/ jueves 27 de febrero de 2020

El pos(t)carnaval

Cuando la gobernanza de Quirino le dice “el amigo-El Químico Benítez” porque están trabajando día y noche para el Puro Sinaloa y Mazatlán en el desalojo, el reacomodo y el ordenamiento urbano donde las aguas negras no dejan de fluir y más con las protestas, las avenidas se alargan y las calles se acortan, se enbasuran, se inundan y se embellecen para el turismo cultural, la simple y la cotidiana fealdad no deja de trabajar día y noche para generar un reciclado de arreglos y desarreglos con los dineros públicos para los dineros privados: todos ponen, menos ellos: El Quirino y El Químico.

Si a la gobernanza de Quirino le va bien a la alcaldía de El Químico le va bien-también, pues con la sonrisa de Ernesto Coppel en una fotografía con el Benítez, los negocios van bien por las avenidas del turismo cultural que han dejado de ser de los marismeños-mazatlecos, desde los puestos de tacos a los mariscos, por vender lo que no es suyo, ni el espacio, ni el tiempo.

Con el amigo del gobernador -El Químico-, ni para candidato del PriMor, ni para la confianza de los marismeños-mazatlecos y que dizque siempre son los mismos los que no están con Morena, cuando tampoco el alcalde lo está, a reconsideración de que el edil-en redil se ha acabado en viajes y arrogancias ciudadanas el capital político que nunca ha sido suyo, y que además se va ir debiéndolo aunque él se lo cobre a lo químico: convertir las basuras y las aguas negras, con las luminarias fundidas, en dinero.

El linaje de camiseta, short y chanclas, a lo Químico, ha sido por demás una impostura de una persona pocamente ciudadana que se ha quedado en un-su personaje: carnavalesco y argüendero que ha gobernado con la dispensa de las cortesías, a pico de botella, en público.

Montado en la camioneta negra de La Burra con su recua de colaboradores por donde vaya y pase, El Químico, es histórica y mundialmente local, provinciano, citadino y porteño: más allá y más acá, a ras de Olas Altas.

Antes, durante y después del carnaval se mezclaron y remezclaron las conductas y las prácticas del desmadre municipal de El ReyMemo, pues es lo que le gusta y le asegura a la ciudadanía marismeña-mazatleca, tan propia a la conveniencia como tan ajena a la convicción, siempre y cuando, no le caigan mal los tacos y los mariscos.

Interseccionalmente las avenidas del Mar, Reforma y Rafael Buelna suman y restan a la vez lo céntrico con lo periférico, lo sucio con lo limpio, lo hediendo con lo oloroso, la semana Santa “embotellándose” con la semana de la Moto, los desamparos en la Aquiles Serdán y los amparos en la Melchor Ocampo con el guardián: “No soy represor”, del secretario porque da Flores Segura del H. Ayto., en lo que el Ángel de Zoila, carnavalescamente, triunfan.

Después del pos(t)carnaval lo único que resta y queda es un vacío del tamaño de la avenida del Mar, basurosa, hedionda y olorosa sin más arreglo que el desarreglo supurando una vaciedad existencial, húmeda y salitrosa que, ni el yodo marino cura, en lo que los curas le untan y le cruzan las cenizas a las frentes de los pecadores y las pecadoras no arrepentid@s.

Después de todo el pos(t)carnaval es lo que fue y es: una fiesta del consumismo, mientras El ReyMemo: El Químico, va a tener que seguir atragantándose con los tacos y los mariscos de los puestos en el Pino Suárez y aguantarse las ganas de ponerle un mercado, a la española, de Madrid, rehaciendo a Mazatlán histórico y mundial, porque sus ganas de quitar y poner son las de joder, aunque esta vez el jodido ha sido él.

El asunto público y el problema social en que se ha transformado la cuarta transformación de El Químico, personal y autoritaria, es de seria y patológica ridiculez que cada vez se le agranda en su cara (de que se ha quedado) con pocos amigos-electores para su candidatura: El ReyMemo, para Gobernador, y que en lugar de prepararse para su campaña que se vaya preparando para su defensa, pues que no se le olvide que las protestas son demandas y denuncias civiles, laborales y ciudadanas.

A los Medios de La Taquiza de El Químico, radiofónica, impresa y digital déjense de serle y de hacerle a los críticos-acríticos del ReyMemo con la gobernanza de Quirino-Puro Sinaloa: ¿o son voceros o son periodistas?


