/ jueves 15 de abril de 2021

Aprovechan tiempos electorales

Una de las características que definirán a la presente administración municipal de Mazatlán que pregona la cuarta transformación, es que inició con el surgimiento de invasiones de precaristas en zonas de alto riesgo como son a orillas de arroyos, esteros, marismas, manglares, áreas verdes o deportivas, y hasta en terrenos bajo propiedad, entre ellas casas abandonadas y embargadas, y, todo parece indicar que terminará igual, con nuevos asentamientos irregulares, en tiempos electorales.

Desde que el actual gobierno asumió el cargo, cuando menos ocho nuevas invasiones se registraron en los primeros 8 meses, entre ellas la Ampliación Jaripillo, Ex Hacienda del Conchi, “Andrés Manuel López Obrador”, Juan Pablo II y cuatro más en márgenes del arroyo Jabalines.

Esto a pesar de que la instrucción del ex alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, quien ahora busca la reelección, era la contención de los asentamientos irregulares e impedir que éstos crecieran.

La principal causa que siempre esgrimen los precaristas es la falta de opciones para construir viviendas.

Hay quienes aseguran que los asentamientos irregulares en Mazatlán es un problema complejo que data desde hace más de 50 años, y que inició con la invasión de terrenos encabezadas por líderes sociales afiliados al PRI y al PPS, que ahora forman las colonias Salvador Allende, Luis Echeverría, Estero, Independencia, entre muchas otras.

Y aunque ahora, estos partidos no están en el gobierno, las invasiones resurgieron con mucha fuerza durante los últimos tres años.

En este proceso electoral como en otros, líderes sociales y grupos con necesidad de vivienda podrían aprovechar la situación para extender las invasiones o los asentamientos irregulares, sin importar los riesgos.

A 11 días de que iniciaran las campañas electorales, un grupo de alrededor de 100 personas invadieron un terreno al margen del arroyo Jabalines, a la altura de la avenida Manuel J. Clouthier, donde trazaron 30 lotes en los que edifican casas con palos, madera y láminas de cartón, algunas para vivienda y otras para levantar locales para la venta de abarrotes, alimentos, ropa usada, fierros viejos, gorditas, atole, etc.

Los precaristas señalan que ninguna autoridad se ha acercado para dialogar con ellos, por el contrario, ellos ven con asombro como al otro lado del arroyo, un terreno amplio a la orilla del Jabalines se limpió con maquinaria pesada, al parecer para construir un negocio grande.

El comité formado por el grupo de invasores, dijeron que no se moverán de ahí, si no les dan opciones para construir sus casas y poner un negocio que les permita obtener un ingreso seguro.

Se prevé que en los próximos días surjan más invasiones, aprovechando los tiempos electorales en los que un desalojo a la fuerza traería consecuencias adversas para quien busca la reelección; así que como inició la actual administración, así podría acabar.

Una de las características que definirán a la presente administración municipal de Mazatlán que pregona la cuarta transformación, es que inició con el surgimiento de invasiones de precaristas en zonas de alto riesgo como son a orillas de arroyos, esteros, marismas, manglares, áreas verdes o deportivas, y hasta en terrenos bajo propiedad, entre ellas casas abandonadas y embargadas, y, todo parece indicar que terminará igual, con nuevos asentamientos irregulares, en tiempos electorales.

Desde que el actual gobierno asumió el cargo, cuando menos ocho nuevas invasiones se registraron en los primeros 8 meses, entre ellas la Ampliación Jaripillo, Ex Hacienda del Conchi, “Andrés Manuel López Obrador”, Juan Pablo II y cuatro más en márgenes del arroyo Jabalines.

Esto a pesar de que la instrucción del ex alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, quien ahora busca la reelección, era la contención de los asentamientos irregulares e impedir que éstos crecieran.

La principal causa que siempre esgrimen los precaristas es la falta de opciones para construir viviendas.

Hay quienes aseguran que los asentamientos irregulares en Mazatlán es un problema complejo que data desde hace más de 50 años, y que inició con la invasión de terrenos encabezadas por líderes sociales afiliados al PRI y al PPS, que ahora forman las colonias Salvador Allende, Luis Echeverría, Estero, Independencia, entre muchas otras.

Y aunque ahora, estos partidos no están en el gobierno, las invasiones resurgieron con mucha fuerza durante los últimos tres años.

En este proceso electoral como en otros, líderes sociales y grupos con necesidad de vivienda podrían aprovechar la situación para extender las invasiones o los asentamientos irregulares, sin importar los riesgos.

A 11 días de que iniciaran las campañas electorales, un grupo de alrededor de 100 personas invadieron un terreno al margen del arroyo Jabalines, a la altura de la avenida Manuel J. Clouthier, donde trazaron 30 lotes en los que edifican casas con palos, madera y láminas de cartón, algunas para vivienda y otras para levantar locales para la venta de abarrotes, alimentos, ropa usada, fierros viejos, gorditas, atole, etc.

Los precaristas señalan que ninguna autoridad se ha acercado para dialogar con ellos, por el contrario, ellos ven con asombro como al otro lado del arroyo, un terreno amplio a la orilla del Jabalines se limpió con maquinaria pesada, al parecer para construir un negocio grande.

El comité formado por el grupo de invasores, dijeron que no se moverán de ahí, si no les dan opciones para construir sus casas y poner un negocio que les permita obtener un ingreso seguro.

Se prevé que en los próximos días surjan más invasiones, aprovechando los tiempos electorales en los que un desalojo a la fuerza traería consecuencias adversas para quien busca la reelección; así que como inició la actual administración, así podría acabar.