El volante, el manubrio, y hasta caminar en la vía pública sin atender las señalizaciones viales resulta ser mortal en Sinaloa.
Las causas son muchas, y las culpas se pueden repartir entre autoridades y ciudadanos.
La política pública en materia de prevención de accidentes no se ha aterrizado para reducir los fatales números que se han registrado de 2019 a 2023, y este 2024 se avizora catastrófico.
¿Por dónde se debe empezar? Principalmente en casa. Si no hay una cultura que minimice los riesgos para los conductores y peatones en la vía pública, todo está perdido.
La prevención es esencial en este asunto, y por lo tanto, depende de uno mismo.
El costo de los accidentes, incluso, termina por acabarse los presupuestos destinados para ello desde antes que termine el año, pero ahí no acaba la cosa, los daños emocionales-psicológicos son de igual manera costosos si pensamos en los heridos, ese trauma que resulta después de un accidente, ya sea una persona víctima o victimario.
Los cientos de muertos en siniestros viales en la vía pública en Sinaloa recuerdan a todos lo vulnerables que somos como especie.
Las cifras proporcionadas por el Sistema Estatal de Seguridad pública de Sinaloa son alarmantes y desnudan que si no bajan en el futuro inmediato, más familias caerán en luto.
Desde las autoridades es evidente que si no aplican la Ley y sus reglamentos, sin acciones punitivas, no se llegará a una cultura del respeto de la vía pública.
Fiscalía bajo la sospecha
Ya no se trata de especulaciones, sino de un dictamen elaborado por los peritos de la Agencia Criminal de Investigaciones de la FGR en Ciudad de México, que encontraron, en cuatro días de revisión, al menos 10 graves irregularidades en la carpeta de investigación que atrajo del homicidio del líder del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
La carta que desató todo, ya lo sabemos, fue la del Mayo, cuyos datos concretos, si se analizan bien, han resultado más verídicos que todas las versiones desencontradas de la película de su rendición ante el poderoso gobierno estadounidense.
La Fiscalía de Sara Bruna Quiñónez, no hizo lo básico, todavía no se sabe si por omisión, dejadez o sencillamente porque pretendía encubrir el magnicidio del líder político de la UAS y de su partido.
Lo que se ve es que, posiblemente ni hubo intento de robo de la camioneta y todo lo que vimos en el video, fue un burdo montaje, no hicieron la preservación de la escena, y menos la revisión forense de la unidad. Por el contrario, el lunes que campantemente Quiñónez Estrada señalaba que el principal testigo del caso quizá no dijo la verdad, intentaba exculparse, pero ahora es claro: en los sótanos de la Fiscalía hay un hedor que emerge en cada paso.
Le tocará ahora a la FGR, esa institución en la que tampoco hay confianza, por lo menos logre esclarecer más a fondo, desde cómo ocurrió el traslado de Zambada García a suelo americano, y de si es cierta la versión de la carta.
Al gobernador Rubén Rocha Moya, ahora sí es el que más le conviene que todo eso se aclare, y no solamente hacer renunciar a su fiscal, pues si no se llega al fondo de las cosas, permanecerá la sospecha de la delación, y de hecho, el caso todavía no acaba, porque es cuando la ciudadanía debe exigir a la FGR datos contundentes para esclarecer todo.