/ jueves 6 de febrero de 2020

 Génesis (Hecho en China) Capítulo II

En noviembre de 2002 en la provincia de Guangdong, al sur de China apareció el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS). En aquel momento las autoridades chinas no dijeron nada hasta que aparecieron casos en otros países e identificaron el origen del virus. En el caso del 2019-nCoV; a principios de diciembre, el oftalmólogo Li Wenliang intentó advertir a sus compañeros de la escuela de medicina con la siguiente frase que escribió en un chat… "En cuarentena en el departamento de emergencias”.

En esos días una rara enfermedad ya había afectado a siete pacientes en un hospital. Un receptor de aquel mensaje respondió "Tan aterrador", "¿Viene el SARS de nuevo?". Esa noche autoridades de Wuhan convocaron al Dr. Li, para saber por qué había compartido la información. Tres días después lo obligaron a firmar una declaración de que su aviso constituía un "comportamiento ilegal". En momentos críticos para contener la enfermedad y tomar decisiones de importancia para la salud, las autoridades chinas mantuvieron el secreto para no enfrentar una crisis que provocara una alarma generalizada o la vergüenza política internacional. La autoridad silenció a los médicos, minimizó el peligro y dejaron a la población expuesta. Se cerró el mercado de alimentos que se piensa es la fuente de infección, pero no se restringió el comercio de vida silvestre. Días después las autoridades chinas reconocieron que el nuevo virus se podía transmitir de humano a humano y semanas después empezó a propagarse.

Las autoridades y funcionarios chinos controlaron la información y continuaron con actividades públicas normales incluso algunos congresos en lo que se podía propagar la enfermedad. La directora de gastroenterología Lu Xiaohong, del Hospital de la Ciudad; dijo al Diario China Youth Daily que el 25 de diciembre escuchó que la enfermedad se estaba extendiendo entre los trabajadores médicos.

El 31 de diciembre de 2019 días después del brote, la atención se centró en escribir la narrativa de la que sería la historia oficial. La comisión de salud de Wuhan se vio presionada a anunciar que 27 personas sufrían de neumonía por una causa desconocida y que no había necesidad de alarmarse. En un comunicado se afirmó que "La enfermedad es prevenible y controlable". Ese mismo día, las autoridades alertaron de un brote a la OMS en Beijing. Fue hasta el 1 de enero cuando agentes de policía junto con funcionarios de salud cerraron el mercado y emitieron un aviso de que en el mercado se estaba realizando limpieza ambiental relacionada con el brote de neumonía.

El 7 de enero, en el Instituto de Virología se obtuvo la secuencia (del virus que sería llamado 2019-nCoV), a partir de muestras de siete de los primeros pacientes. Mientras eso pasaba el alcalde de Wuhan estaba promocionando planes de salud para la ciudad e incluso se hizo un banquete anual masivo para 40,000 familias de un recinto de la ciudad.

En los primeros días de enero las salas de emergencias se llenaban con pacientes (algunos miembros de la misma familia), mostrando que la enfermedad se había propagado a través del contacto humano (cosa que se había negado).

El Dr. Li continuó trabajando y el 10 de enero se infectó después de tratar a una mujer con glaucoma (infectada con el coronavirus probablemente por su hija). Hu Xiaohu; vendedor de carne de cerdo procesada en el mercado, notó que algunos trabajadores asistían con fiebres persistentes y nadie sabía por qué. Para ese momento; muchsa personas estaban en cuarentena en el hospital. Además el personal médico en los hospitales, observó que un grupo de pacientes que trabajaban en el mercado de Huanan presentaban síntomas de neumonía viral y no respondían a los tratamientos habituales.

Se han desencadenado una serie de sucesos a partir de ese momento restricciones de viaje en todo el mundo, se alteraron los mercados financieros y se divulga información equivocada.

Antes no había globalización y los medios de comunicación eran lentos. Actualmente se comparten videos de un desinfectante (Lysol) que acaba con el virus, otros en donde vemos gente asiática caer al suelo, algunos con supuestos científicos o enfermeros con máscaras y trajes especiales haciendo declaraciones respecto a la epidemia. Esta información puede causar psicosis colectiva e incluso algunas personas están sacrificando a sus mascotas.

Muchos países envían aviones por sus ciudadanos, algunas tiendas cerraron, un crucero en Italia quedó parado por una persona con síntomas de gripe y ya hay paciente muertos fuera de China. Muy probablemente los casos aumentarán muy rápido debido a que aún hay muchas personas que no acuden a los servicios médicos o no se les han realizado análisis. Un estudio estima que habría aproximadamente 75815 casos en China.

El coronavirus vino a México en un individuo de 38 años de nacionalidad china. Se describe que visitó el centro de la Ciudad de México y no recuerda algunos de los lugares en los que comió y caminó. Se monitoreó a los conductores que lo transportaron y se estudia a otras 240 que se subieron en esas unidades.

Utilizando el ejemplo de China, debemos considerar que es muy importante cuidar los detalles al inicio de un brote. El paciente llegó a México y partió en vuelos con más pasajeros ¿Qué pasó con ellos?

También llegaron estudiantes mexicanos que estaban de intercambio en China y refieren que no fueron revisados por autoridades Mexicanas. Es importante atender en tiempo y forma a las personas que pueden propagar el virus en nuestro país. Seguramente las autoridades en México están tomando cartas en el asunto.

