/ jueves 21 de noviembre de 2019

DE CONDOTIERO A SICARIO

En los días cercanos al 2 de noviembre, en que a nivel nacional se conmemora a los muertos no solo visitándolos en los panteones sino organizando, igualmente, altares a parientes y personajes populares fallecidos y desfiles representando a la Catrina de Guadalupe Posadas, también se ha vuelto costumbre disfrazarse o disfrazar a niños de personalidades de la farándula o de la política muertos recientemente (José José, por ejemplo) y mostrarlos con orgullo. Pero en la más reciente conmemoración, se dio el caso de que en Culiacán una familia disfrazó a un niño de Chapito Guzmán, actualizado por la fama que los medios de comunicación volvieron mundial a la imagen de su hijo Ovidio, detenido y liberado en los tristes acontecimientos allá ocurridos. Ernesto Hernández Norzagarayabordó el asunto (Sicario a la Halloween) con un conmovedor análisis sobre el degradante espectáculo ofrecido al mundo como homenaje al sicario exitoso y como reflexión sobre el estado de descomposición social al que hemos llegado. ¿Sabrá la familia del niño disfrazado que sicario (del latín sicarius, de sica, puñal), es asesino asalariado?


Cuando el célebre guerrillero Ernesto Che Guevara soñó con hacer la revolución socialista en el Continente Latinoamericano desde las selvas de Bolivia, donde cayó abatido, en su histórica carta de despedida de Cuba que dirigió a Fidel Castro, se autonombra condotiero y argumenta que como tal continuará combatiendo por los mejores destinos de la humanidad. El Che tenía una concepción romántica del condotiero, muy diferente a su significado real, pues derivado del italiano, condotta o conducta, en la edad media y el renacimiento era jefe de soldados mercenarios de Italia. Y mercenario, del latín meoce(n)narius, es soldado que participa en una guerra únicamente por dinero. En este punto, resulta alarmantemente reveladora la coincidencia del sentido y los fines de los dos términos: condotiero, soldado que participa en una guerra únicamente por dinero, y sicario, asesino asalariado.


El célebre argentino Ernesto Guevara, médico, hombre culto, sabía de Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), caballero castellano, llamado Sid o Cid, apodado Campeador (“vencedor de batallas”), en los legendarios tiempos en que España era una sola, sin la expulsión todavía de árabes y judíos.Luchó a las órdenes de Sancho II. Sirvió también a Al-Mu´tamid de Sevilla y al rey musulmán de Zargoza. Venció en Tévar a Berenguer Ramón II y conquistó Valencia, que gobernó hasta su muerte. ¿Porqué el guerrillero Che, en vez de identificarse con El Cid Campeador se identificó con un condotiero? ¿Sería porque El Cid sólo luchó por reyes y señores y nunca por los pobres? ¿Cabría especular que en ello tuvo que ver su concepción de la lucha de clases?


En la deshonrosa colección de calificativos peyorativos (que tienen un sentido desfavorable o despectivo), figura también el esquirol (que no sigue la orden de huelga o que remplaza en su trabajo al huelguista, traicionando a su clase, en favor del patrón). Pero dejemos por ahora así las cosas.Quedémonos en la contradictoria recapacitación de que no salimos bien librados ni como condotieros ni muchos menos como sicarios. En la novela por salir, “Claro de luna en la Hacienda”, de Salvador Antonio Echeagaray Picos, se recrea crudamente el ambiente violento que prevaleció en el sur de Sinaloa, protagonizado criminalmente por “los del monte” pagados por los latifundistas, durante el reparto agrario impulsado por el presidente Lázaro Cárdenas. ¿Cabrán en alguno de loscalificativos citados aquellos despiadados anti agraristas? Por lo que vemos, sigue la mata dando.

En los días cercanos al 2 de noviembre, en que a nivel nacional se conmemora a los muertos no solo visitándolos en los panteones sino organizando, igualmente, altares a parientes y personajes populares fallecidos y desfiles representando a la Catrina de Guadalupe Posadas, también se ha vuelto costumbre disfrazarse o disfrazar a niños de personalidades de la farándula o de la política muertos recientemente (José José, por ejemplo) y mostrarlos con orgullo. Pero en la más reciente conmemoración, se dio el caso de que en Culiacán una familia disfrazó a un niño de Chapito Guzmán, actualizado por la fama que los medios de comunicación volvieron mundial a la imagen de su hijo Ovidio, detenido y liberado en los tristes acontecimientos allá ocurridos. Ernesto Hernández Norzagarayabordó el asunto (Sicario a la Halloween) con un conmovedor análisis sobre el degradante espectáculo ofrecido al mundo como homenaje al sicario exitoso y como reflexión sobre el estado de descomposición social al que hemos llegado. ¿Sabrá la familia del niño disfrazado que sicario (del latín sicarius, de sica, puñal), es asesino asalariado?


Cuando el célebre guerrillero Ernesto Che Guevara soñó con hacer la revolución socialista en el Continente Latinoamericano desde las selvas de Bolivia, donde cayó abatido, en su histórica carta de despedida de Cuba que dirigió a Fidel Castro, se autonombra condotiero y argumenta que como tal continuará combatiendo por los mejores destinos de la humanidad. El Che tenía una concepción romántica del condotiero, muy diferente a su significado real, pues derivado del italiano, condotta o conducta, en la edad media y el renacimiento era jefe de soldados mercenarios de Italia. Y mercenario, del latín meoce(n)narius, es soldado que participa en una guerra únicamente por dinero. En este punto, resulta alarmantemente reveladora la coincidencia del sentido y los fines de los dos términos: condotiero, soldado que participa en una guerra únicamente por dinero, y sicario, asesino asalariado.


El célebre argentino Ernesto Guevara, médico, hombre culto, sabía de Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), caballero castellano, llamado Sid o Cid, apodado Campeador (“vencedor de batallas”), en los legendarios tiempos en que España era una sola, sin la expulsión todavía de árabes y judíos.Luchó a las órdenes de Sancho II. Sirvió también a Al-Mu´tamid de Sevilla y al rey musulmán de Zargoza. Venció en Tévar a Berenguer Ramón II y conquistó Valencia, que gobernó hasta su muerte. ¿Porqué el guerrillero Che, en vez de identificarse con El Cid Campeador se identificó con un condotiero? ¿Sería porque El Cid sólo luchó por reyes y señores y nunca por los pobres? ¿Cabría especular que en ello tuvo que ver su concepción de la lucha de clases?


En la deshonrosa colección de calificativos peyorativos (que tienen un sentido desfavorable o despectivo), figura también el esquirol (que no sigue la orden de huelga o que remplaza en su trabajo al huelguista, traicionando a su clase, en favor del patrón). Pero dejemos por ahora así las cosas.Quedémonos en la contradictoria recapacitación de que no salimos bien librados ni como condotieros ni muchos menos como sicarios. En la novela por salir, “Claro de luna en la Hacienda”, de Salvador Antonio Echeagaray Picos, se recrea crudamente el ambiente violento que prevaleció en el sur de Sinaloa, protagonizado criminalmente por “los del monte” pagados por los latifundistas, durante el reparto agrario impulsado por el presidente Lázaro Cárdenas. ¿Cabrán en alguno de loscalificativos citados aquellos despiadados anti agraristas? Por lo que vemos, sigue la mata dando.

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