/ martes 18 de enero de 2022

Arnoldo Martínez Verdugo y la Cuarta Transformación

A Martha Recaséns, su compañera de vida.

El pasado 12 de enero de este año 2022, el dirigente comunista Arnoldo Martínez Verdugo hubiera cumplido 97 años de edad, sin embargo, desde el año 2013 ya no está físicamente con nosotros, pero su legado es, sin duda, una rica fuente de la que se nutre el proceso actual de transformaciones sociales y políticas encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

A finales de 2019, el presidente de la República emitió un decreto para que los restos de Arnoldo Martínez Verdugo (junto con los de Valentín Campa) fueran trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres. Con ese motivo las cámaras de senadores y de diputados, entre otras instituciones, publicaron el libro: “Arnoldo Martínez Verdugo. Obra de un Dirigente Comunista”, donde se recopilan discursos, textos políticos y documentos partidistas de su autoría. El Congreso de Sinaloa en ese mismo año de 2019, inscribió en su Muro de Honor, en letras doradas, el nombre de Arnoldo Martínez Verdugo. Y, año con año, autoridades, ciudadanos y familiares realizan diversas actividades para recordar la vida y obra de este ilustre sinaloense. Ahora, en enero de 2022, se han organizado lecturas comunitarias, conferencias y se ha nombrado en su honor, la calle principal de su natal Pericos, Mocorito, Sinaloa, entre otras actividades.

Ha transcurrido ya la mitad del periodo de gobierno del presidente López Obrador, y sin duda es un buen momento para empezar a reflexionar sobre la etapa que sigue. Pero antes de ello vale la pena reencontrar la identidad de quienes durante décadas lucharon para que fuera posible este momento histórico. Saber de dónde venimos nos permitirá siempre saber a dónde vamos. Reconocer la construcción colectiva con generosidad política es fuente siempre de fortaleza. En todos los estados nacieron y lucharon mujeres y hombres para ofrecernos patria y democracia. Desde Sinaloa y con trascendencia nacional, se han hecho aportes históricos al programa y a los valores y principios de esta cuarta transformación.

Arnoldo postuló un programa político para la transformación del país, que fue producto de más de cinco décadas de reflexión y experiencia de lucha; decía que la tarea principal consistía en “construir una sociedad donde la justicia, la libertad e igualdad prevalecieran, abriendo cause a la democracia”. “Cambiar la vida de raíz no es tarea de unos cuantos”, señalaba, sino del amplio concurso social: solo la sociedad puede cambiar a la sociedad”. “La riqueza, que es producto del trabajo de todos, debe ser propiedad social y patrimonio común”. Interesantes ideas semilla sobre la construcción de un nuevo régimen social y político.

De allí que el combate a la corrupción y la impunidad; la separación del poder político y el poder económico; la política exterior de respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no intervención; la defensa del petróleo y la electricidad para todos los mexicanos; la reorientación del gasto público para beneficio de las mayorías vulnerables y en general, regresar a la fórmula de menos mercado y más Estado, son líneas programáticas que no surgieron por generación espontánea, sino que su génesis viene de lejos, viene también de la lucha de hombres y mujeres como Arnoldo Martínez.

Decía Arnoldo que para “cambiar a México no bastaba con tener voluntad y conocimiento, sino sobre todo se requiere una organización creciente y permanente de los trabajadores del campo y la ciudad”. Por eso observó, analizó y respaldó los diferentes movimientos sociales como el de los médicos, ferrocarrileros, estudiantes, campesinos que se dieron a lo largo de más de 50 años. Como legislador federal, en tres ocasiones, y líder político partidista, caminó el país para promover dicha organización popular. Fue candidato a la Presidencia de la República en 1982, un candidato de a pie. Luchó contra los fraudes electorales para abrirle paso a la democracia electoral en nuestro país. Por ello, la evolución y progreso en nuestra democracia actual y sobre todo, la instauración de la democracia participativa a través de consultas populares, también se las debemos a liderazgos como el de Arnoldo Martínez Verdugo.

En sus aportes a los principios y valores, se trata de un líder político ejemplar, congruente y honesto; de vida digna y austera. Por eso la importancia de recuperar su legado para las nuevas generaciones de políticos que habrán de dar continuidad a las transformaciones actuales. Arnoldo fue un militante con mística en el trabajo voluntario, de profundas convicciones, alejado de la demagogia, el autoritarismo, el oportunismo y la simulación. Promotor incansable de la unidad de las izquierdas de la época; del arte y la cultura como vehículos esenciales para la transformación social. En fin, con una concepción y práctica donde la política adquiere una dimensión ética y siempre al servicio del ser humano. Definitivamente, es un hombre para la memoria de largo aliento. Sigamos rindiendo tributo a su vida y obra, pero sobre todo, tomemos su ejemplo: “Arnoldo Martínez Verdugo, vida y obra de un dirigente comunista”, libro indispensable, para ello.

