/ lunes 27 de abril de 2020

Covid-19: Comunidad educativa cumple ¿y el Estado?


Desde hace un mes el alumnado inscrito en todos los niveles educativos se ausentó de las aulas, sus pupitres aún permanecen solos, los pizarrones de donde toman notas se encuentran en blanco, sin ningún ejemplo que ilustre u oriente el conocimiento que reciben por sus docentes. El 24 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación las primeras medidas sanitarias de atención para covid-19, entre las cuales instruye la suspensión de las actividades escolares en todos los niveles, haciendo el compromiso con el alumnado que volverían a sus pupitres el 17 de abril, sin embargo esta fecha ya se ha prorrogado hasta el 1 de junio.

De acuerdo a la UNESCO a nivel mundial el 91.3% de la población estudiantil se encuentra sin poder ir a la escuela, esto representa 1,575,270,054 millones de niñas, niños y jóvenes sin acudir a los planteles educativos. Dentro del plan de contingencia que propone este órgano mundial ante el cierre de las escuelas están: operar mecanismos de gobierno e información pública a distancia y la posible creación del comité de crisis; tomar medidas para que las unidades técnicas puedan seguir operando los sistemas de información y comunicación en remoto; la utilización de una plataforma de aprendizaje en línea o campus virtual; contar con mecanismos de formación y apoyo en línea al profesorado y alumnado.

El gobierno italiano creó una página de internet para que las y los profesores accedieran por medio de videoconferencias y planes académicos ya preparados. En Estados Unidos de Norte América de acuerdo a las leyes de educación de cada uno de los estados se habilitaron fondos de estabilización de la educación, ayuda educativa para escuelas primarias y secundarias y el fondo de ayuda educativa para gobernadores; asimismo cada uno de los estados en ese país está realizando acciones presenciales con el alumnado, por ejemplo en Carolina del Sur los autobuses escolares llevan a cada uno de los hogares que NO tienen acceso a internet materiales didácticos y comida, en California proporcionarán a 70 mil estudiantes computadoras y tablets para garantizar la educación.

México como los otros 174 países que han reportado casos de Covid-19 implementó la estrategia de escuela en casa, a través de televisión abierta transmiten por una hora las clases para nivel preescolar, primaria y secundaria pública apoyado el personal docente por la aplicación de Google por la educación de la cual recientemente recibieron capacitación. Con ello las y los alumnos reciben clases a distancia. Sin embargo ¿Con qué recursos se implementa esta estrategia en el país?

De acuerdo a la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en los Hogares de México el INEGI registró que hasta 2018 había 74.3 millones de usuarios de internet de seis años o más, lo que representaba que el 34.2% del total de la población en este rango de edad NO accedía al uso de esta herramienta digital. De 34 millones de hogares en México, solamente 18.3 millones de hogares dispone de una conexión fija o móvil a internet y el 44.9% de una computadora. En cuanto a la población en zonas rurales el 60% de las personas de 6 años o más no utilizan internet.

El derecho a la educación se establece en el artículo 3° Constitucional, el cual señala que TODA PERSONA TIENE DERECHO A LA EDUCACIÓN Y SERÁ RESPONSABILIDAD DEL ESTADO concientizar sobre su importancia; asimismo, se brindará la educación a todas las personas con un enfoque de derechos humanos e igualdad sustantiva, sin limitaciones para nadie.

También, establece dicho artículo constitucional que: "Los planteles educativos constituyen un espacio fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje. El Estado garantizará que los materiales didácticos, la infraestructura educativa, su mantenimiento y las condiciones del entorno, sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación."

Bajo estos supuestos constitucionales, se identifica que este derecho humano reconocido por la constitución se vulnera en el momento en que se limite el acceso a un plantel educativo por condicionarlo a cupos, condición social o religión de quien lo solicite. Asimismo, cuando el trato hacia la o el educando sea discriminatorio, exista una brecha de desigualdad para acceder a las clases, no se proporcione el material didáctico indispensable para el desarrollo de las materias formativas o bien, la infraestructura en los planteles educativos carezca de los servicios básicos como agua, luz, drenaje.

Ante una emergencia sanitaria como se ha publicado en el Diario Oficial de la Federación, los derechos humanos de las personas se encuentran en flagrante vulnerabilidad ya que no solamente es el hecho de la atención médica que requieren las y los pacientes que acuden a las clínicas, sino también todas aquellas responsabilidades que tiene el Estado, como la educación, seguridad y libertad de la población.

Proporcionar la infraestructura tecnológica para continuar el ciclo escolar es obligación constitucional del Estado, sin embargo parece que la o el docente requiere tener todos los instrumentos electrónicos, digitales y virtuales para que el alumnado logre aprender a distancia y el alumnado tener los recursos necesarios para recibir las instrucciones de sus maestras y maestros. EL RETO, de la escuela a distancia dependen única y exclusivamente de la comunidad educativa: personal docente, alumnado y padres de familia organizados, ya que si uno de los tres no cuenta con sus propios instrumentos digitales el grado que cursa la niña, niño, adolescente o adulto se encuentra en grave riesgo de perderse.

