/ viernes 8 de octubre de 2021

El fiscal incómodo

Ya se descubrió lo que el fiscal Juan José Ríos Estavillo le pidió al gobernador electo Rubén Rocha Moya para dejarle en bandeja de plata la Fiscalía General del Estado, y es que lo que quiere el abogado es una jubilación anticipada para no tener que preocuparse más por un trabajo y tener una cómoda pensión.

Otra cosa que el mismo gobernador electo confirmó es que Ríos Estavillo se iba por las profundas diferencias que mantiene con quien será su secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázares, el ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa.

Hasta aquí, las cosas pintan que tanto Ríos Estavillo como Rocha buscan un acuerdo pacífico que le permita a su equipo nombrar un fiscal a modo, uno que esté más comprometido con la causa de la cuarta transformación, porque una cosa es cierta: el fiscal operó en la campaña a favor del candidato del PRI, Mario Zamora Gastélum, enviando como cabeza de playa a su principal operador de medios, su jefe de comunicación social, Daniel Gaxiola.

Es sabido que el equipo de Zamora, en campaña, asestó varios golpes bajos a Rocha Moya, como las famosas denuncias interpuestas ante la Fiscalía y que Ríos Estavillo procesó de inmediato. Hay que recordar también que desde Comunicación Social de Gobierno del Estado, Alberto Camacho también aceitó el trabajo nefasto realizado por el candidato perdedor, hoy un senador sin brillo.

Entonces, por donde se le vea, la posición de Ríos en la Fiscalía resultaba más que insostenible y de ahí la política de Rocha de sacarlo del tablero.

¿Quieren algo más? ¿Otra pista? Sí, los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas ni han salido a defender la retirada del fiscal, porque simplemente nunca fue empático con las víctimas, siempre escondido en el quinto piso del edificio del Sánchez Alonso, sin dar la cara de verdad para procurar la justicia tan necesaria.

Es decir, a Ríos Estavillo también le queda el mote que le dieron a doña Olga Cordero como secretaria de Gobernación: Olga Florero… Aquí más bien aplicaría el Juan José Ríos Estavillo. Así las cosas. Esperemos que él o la nueva fiscal cultive la empatía con una sociedad severamente dañada por el delito.

De la soledad al destierro

En lo que va del mandado del obispo de la Diócesis de Culiacán de manera soterrada se ha visto inmiscuida en situaciones poco claras, pero que nadie las ha aclarado, al contrario, el prelado católico se ha escondido y la rumorología va y viene.

Todo empezó cuando al sacerdote Emigdio Duarte Salazar el 5 de enero de 2007, consagraban a Jonás Guerrero como el obispo más joven del mundo, desde que inició su monasterio se veía un sacerdote activo, hacía declaraciones fuertes desde el aborto hasta el narcotráfico.

El sinaloense después de 22 años de pastoral en la Diócesis de Culiacán, de ellos tres como obispo, a principios del 2011, de un día para otro se alejó de sus responsabilidades y se despidió de sus compañeros sacerdotes mediante una carta en la que reveló que El Vaticano lo habría enviado a estudiar a Jerusalén. Desde aquel momento nadie sabe dónde reside, que hace, mucho menos cómo está.

Durante su desaparición hubo contradicciones por su ausencia se decía que se había ido a estudiar a Jerusalén, otros que se fue por amenazas del narcotráfico, y otras voces aseguraban que se retiró por presiones del entonces obispo Benjamín Jiménez, quien a los pocos meses, de manera inesperada renunció sin cumplir la edad, de inmediato el vaticano le aceptó la renuncia sin explicar los motivos y nombró a Jonás Guerrero.

El propio Benjamín Jiménez aseguró que renunciaba por “enfermedad”. El 26 de noviembre del 2020 murió a los 82 años, pero de Covid-19.

El actual obispo Jonás Guerrero Corona fue nombrado el 18 de marzo de 2011 como obispo de Culiacán, se le involucró en problemas de pederasta, situación que lo alejó de los reflectores, rehúye incluso el contacto con la gente, no da la cara a los medios de comunicación, es un obispo solitario.

Desde el 2015 empezó el rumor y fue en el 2018 cuando se presentó a declarar ante un juez por las acusaciones de Jesús Romero Colín de que encubría a otros sacerdote cuando fue obispo auxiliar para la Sexta Vicaria Episcopal de la Arquidiócesis Primada de México, sin embargo, en su momento el obispo lo negó, pero eso dio motivos para que se aislara, que se le vea pocas veces.

