escuchar y a preguntarse imaginaria y críticamente, ¿de qué y para qué está haciéndose la cuarta transformación, en el país de las sombras espectrales, si los muertos, los desaparecidos y los desplazados con los narcosicarios y los militares nos van a recordar y a mandar-obedeciendo de que nos entreguemos al mal para ser liberados por el bien-estar común de los demás y los otros, la gente y nosotros?

Cuando la ley y la justicia no están en nuestras manos y porque además están más sucias que las manos manchadas del Estado mexicano, lo de un narco por una ciudad, es cuando la moral se confrontó con el mal de hacer el bien sin mirar a quién, no habiendo ido más a fondo de lo que originó la confrontación y exhibir a la cuarta transformación, al gabinete de seguridad con la Guardia Nacional su mal proceder con toda la aviesa táctica y estrategia de remarcarle a la población de Culiacán -el paradigma y el estigma- de ser la capital del Puro Sinaloa narcosicario, aunque no es privativo ni privado de Sinaloa, sino de cualquier otro estado íntimo y público como es el Estado mexicano en el país de las sombras espectrales.

El Puro Sinaloa, en la gobernanza de Quirino, ha pasado a serse y hacerse referencia del día jueves de 17 de octubre con la más impura y dura publipropaganda real y mediática, en que más la población que la ciudad se vio reflejada a sí misma con todo lo implica vivir en Culiacán, anunciando e imponiendo Quirino Ordaz el blindaje militar y tener que co-gobernar con el Ovidio de los Chapitos Guzmán.

Si el Estado Obrador y la gobernanza de Quirino, han sido sometidos por el narcosicario más les vale que sea para una autocrítica en cuanto al uso del Poder y la Ley, porque el presidente lo hizo por una acción humanitaria y el gobernador lo hace por una acción de blindaje militar, entonces la policía estatal y la guardia nacional deberán someterse a la DEA trumpesca a través del no tráfico de armas, pero sí a una línea autoritaria de seguridad primero para USA-First y en segundo grado de degradación para el Estado Obrador y en tercero para el estado Puro Sinaloa.

Los grados-degradados de la maldad en la violencia y en el crimen, en la corrupción y en la impunidad han confrontado y tocado al Estado Obrador de tal manera y a todo modo que el Proceso de Palermo contra la Mafia Italiana-Siciliana y Corleonesi o lo de Colombia no ha sido un ejemplar procedimiento jurídico-penal con todas y las sabidas consecuencias, y lo que con El Chapo Guzmán fue no ha sido con El Mayo Zambada por lo del compadrazgo y los hijos, los políticos gobernantes (Malova) y los empresarios (Vizcarra) que han hecho de Culiacán el lugar de una confrontación generacional de narcosicarios y militares, pudiéndole o no a la gente y a los demás, a los otros y a nosotros con los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el estado Puro Sinaloa y en el país de las sombras espectrales en el Estado mexicano.

Quizás no o tal vez sí, evitar los muertos con algunos desaparecidos y otros desplazados con el respaldo del presidente y el fallo del gabinete de seguridad, el estigma pasa de lo sinaloense a la cuarta transformación de AMLO-Morena, en lo que la ciudad y la gente se reponen de la asonada tan sonada y regresar a lo de antes con la misma y la diferente gente y con las mismas y las diferentes costumbres, remontar lo del granero del país e ir al Triángulo Dorado para ver desde allá arriba hacia abajo los campos agrícolas y los campos pesqueros, cómo los campesinos aran en el mar y los pescadores pescan en la tierra.

La violencia y el crimen -recrudecidos- en la cuarta transformación, no tienen la respuesta que quieren más que en la pacificación sepulcral de los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el país de las sombras espectrales que, en una mañana del día jueves 17 de octubre, llovió matinal y otoñalmente con el sudor de un verano escurriendo de los sobacos, y que por la tarde con la resolana reverberante y echada sobre el cemento de las banquetas y las calles, llovieron metálicamente las balas y generaron una onda acústica, expansiva e intensa en la ciudad de Culiacán, capital del estado Puro Sinaloa.

La gobernanza de Quirino Ordaz se vio arrinconada, temerosa y minimizada por el terror narcosicario y militar, pues hacía tiempo que no sucedía más que lo normal: muertos, desaparecidos y desplazados, contabilizados cada semana.

Ausencia o presencia de Estado-Gobierno; táctica y estrategia fallidas de seguridad pública: liberación de Ovidio para no violentar más a la ciudadanía con una asonada y una asomada desde las ventanas a las calles.

El drama en lo real social pudo haber sido y sucedido peor con la tragedia, en lo que Durazo hizo de la realidad virtual real el discurso de la imperante necesidad con la liberación del terror que pudo ser el horror en la capital y en la cuna del narcosicario, Made in Puro Sinaloa, con una publipropaganda costosa por parte de la gobernanza de Quirino, y para el festejo de los Chapitos y sus fans buchones en las redes sociales.