Atender a la población con la protección de salud, es un derecho constitucional y apremiante en esta contingencia, pero también lo es la educación para todos aquellos infantes que esperan con ansias el regreso a las aulas, ver a sus compañeros, jugar un partido de fútbol, ver a su maestra, seguramente la primera pregunta para el Dr. López-Gatell el próximo 30 de abril sería ¿Cuándo vamos a regresar? ¿Me voy a graduar de sexto de primaria, de secundaria?

Una de la recomendaciones que propone la UNICEF para el confinamiento que está viviendo la niñez mundial es: desarrollar conversaciones con niñas y niños para escuchar sus preocupaciones y animarlos a expresar y comunicar sus sentimientos y que tengan claro que estamos viviendo una situación irregular. Es por ello que en esta ocasión invité al pequeño Juan Carlos Cruz Quiñones que tiene 10 años y actualmente cursa el cuarto grado a que nos compartiera sus inquietudes para el Dr. Hugo López-Gatell:

¿Cuánto falta para crear la cura para el COVID-19? ¿Cómo logra tener tanta fuerza para no descansar por cuidarnos a todos? ¿Por qué se llama Covid-19? ¿Por qué decidió ser doctor? ¿Le gusta su trabajo?

Juan Carlos también manifiesta su opinión respecto a cómo se siente por estar recibiendo su educación a distancia: “Se agradece que todavía haya forma de aprender, pero nos pusieron más tarea que cuando vamos a la escuela. No entiendo por qué, se supone que debería ser igual. Pero esta forma me ha gustado más y no se me ha dificultado”.

Juan Carlos le envía el siguiente mensaje a sus compañeros y a todos los demás niños: “Que no salgan por su seguridad, que guarden la sana distancia, que traten de soportarlo, porque en algún momento esto va a parar. y debemos de regresar todos sanos.”

El paraíso educativo en el que Juan Carlos ha recibido las instrucciones de sus maestras y maestros más el apoyo familiar que recibe en casa le ha permitido cursar su grado de primaria a distancia, pero lastimosamente el 44% de la niñez y juventud del país no tiene la oportunidad de tener una computadora para comunicarse con sus docentes, además de que en sus hogares están ocurriendo actos de violencia, ya que hasta marzo de este año el semáforo delictivo difundió que a nivel nacional se habían registrado 53,877 llamadas al 911 por violencia familiar ¡Qué espantoso!

Mi reconocimiento para:

La niñez aislada: sin educación, ni seguridad.

Padres de familia: proveedores e instructores de tiempo completo y;

Docentes: que sobre sus hombros llevan la carga de la infraestructura académica del país.


Desde hace un mes el alumnado inscrito en todos los niveles educativos se ausentó de las aulas, sus pupitres aún permanecen solos, los pizarrones de donde toman notas se encuentran en blanco, sin ningún ejemplo que ilustre u oriente el conocimiento que reciben por sus docentes. El 24 de marzo se publicó en el Diario Oficial de la Federación las primeras medidas sanitarias de atención para covid-19, entre las cuales instruye la suspensión de las actividades escolares en todos los niveles, haciendo el compromiso con el alumnado que volverían a sus pupitres el 17 de abril, sin embargo esta fecha ya se ha prorrogado hasta el 1 de junio.

De acuerdo a la UNESCO a nivel mundial el 91.3% de la población estudiantil se encuentra sin poder ir a la escuela, esto representa 1,575,270,054 millones de niñas, niños y jóvenes sin acudir a los planteles educativos. Dentro del plan de contingencia que propone este órgano mundial ante el cierre de las escuelas están: operar mecanismos de gobierno e información pública a distancia y la posible creación del comité de crisis; tomar medidas para que las unidades técnicas puedan seguir operando los sistemas de información y comunicación en remoto; la utilización de una plataforma de aprendizaje en línea o campus virtual; contar con mecanismos de formación y apoyo en línea al profesorado y alumnado.

El gobierno italiano creó una página de internet para que las y los profesores accedieran por medio de videoconferencias y planes académicos ya preparados. En Estados Unidos de Norte América de acuerdo a las leyes de educación de cada uno de los estados se habilitaron fondos de estabilización de la educación, ayuda educativa para escuelas primarias y secundarias y el fondo de ayuda educativa para gobernadores; asimismo cada uno de los estados en ese país está realizando acciones presenciales con el alumnado, por ejemplo en Carolina del Sur los autobuses escolares llevan a cada uno de los hogares que NO tienen acceso a internet materiales didácticos y comida, en California proporcionarán a 70 mil estudiantes computadoras y tablets para garantizar la educación.

México como los otros 174 países que han reportado casos de Covid-19 implementó la estrategia de escuela en casa, a través de televisión abierta transmiten por una hora las clases para nivel preescolar, primaria y secundaria pública apoyado el personal docente por la aplicación de Google por la educación de la cual recientemente recibieron capacitación. Con ello las y los alumnos reciben clases a distancia. Sin embargo ¿Con qué recursos se implementa esta estrategia en el país?