A Martha Recaséns, su compañera de vida.

El pasado 12 de enero de este año 2022, el dirigente comunista Arnoldo Martínez Verdugo hubiera cumplido 97 años de edad, sin embargo, desde el año 2013 ya no está físicamente con nosotros, pero su legado es, sin duda, una rica fuente de la que se nutre el proceso actual de transformaciones sociales y políticas encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

A finales de 2019, el presidente de la República emitió un decreto para que los restos de Arnoldo Martínez Verdugo (junto con los de Valentín Campa) fueran trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres. Con ese motivo las cámaras de senadores y de diputados, entre otras instituciones, publicaron el libro: “Arnoldo Martínez Verdugo. Obra de un Dirigente Comunista”, donde se recopilan discursos, textos políticos y documentos partidistas de su autoría. El Congreso de Sinaloa en ese mismo año de 2019, inscribió en su Muro de Honor, en letras doradas, el nombre de Arnoldo Martínez Verdugo. Y, año con año, autoridades, ciudadanos y familiares realizan diversas actividades para recordar la vida y obra de este ilustre sinaloense. Ahora, en enero de 2022, se han organizado lecturas comunitarias, conferencias y se ha nombrado en su honor, la calle principal de su natal Pericos, Mocorito, Sinaloa, entre otras actividades.

Ha transcurrido ya la mitad del periodo de gobierno del presidente López Obrador, y sin duda es un buen momento para empezar a reflexionar sobre la etapa que sigue. Pero antes de ello vale la pena reencontrar la identidad de quienes durante décadas lucharon para que fuera posible este momento histórico. Saber de dónde venimos nos permitirá siempre saber a dónde vamos. Reconocer la construcción colectiva con generosidad política es fuente siempre de fortaleza. En todos los estados nacieron y lucharon mujeres y hombres para ofrecernos patria y democracia. Desde Sinaloa y con trascendencia nacional, se han hecho aportes históricos al programa y a los valores y principios de esta cuarta transformación.

Arnoldo postuló un programa político para la transformación del país, que fue producto de más de cinco décadas de reflexión y experiencia de lucha; decía que la tarea principal consistía en “construir una sociedad donde la justicia, la libertad e igualdad prevalecieran, abriendo cause a la democracia”. “Cambiar la vida de raíz no es tarea de unos cuantos”, señalaba, sino del amplio concurso social: solo la sociedad puede cambiar a la sociedad”. “La riqueza, que es producto del trabajo de todos, debe ser propiedad social y patrimonio común”. Interesantes ideas semilla sobre la construcción de un nuevo régimen social y político.

De allí que el combate a la corrupción y la impunidad; la separación del poder político y el poder económico; la política exterior de respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no intervención; la defensa del petróleo y la electricidad para todos los mexicanos; la reorientación del gasto público para beneficio de las mayorías vulnerables y en general, regresar a la fórmula de menos mercado y más Estado, son líneas programáticas que no surgieron por generación espontánea, sino que su génesis viene de lejos, viene también de la lucha de hombres y mujeres como Arnoldo Martínez.

Decía Arnoldo que para “cambiar a México no bastaba con tener voluntad y conocimiento, sino sobre todo se requiere una organización creciente y permanente de los trabajadores del campo y la ciudad”. Por eso observó, analizó y respaldó los diferentes movimientos sociales como el de los médicos, ferrocarrileros, estudiantes, campesinos que se dieron a lo largo de más de 50 años. Como legislador federal, en tres ocasiones, y líder político partidista, caminó el país para promover dicha organización popular. Fue candidato a la Presidencia de la República en 1982, un candidato de a pie. Luchó contra los fraudes electorales para abrirle paso a la democracia electoral en nuestro país. Por ello, la evolución y progreso en nuestra democracia actual y sobre todo, la instauración de la democracia participativa a través de consultas populares, también se las debemos a liderazgos como el de Arnoldo Martínez Verdugo.

En sus aportes a los principios y valores, se trata de un líder político ejemplar, congruente y honesto; de vida digna y austera. Por eso la importancia de recuperar su legado para las nuevas generaciones de políticos que habrán de dar continuidad a las transformaciones actuales. Arnoldo fue un militante con mística en el trabajo voluntario, de profundas convicciones, alejado de la demagogia, el autoritarismo, el oportunismo y la simulación. Promotor incansable de la unidad de las izquierdas de la época; del arte y la cultura como vehículos esenciales para la transformación social. En fin, con una concepción y práctica donde la política adquiere una dimensión ética y siempre al servicio del ser humano. Definitivamente, es un hombre para la memoria de largo aliento. Sigamos rindiendo tributo a su vida y obra, pero sobre todo, tomemos su ejemplo: “Arnoldo Martínez Verdugo, vida y obra de un dirigente comunista”, libro indispensable, para ello.