/ sábado 6 de junio de 2020

Año 2020. El Inicio de una nueva era.

¿Nos encontramos en la antesala de un -Gran cambio-?

¡Por supuesto! Nos encontramos en la antesala del gran cambio a nivel estructural y sistémico. México, fue distinto antes de la pandemia, y será otro después de ella. Definitivamente, habrá un antes y un después.

Hoy, mucha gente desde sus espacios a puerta cerrada y en total confinamiento especulan y sacan conjeturas con respecto a qué es lo que sigue para nosotros como seres humanos, como entes sociales. Estas reflexiones las hace el que es padre, profesionista, obrero, profesor, empresario, psiquiatras, economistas, célebres filósofos y sociólogos; todos queriendo saber de los posibles efectos en el corto, el mediano y largo plazo que esto traerá, derivado del curso actual que tienen las cosas.

Algunas opiniones. El filosofo esloveno, Slavoj Zizek y el psiquiatra francés, Boris Cyulnik , por ejemplo, sostienen que la crisis que atravesamos nos representa una oportunidad inexcusable para avanzar como sociedad con transformaciones económicas y políticas y reeducación en una nueva cultura, en una nueva forma de hacer las cosas. Para la socióloga estadounidense, Saskia Sassen, con mayor reserva comparte su opinión y privilegia la importancia al rol que las empresas grandes tendrán que enfrentar los nuevos retos de mercado y de participación en la economía financiera como factor determinante para el futuro. Por su parte, el escritor francés Michel Houellebecq, nos dice que "[...] no despertaremos, después del confinamiento en un mundo nuevo; que será lo mismo, solo que un poco peor". Por último, para el filósofo coreano Byun-Chun Han, el panorama es menos agradable y menos entusiasta, pues todo su análisis lo reduce a una transición oportunista al modelo de tele-vigilancia chino.

Existe ya el esquema que lleva por nombre -Crédito Social- el cual es ejecutado por parte del gobierno y consiste en evaluar a la ciudadanía con una serie de criterios preestablecidos para calificar a cada ser humano, sea sumando o restándole categorización. Es decir, te asignan un carnet físico individual de validez oficial (lo que es una credencial del INE o un pasaporte para nosotros) con un chip, para llevar el control de todos tus hábitos. Por mencionar algunos: le asignan más valor a tu persona -en la escala social- si donas sangre/plaquetas/plasma periódicamente durante el año, también si respetas la luz roja de los semáforos viales y haces un alto total, si acudes a la iglesia/templo semanalmente, si realizas donaciones y te involucras periódicamente en actividades no lucrativas, si cumples con tus compromisos convenidos en cuanto a pagos puntuales, y si compras pañales, inclusive, porque esta compra le suponen al gobierno tu sentido de responsabilidad y eso te genera “ganar puntos”. Este sistema de categorización a tu persona por puntaje contempla recompensas y castigos. De las recompensas se encuentra tu derecho a tener ciertos privilegios y accesos, como los descuentos en el pago de ciertos servicios, como de transportación urbana y consultas médicas, la condonación de algunos pagos como fianzas y seguros al rentar un auto,

En cuanto a los castigos, de no cumplir con lo antes mencionado, no podrás comprar boletos de transporte urbano o el sistema del metro y no podrás viajar ni moverte libremente en tu propia ciudad, mucho menos viajar hacia otros partes. Si compras mucho alcohol bajará tu puntuación, porque le supondría al gobierno tus problemas de alcoholismo. Cualquier actitud que tengas que el gobierno considere no cumplas con sus reglas, te descalificarán y te agregarán a una lista negra que te impedirá hasta retirar tu propio dinero de cajeros automáticos, y pueden, incluso, cerrar tus cuentas y excluirte de las redes sociales. Cines y tiendas negarán tu acceso a sus instalaciones.

También cuenta de manera directa a tu puntaje el tipo de relación que tengas y qué puntaje tiene tu pareja, así como el de cada uno de tus familiares. Las etiquetas de categorización en el esquema son: personas fiables, neutrales y no fiables. Esto ya existe en el mundo, el país precursor es China, y ya está puesto a discusión en la mesa de gobernantes y políticos de varios países alrededor del mundo.

Estamos entrando a un mundo digital interconectado como nunca antes lo habíamos estado, en donde todos y cada uno de tus movimientos son monitoreados vía enlaces en línea por 24 horas ininterrumpidas. Un sistema que contará hasta la cantidad de pasos que das para dirigirte desde un punto hacia otro. Todo esto será mediante escaneo facial y corporal, monitoreo de los sitios de internet en donde navegas, de tus visitas a lugares y espacios públicos y privados, de tus gustos y costumbres de compra. Toda esta información que generes alimentará y programarán al algoritmo que calculará el crédito social al que serás acreedor.