En noviembre de 2002 en la provincia de Guangdong, al sur de China apareció el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS). En aquel momento las autoridades chinas no dijeron nada hasta que aparecieron casos en otros países e identificaron el origen del virus. En el caso del 2019-nCoV; a principios de diciembre, el oftalmólogo Li Wenliang intentó advertir a sus compañeros de la escuela de medicina con la siguiente frase que escribió en un chat… "En cuarentena en el departamento de emergencias”.

En esos días una rara enfermedad ya había afectado a siete pacientes en un hospital. Un receptor de aquel mensaje respondió "Tan aterrador", "¿Viene el SARS de nuevo?". Esa noche autoridades de Wuhan convocaron al Dr. Li, para saber por qué había compartido la información. Tres días después lo obligaron a firmar una declaración de que su aviso constituía un "comportamiento ilegal". En momentos críticos para contener la enfermedad y tomar decisiones de importancia para la salud, las autoridades chinas mantuvieron el secreto para no enfrentar una crisis que provocara una alarma generalizada o la vergüenza política internacional. La autoridad silenció a los médicos, minimizó el peligro y dejaron a la población expuesta. Se cerró el mercado de alimentos que se piensa es la fuente de infección, pero no se restringió el comercio de vida silvestre. Días después las autoridades chinas reconocieron que el nuevo virus se podía transmitir de humano a humano y semanas después empezó a propagarse.

Las autoridades y funcionarios chinos controlaron la información y continuaron con actividades públicas normales incluso algunos congresos en lo que se podía propagar la enfermedad. La directora de gastroenterología Lu Xiaohong, del Hospital de la Ciudad; dijo al Diario China Youth Daily que el 25 de diciembre escuchó que la enfermedad se estaba extendiendo entre los trabajadores médicos.

El 31 de diciembre de 2019 días después del brote, la atención se centró en escribir la narrativa de la que sería la historia oficial. La comisión de salud de Wuhan se vio presionada a anunciar que 27 personas sufrían de neumonía por una causa desconocida y que no había necesidad de alarmarse. En un comunicado se afirmó que "La enfermedad es prevenible y controlable". Ese mismo día, las autoridades alertaron de un brote a la OMS en Beijing. Fue hasta el 1 de enero cuando agentes de policía junto con funcionarios de salud cerraron el mercado y emitieron un aviso de que en el mercado se estaba realizando limpieza ambiental relacionada con el brote de neumonía.

El 7 de enero, en el Instituto de Virología se obtuvo la secuencia (del virus que sería llamado 2019-nCoV), a partir de muestras de siete de los primeros pacientes. Mientras eso pasaba el alcalde de Wuhan estaba promocionando planes de salud para la ciudad e incluso se hizo un banquete anual masivo para 40,000 familias de un recinto de la ciudad.

En los primeros días de enero las salas de emergencias se llenaban con pacientes (algunos miembros de la misma familia), mostrando que la enfermedad se había propagado a través del contacto humano (cosa que se había negado).

El Dr. Li continuó trabajando y el 10 de enero se infectó después de tratar a una mujer con glaucoma (infectada con el coronavirus probablemente por su hija). Hu Xiaohu; vendedor de carne de cerdo procesada en el mercado, notó que algunos trabajadores asistían con fiebres persistentes y nadie sabía por qué. Para ese momento; muchsa personas estaban en cuarentena en el hospital. Además el personal médico en los hospitales, observó que un grupo de pacientes que trabajaban en el mercado de Huanan presentaban síntomas de neumonía viral y no respondían a los tratamientos habituales.

Se han desencadenado una serie de sucesos a partir de ese momento restricciones de viaje en todo el mundo, se alteraron los mercados financieros y se divulga información equivocada.

Antes no había globalización y los medios de comunicación eran lentos. Actualmente se comparten videos de un desinfectante (Lysol) que acaba con el virus, otros en donde vemos gente asiática caer al suelo, algunos con supuestos científicos o enfermeros con máscaras y trajes especiales haciendo declaraciones respecto a la epidemia. Esta información puede causar psicosis colectiva e incluso algunas personas están sacrificando a sus mascotas.

Muchos países envían aviones por sus ciudadanos, algunas tiendas cerraron, un crucero en Italia quedó parado por una persona con síntomas de gripe y ya hay paciente muertos fuera de China. Muy probablemente los casos aumentarán muy rápido debido a que aún hay muchas personas que no acuden a los servicios médicos o no se les han realizado análisis. Un estudio estima que habría aproximadamente 75815 casos en China.

El coronavirus vino a México en un individuo de 38 años de nacionalidad china. Se describe que visitó el centro de la Ciudad de México y no recuerda algunos de los lugares en los que comió y caminó. Se monitoreó a los conductores que lo transportaron y se estudia a otras 240 que se subieron en esas unidades.

Utilizando el ejemplo de China, debemos considerar que es muy importante cuidar los detalles al inicio de un brote. El paciente llegó a México y partió en vuelos con más pasajeros ¿Qué pasó con ellos?

También llegaron estudiantes mexicanos que estaban de intercambio en China y refieren que no fueron revisados por autoridades Mexicanas. Es importante atender en tiempo y forma a las personas que pueden propagar el virus en nuestro país. Seguramente las autoridades en México están tomando cartas en el asunto.