La identidad y la pertenencia de lo mexicano en los mexicanos son el rostro desenrostrado y la cara descarada de la corrupción y la impunidad, de la violencia y la criminalidad.
¿Crímenes de Estado con terrorismo narcosicario, y por qué las reservas al caso de la seguridad nacional con el asunto público y al problema social por lo de la soberanía y lo de vendepatrias si la soberanía y la patria o la soberanía de la patria internamente está(n) colgada(s) de los ganchos en los rastros y en los mataderos públicos, así como de la frontera sur a la frontera norte de este y del otro lado?
¿Acaso, en el orden del caos, la soberanía y la patria, no han sido violentadas y violadas por propios y ajenos en todos estos años, por los presidentes, los gobernadores, los alcaldes, los policías, los militares, los empresarios, los narcosicarios, nosotros, los otros, los demás, la gente, la sociedad, el pueblo, la nación, la república, los muertos, los desaparecidos, los desplazados, los indígenas, los campesinos y los pescadores?
A ver, ¿quién chingaos va a ser el hombrecito y la mujercita que den un paso hacia adelante para saber quiénes han reculado un paso hacia atrás en esto de quién es el que violó la soberanía y vendió a la patria, el de adelante o el de atrás?
Entonces, que se jodan los LeBarón y el poeta Sicilia, gritaron los chairos y los fifís, los adversarios y los conservadores con la mano alzada hacia el sol y desde la cobardía, cubierta y encubierta, de las redes sociales, en lo que Marcelo le masajea la cabeza del águila cálvica de Trump, porque las bromas de The Joker son de guasa y de El Guasón, el oligofrénico, el cuerpo del puerco rollizo y chillón.
Haber-a ver cómo salimos de esta y de las que vienen en campaña para el 2020, le dijo alguien a nadie: nada.
De la experiencia en un hombre a la información en un presidente, cómo ser y hacer de la conciencia una gobernanza permanente, radical y transformativa en lo que la vida nos va del amor-te abrazo al odio-te mato, en que lo malo es lo bueno y lo malo es lo mejor, cargando un peso de infralevedad más muerto que vivo nomás con llevarlo al final de un camino en el país de las sombras espectrales, esperando que el camino de las atribuciones y las tribulaciones sea lo que busca, se es y se hace: una transformación de lo real social necesario ante la realidad virtual real de la necedad: más de la vida y del amor que del odio y la muerte.
En los punzantes escenarios violentos y criminales, vivos y muertos, de la cuarta transformación en el Estado Nacionalista Popular-Obrador, de los cuales el Presidente ha citado cinco, cuántos más hacen falta para que el Presidente, a la misma vez, pueda evitarlos, en los cinco años por venir o peorvenir desde las mañaneras a las giras y a las a-dormideras en el país de las sombras espectrales, donde el narcosicariato sí es el terrorismo del horror en el rostro-desenrostrado y de la cara-descarada de la violencia y el crimen de lo mexicano en los mexicanos, y eso de la soberanía y no vender la patria que para eso están los mercenarios de los talibanes, los del estado islámico, los de Netanyahu, los de Bashar al-Saad, los de Erdogan, los gringos, los rusos, los chinos, los de los cárteles de Fox, Calderón y Peña Nieto, los de Salinas Pliego y los de Mr. Carso-Slim.
Si en el estado nacionalista popular-Obrador, todos somos todos, entonces mandemos al diablo y a la chingada los revanchismos, los polarismos, los adversarismos, los clasismos, los racismos, a los estúpidos y a los imbéciles, a los machos y a las hembras, y haber-a ver cuántos restan de los 3o millones y cuantos se suman y multiplican no como más muertos, desaparecidos y desplazados.
En la creencia absoluta de que el estado nacionalista popular-Obrador está en comunicación con el pueblo, la democracia directa y participativa, está en trance de lo real social a la realidad virtual real cuando el gobierno rico y el pueblo pobre son la pronta mitigación de una ejecución más presupuestaria que humanista para tener, contener y liberar en lo que otro régimen es la absolución de las culpas antiguas con las penas modernas en el capitalismo de lujo y funeral.
Lo que en un hombre es más la honestidad que la experiencia como si se naciera con ella y en un presidente es más la información que la formación que tampoco se nace con esta última y porque la improvisación del error y del acierto son abstracciones de lo real a la desrealización de lo sociocultural, el conocimiento se adquiere, mas no, se compra: serse el hombre y hacerse el presidente de todos los mexicanos es una condición y es una situación lo mejor deseable para una transformación realizable con todos los atenuantes, a favor y en contra, en el país de las sombras espectrales.
La posición del Estado Nacionalista Popular-Obrador con la oposición en una incierta visibilidad de la izquierda-derecha de acarreados y descarriados un día domingo de paseo por la alameda de la desavenencia y de la conveniencia, a cielo raso, urbano, en un entrecruce de insignias y de consignas militantes al mediodía de los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos hasta que los muertos dejen de morirse, los desaparecidos dejen de desaparecer y los desplazados dejen de desplazarse por el tratado del sacrificio consumista Guadalupe-Reyes y las Trumpinescas Piñatas con la colación de zanahorias a garrotazos.
Año primero del Estado Nacionalista Popular-Obrador, cuando nada, nadie y alguien de nosotros y los otros, los demás y la gente-el pueblo le vamos a negar al Presidente de Todos los Mexicanos que “vamos bien” por la vía de todas las vías menos por la del tren Maya, esperando que sobre la marcha de la cuarta transformación se dejen las necedades a un lado y se acate con la reflexión y la rectificación lo que a las necesidades deben serse y hacerse con una política económica que, a la vez, democratice a la economía, porque no nada más de reivindicaciones sociales se trata cuando las convicciones, y no, las conveniencias, son las que deben pensarse y hacerse necesarias hasta que la propia necesidad humana no sea un cumplido, y sí sea un cometido político,económico y sociocultural hasta el segundo año en el mismo lugar de siempre con la misma gente.