El punto de quiebre, de flexión y de genuflexión en el Estado Obrador con los narcosicarios, ha sido con la voluntad del gobierno y con la razón del Estado para no regresar a los días y a los noches del Culiacán-Chicago, y para lo que Fox y Calderón han sido las ganas de chingar a La Chingada.

Lo real social confrontado y liberado con la realidad virtual real en Culiacán es por sí mismo el lugar común de lo que una liberación-deliberada se transforma irracionalmente y voluntariosamente en una incapacidad del mando bueno y sabio nomás porque a sus padres y a sus abuelos no se les dijo con anticipación que venían para acá, al Puro Sinaloa, a poner a los Ovidios de Los Chapitos Guzmán en paz, y no, en la paz sepulcral, pues, ándale, muchacho, váyase a ver qué puso la marrana, diciéndole por dónde el manotas de Fox y el ‘borolas’ de Calderón, esperándolo el disfrazado de Peña Nieto, mientras que Monreal y Ebrard otean y olisquean el poder desde sus asentaderas ambiciosas pero austeras y republicanas.

Al Estado Obrador que oye a la justicia y desoye a la ley, la razón y la voluntad, no le fueron buenas consejeras con el gabinete de seguridad nacional ni con la Guardia Nacional, acaso por el caos urbano y humano en la asonada tan sonada en lo que uno alcanzó a ver, leer, escuchar y a preguntarse imaginaria y críticamente, ¿de qué y para qué está haciéndose la cuarta transformación, en el país de las sombras espectrales, si los muertos, los desaparecidos y los desplazados con los narcosicarios y los militares nos van a recordar y a mandar-obedeciendo de que nos entreguemos al mal para ser liberados por el bien-estar común de los demás y los otros, la gente y nosotros?

Cuando la ley y la justicia no están en nuestras manos y porque además están más sucias que las manos manchadas del Estado mexicano, lo de un narco por una ciudad, es cuando la moral se confrontó con el mal de hacer el bien sin mirar a quién, no habiendo ido más a fondo de lo que originó la confrontación y exhibir a la cuarta transformación, al gabinete de seguridad con la Guardia Nacional su mal proceder con toda la aviesa táctica y estrategia de remarcarle a la población de Culiacán -el paradigma y el estigma- de ser la capital del Puro Sinaloa narcosicario, aunque no es privativo ni privado de Sinaloa, sino de cualquier otro estado íntimo y público como es el Estado mexicano en el país de las sombras espectrales.

El Puro Sinaloa, en la gobernanza de Quirino, ha pasado a serse y hacerse referencia del día jueves de 17 de octubre con la más impura y dura publipropaganda real y mediática, en que más la población que la ciudad se vio reflejada a sí misma con todo lo implica vivir en Culiacán, anunciando e imponiendo Quirino Ordaz el blindaje militar y tener que co-gobernar con el Ovidio de los Chapitos Guzmán.

Si el Estado Obrador y la gobernanza de Quirino, han sido sometidos por el narcosicario más les vale que sea para una autocrítica en cuanto al uso del Poder y la Ley, porque el presidente lo hizo por una acción humanitaria y el gobernador lo hace por una acción de blindaje militar, entonces la policía estatal y la guardia nacional deberán someterse a la DEA trumpesca a través del no tráfico de armas, pero sí a una línea autoritaria de seguridad primero para USA-First y en segundo grado de degradación para el Estado Obrador y en tercero para el estado Puro Sinaloa.

Los grados-degradados de la maldad en la violencia y en el crimen, en la corrupción y en la impunidad han confrontado y tocado al Estado Obrador de tal manera y a todo modo que el Proceso de Palermo contra la Mafia Italiana-Siciliana y Corleonesi o lo de Colombia no ha sido un ejemplar procedimiento jurídico-penal con todas y las sabidas consecuencias, y lo que con El Chapo Guzmán fue no ha sido con El Mayo Zambada por lo del compadrazgo y los hijos, los políticos gobernantes (Malova) y los empresarios (Vizcarra) que han hecho de Culiacán el lugar de una confrontación generacional de narcosicarios y militares, pudiéndole o no a la gente y a los demás, a los otros y a nosotros con los muertos, los desaparecidos y los desplazados en el estado Puro Sinaloa y en el país de las sombras espectrales en el Estado mexicano.

Quizás no o tal vez sí, evitar los muertos con algunos desaparecidos y otros desplazados con el respaldo del presidente y el fallo del gabinete de seguridad, el estigma pasa de lo sinaloense a la cuarta transformación de AMLO-Morena, en lo que la ciudad y la gente se reponen de la asonada tan sonada y regresar a lo de antes con la misma y la diferente gente y con las mismas y las diferentes costumbres, remontar lo del granero del país e ir al Triángulo Dorado para ver desde allá arriba hacia abajo los campos agrícolas y los campos pesqueros, cómo los campesinos aran en el mar y los pescadores pescan en la tierra.

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