Guerrero Corona nació el 20 de noviembre de 1946, cumple su ciclo el mes que entra, ya que cuando un obispo cumple 75 años en automático tiene que presentar su renuncia al Papa y éste mandará a su sustituto…

Ya se descubrió lo que el fiscal Juan José Ríos Estavillo le pidió al gobernador electo Rubén Rocha Moya para dejarle en bandeja de plata la Fiscalía General del Estado, y es que lo que quiere el abogado es una jubilación anticipada para no tener que preocuparse más por un trabajo y tener una cómoda pensión.

Otra cosa que el mismo gobernador electo confirmó es que Ríos Estavillo se iba por las profundas diferencias que mantiene con quien será su secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázares, el ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa.

Hasta aquí, las cosas pintan que tanto Ríos Estavillo como Rocha buscan un acuerdo pacífico que le permita a su equipo nombrar un fiscal a modo, uno que esté más comprometido con la causa de la cuarta transformación, porque una cosa es cierta: el fiscal operó en la campaña a favor del candidato del PRI, Mario Zamora Gastélum, enviando como cabeza de playa a su principal operador de medios, su jefe de comunicación social, Daniel Gaxiola.

Es sabido que el equipo de Zamora, en campaña, asestó varios golpes bajos a Rocha Moya, como las famosas denuncias interpuestas ante la Fiscalía y que Ríos Estavillo procesó de inmediato. Hay que recordar también que desde Comunicación Social de Gobierno del Estado, Alberto Camacho también aceitó el trabajo nefasto realizado por el candidato perdedor, hoy un senador sin brillo.

Entonces, por donde se le vea, la posición de Ríos en la Fiscalía resultaba más que insostenible y de ahí la política de Rocha de sacarlo del tablero.

¿Quieren algo más? ¿Otra pista? Sí, los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas ni han salido a defender la retirada del fiscal, porque simplemente nunca fue empático con las víctimas, siempre escondido en el quinto piso del edificio del Sánchez Alonso, sin dar la cara de verdad para procurar la justicia tan necesaria.

Es decir, a Ríos Estavillo también le queda el mote que le dieron a doña Olga Cordero como secretaria de Gobernación: Olga Florero… Aquí más bien aplicaría el Juan José Ríos Estavillo. Así las cosas. Esperemos que él o la nueva fiscal cultive la empatía con una sociedad severamente dañada por el delito.

De la soledad al destierro

En lo que va del mandado del obispo de la Diócesis de Culiacán de manera soterrada se ha visto inmiscuida en situaciones poco claras, pero que nadie las ha aclarado, al contrario, el prelado católico se ha escondido y la rumorología va y viene.

Todo empezó cuando al sacerdote Emigdio Duarte Salazar el 5 de enero de 2007, consagraban a Jonás Guerrero como el obispo más joven del mundo, desde que inició su monasterio se veía un sacerdote activo, hacía declaraciones fuertes desde el aborto hasta el narcotráfico.

El sinaloense después de 22 años de pastoral en la Diócesis de Culiacán, de ellos tres como obispo, a principios del 2011, de un día para otro se alejó de sus responsabilidades y se despidió de sus compañeros sacerdotes mediante una carta en la que reveló que El Vaticano lo habría enviado a estudiar a Jerusalén. Desde aquel momento nadie sabe dónde reside, que hace, mucho menos cómo está.

Durante su desaparición hubo contradicciones por su ausencia se decía que se había ido a estudiar a Jerusalén, otros que se fue por amenazas del narcotráfico, y otras voces aseguraban que se retiró por presiones del entonces obispo Benjamín Jiménez, quien a los pocos meses, de manera inesperada renunció sin cumplir la edad, de inmediato el vaticano le aceptó la renuncia sin explicar los motivos y nombró a Jonás Guerrero.

El propio Benjamín Jiménez aseguró que renunciaba por “enfermedad”. El 26 de noviembre del 2020 murió a los 82 años, pero de Covid-19.

El actual obispo Jonás Guerrero Corona fue nombrado el 18 de marzo de 2011 como obispo de Culiacán, se le involucró en problemas de pederasta, situación que lo alejó de los reflectores, rehúye incluso el contacto con la gente, no da la cara a los medios de comunicación, es un obispo solitario.

Desde el 2015 empezó el rumor y fue en el 2018 cuando se presentó a declarar ante un juez por las acusaciones de Jesús Romero Colín de que encubría a otros sacerdote cuando fue obispo auxiliar para la Sexta Vicaria Episcopal de la Arquidiócesis Primada de México, sin embargo, en su momento el obispo lo negó, pero eso dio motivos para que se aislara, que se le vea pocas veces.

Guerrero Corona nació el 20 de noviembre de 1946, cumple su ciclo el mes que entra, ya que cuando un obispo cumple 75 años en automático tiene que presentar su renuncia al Papa y éste mandará a su sustituto…