Cuando la gobernanza de Quirino le dice “el amigo-El Químico Benítez” porque están trabajando día y noche para el Puro Sinaloa y Mazatlán en el desalojo, el reacomodo y el ordenamiento urbano donde las aguas negras no dejan de fluir y más con las protestas, las avenidas se alargan y las calles se acortan, se enbasuran, se inundan y se embellecen para el turismo cultural, la simple y la cotidiana fealdad no deja de trabajar día y noche para generar un reciclado de arreglos y desarreglos con los dineros públicos para los dineros privados: todos ponen, menos ellos: El Quirino y El Químico.

Si a la gobernanza de Quirino le va bien a la alcaldía de El Químico le va bien-también, pues con la sonrisa de Ernesto Coppel en una fotografía con el Benítez, los negocios van bien por las avenidas del turismo cultural que han dejado de ser de los marismeños-mazatlecos, desde los puestos de tacos a los mariscos, por vender lo que no es suyo, ni el espacio, ni el tiempo.

Con el amigo del gobernador -El Químico-, ni para candidato del PriMor, ni para la confianza de los marismeños-mazatlecos y que dizque siempre son los mismos los que no están con Morena, cuando tampoco el alcalde lo está, a reconsideración de que el edil-en redil se ha acabado en viajes y arrogancias ciudadanas el capital político que nunca ha sido suyo, y que además se va ir debiéndolo aunque él se lo cobre a lo químico: convertir las basuras y las aguas negras, con las luminarias fundidas, en dinero.

El linaje de camiseta, short y chanclas, a lo Químico, ha sido por demás una impostura de una persona pocamente ciudadana que se ha quedado en un-su personaje: carnavalesco y argüendero que ha gobernado con la dispensa de las cortesías, a pico de botella, en público.

Montado en la camioneta negra de La Burra con su recua de colaboradores por donde vaya y pase, El Químico, es histórica y mundialmente local, provinciano, citadino y porteño: más allá y más acá, a ras de Olas Altas.

Antes, durante y después del carnaval se mezclaron y remezclaron las conductas y las prácticas del desmadre municipal de El ReyMemo, pues es lo que le gusta y le asegura a la ciudadanía marismeña-mazatleca, tan propia a la conveniencia como tan ajena a la convicción, siempre y cuando, no le caigan mal los tacos y los mariscos.

Interseccionalmente las avenidas del Mar, Reforma y Rafael Buelna suman y restan a la vez lo céntrico con lo periférico, lo sucio con lo limpio, lo hediendo con lo oloroso, la semana Santa “embotellándose” con la semana de la Moto, los desamparos en la Aquiles Serdán y los amparos en la Melchor Ocampo con el guardián: “No soy represor”, del secretario porque da Flores Segura del H. Ayto., en lo que el Ángel de Zoila, carnavalescamente, triunfan.

Después del pos(t)carnaval lo único que resta y queda es un vacío del tamaño de la avenida del Mar, basurosa, hedionda y olorosa sin más arreglo que el desarreglo supurando una vaciedad existencial, húmeda y salitrosa que, ni el yodo marino cura, en lo que los curas le untan y le cruzan las cenizas a las frentes de los pecadores y las pecadoras no arrepentid@s.

Después de todo el pos(t)carnaval es lo que fue y es: una fiesta del consumismo, mientras El ReyMemo: El Químico, va a tener que seguir atragantándose con los tacos y los mariscos de los puestos en el Pino Suárez y aguantarse las ganas de ponerle un mercado, a la española, de Madrid, rehaciendo a Mazatlán histórico y mundial, porque sus ganas de quitar y poner son las de joder, aunque esta vez el jodido ha sido él.

El asunto público y el problema social en que se ha transformado la cuarta transformación de El Químico, personal y autoritaria, es de seria y patológica ridiculez que cada vez se le agranda en su cara (de que se ha quedado) con pocos amigos-electores para su candidatura: El ReyMemo, para Gobernador, y que en lugar de prepararse para su campaña que se vaya preparando para su defensa, pues que no se le olvide que las protestas son demandas y denuncias civiles, laborales y ciudadanas.

A los Medios de La Taquiza de El Químico, radiofónica, impresa y digital déjense de serle y de hacerle a los críticos-acríticos del ReyMemo con la gobernanza de Quirino-Puro Sinaloa: ¿o son voceros o son periodistas?


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