De acuerdo a la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en los Hogares de México el INEGI registró que hasta 2018 había 74.3 millones de usuarios de internet de seis años o más, lo que representaba que el 34.2% del total de la población en este rango de edad NO accedía al uso de esta herramienta digital. De 34 millones de hogares en México, solamente 18.3 millones de hogares dispone de una conexión fija o móvil a internet y el 44.9% de una computadora. En cuanto a la población en zonas rurales el 60% de las personas de 6 años o más no utilizan internet.

El derecho a la educación se establece en el artículo 3° Constitucional, el cual señala que TODA PERSONA TIENE DERECHO A LA EDUCACIÓN Y SERÁ RESPONSABILIDAD DEL ESTADO concientizar sobre su importancia; asimismo, se brindará la educación a todas las personas con un enfoque de derechos humanos e igualdad sustantiva, sin limitaciones para nadie.

También, establece dicho artículo constitucional que: "Los planteles educativos constituyen un espacio fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje. El Estado garantizará que los materiales didácticos, la infraestructura educativa, su mantenimiento y las condiciones del entorno, sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación."

Bajo estos supuestos constitucionales, se identifica que este derecho humano reconocido por la constitución se vulnera en el momento en que se limite el acceso a un plantel educativo por condicionarlo a cupos, condición social o religión de quien lo solicite. Asimismo, cuando el trato hacia la o el educando sea discriminatorio, exista una brecha de desigualdad para acceder a las clases, no se proporcione el material didáctico indispensable para el desarrollo de las materias formativas o bien, la infraestructura en los planteles educativos carezca de los servicios básicos como agua, luz, drenaje.

Ante una emergencia sanitaria como se ha publicado en el Diario Oficial de la Federación, los derechos humanos de las personas se encuentran en flagrante vulnerabilidad ya que no solamente es el hecho de la atención médica que requieren las y los pacientes que acuden a las clínicas, sino también todas aquellas responsabilidades que tiene el Estado, como la educación, seguridad y libertad de la población.

Proporcionar la infraestructura tecnológica para continuar el ciclo escolar es obligación constitucional del Estado, sin embargo parece que la o el docente requiere tener todos los instrumentos electrónicos, digitales y virtuales para que el alumnado logre aprender a distancia y el alumnado tener los recursos necesarios para recibir las instrucciones de sus maestras y maestros. EL RETO, de la escuela a distancia dependen única y exclusivamente de la comunidad educativa: personal docente, alumnado y padres de familia organizados, ya que si uno de los tres no cuenta con sus propios instrumentos digitales el grado que cursa la niña, niño, adolescente o adulto se encuentra en grave riesgo de perderse.

Atender a la población con la protección de salud, es un derecho constitucional y apremiante en esta contingencia, pero también lo es la educación para todos aquellos infantes que esperan con ansias el regreso a las aulas, ver a sus compañeros, jugar un partido de fútbol, ver a su maestra, seguramente la primera pregunta para el Dr. López-Gatell el próximo 30 de abril sería ¿Cuándo vamos a regresar? ¿Me voy a graduar de sexto de primaria, de secundaria?

Una de la recomendaciones que propone la UNICEF para el confinamiento que está viviendo la niñez mundial es: desarrollar conversaciones con niñas y niños para escuchar sus preocupaciones y animarlos a expresar y comunicar sus sentimientos y que tengan claro que estamos viviendo una situación irregular. Es por ello que en esta ocasión invité al pequeño Juan Carlos Cruz Quiñones que tiene 10 años y actualmente cursa el cuarto grado a que nos compartiera sus inquietudes para el Dr. Hugo López-Gatell:

¿Cuánto falta para crear la cura para el COVID-19? ¿Cómo logra tener tanta fuerza para no descansar por cuidarnos a todos? ¿Por qué se llama Covid-19? ¿Por qué decidió ser doctor? ¿Le gusta su trabajo?

Juan Carlos también manifiesta su opinión respecto a cómo se siente por estar recibiendo su educación a distancia: “Se agradece que todavía haya forma de aprender, pero nos pusieron más tarea que cuando vamos a la escuela. No entiendo por qué, se supone que debería ser igual. Pero esta forma me ha gustado más y no se me ha dificultado”.

Juan Carlos le envía el siguiente mensaje a sus compañeros y a todos los demás niños: “Que no salgan por su seguridad, que guarden la sana distancia, que traten de soportarlo, porque en algún momento esto va a parar. y debemos de regresar todos sanos.”

El paraíso educativo en el que Juan Carlos ha recibido las instrucciones de sus maestras y maestros más el apoyo familiar que recibe en casa le ha permitido cursar su grado de primaria a distancia, pero lastimosamente el 44% de la niñez y juventud del país no tiene la oportunidad de tener una computadora para comunicarse con sus docentes, además de que en sus hogares están ocurriendo actos de violencia, ya que hasta marzo de este año el semáforo delictivo difundió que a nivel nacional se habían registrado 53,877 llamadas al 911 por violencia familiar ¡Qué espantoso!

Mi reconocimiento para:

La niñez aislada: sin educación, ni seguridad.

Padres de familia: proveedores e instructores de tiempo completo y;

Docentes: que sobre sus hombros llevan la carga de la infraestructura académica del país.