La crisis detuvo a la economía de millones de empresas en diversos rubros de mercado alrededor del mundo, incluso, a las que gozaban de fortaleza en su permanencia, excepto a las del ramo digital, con un énfasis obvio en el sector de Internet y tecnología. Mike Zuckerbeg, el dueño de facebook y whatsApp, incrementó su fortuna de forma de manera exponencial durante los últimos dos meses: las acciones de facebook subieron casi un 60% en este último bimestre. Zuckerbeg, ahora con un valor de USD $ 86.5 mil millones, se ha convertido en la cuarta persona más rica del mundo.

¿Será acaso que nos encontramos en una transición a una dictadura digital con apariencia de democracia, para el control y sometimiento de las masas? ¿Será esto una mera estrategia para garantizar una mejor vida de mayor seguridad para las sociedades?

El mundo de la digitalización viene a revolucionar las formas de cómo veníamos haciendo las cosas. No debemos de sentir temor, cuando podemos catalizar y convertir al reto en una oportunidad para aprender y llevarnos más delante de nuestros límites. ¿Es el fin del Orden Mundial establecido a partir de la Segunda Guerra Mundial? ¿qué vendrá ahora? Eso lo veremos después del caos, y conforme se vayan acomodando las piezas, pero quien piensa que las cosas volverán a ser iguales, se va a llevar una gran desilusión. Y, más vale estar preparados para un cambio radical del mundo, de cómo lo conocíamos hasta hace 3 meses.

¿Nos encontramos en la antesala de un -Gran cambio-?

¡Por supuesto! Nos encontramos en la antesala del gran cambio a nivel estructural y sistémico. México, fue distinto antes de la pandemia, y será otro después de ella. Definitivamente, habrá un antes y un después.

Hoy, mucha gente desde sus espacios a puerta cerrada y en total confinamiento especulan y sacan conjeturas con respecto a qué es lo que sigue para nosotros como seres humanos, como entes sociales. Estas reflexiones las hace el que es padre, profesionista, obrero, profesor, empresario, psiquiatras, economistas, célebres filósofos y sociólogos; todos queriendo saber de los posibles efectos en el corto, el mediano y largo plazo que esto traerá, derivado del curso actual que tienen las cosas.

Algunas opiniones. El filosofo esloveno, Slavoj Zizek y el psiquiatra francés, Boris Cyulnik , por ejemplo, sostienen que la crisis que atravesamos nos representa una oportunidad inexcusable para avanzar como sociedad con transformaciones económicas y políticas y reeducación en una nueva cultura, en una nueva forma de hacer las cosas. Para la socióloga estadounidense, Saskia Sassen, con mayor reserva comparte su opinión y privilegia la importancia al rol que las empresas grandes tendrán que enfrentar los nuevos retos de mercado y de participación en la economía financiera como factor determinante para el futuro. Por su parte, el escritor francés Michel Houellebecq, nos dice que "[...] no despertaremos, después del confinamiento en un mundo nuevo; que será lo mismo, solo que un poco peor". Por último, para el filósofo coreano Byun-Chun Han, el panorama es menos agradable y menos entusiasta, pues todo su análisis lo reduce a una transición oportunista al modelo de tele-vigilancia chino.

Existe ya el esquema que lleva por nombre -Crédito Social- el cual es ejecutado por parte del gobierno y consiste en evaluar a la ciudadanía con una serie de criterios preestablecidos para calificar a cada ser humano, sea sumando o restándole categorización. Es decir, te asignan un carnet físico individual de validez oficial (lo que es una credencial del INE o un pasaporte para nosotros) con un chip, para llevar el control de todos tus hábitos. Por mencionar algunos: le asignan más valor a tu persona -en la escala social- si donas sangre/plaquetas/plasma periódicamente durante el año, también si respetas la luz roja de los semáforos viales y haces un alto total, si acudes a la iglesia/templo semanalmente, si realizas donaciones y te involucras periódicamente en actividades no lucrativas, si cumples con tus compromisos convenidos en cuanto a pagos puntuales, y si compras pañales, inclusive, porque esta compra le suponen al gobierno tu sentido de responsabilidad y eso te genera “ganar puntos”. Este sistema de categorización a tu persona por puntaje contempla recompensas y castigos. De las recompensas se encuentra tu derecho a tener ciertos privilegios y accesos, como los descuentos en el pago de ciertos servicios, como de transportación urbana y consultas médicas, la condonación de algunos pagos como fianzas y seguros al rentar un auto,

En cuanto a los castigos, de no cumplir con lo antes mencionado, no podrás comprar boletos de transporte urbano o el sistema del metro y no podrás viajar ni moverte libremente en tu propia ciudad, mucho menos viajar hacia otros partes. Si compras mucho alcohol bajará tu puntuación, porque le supondría al gobierno tus problemas de alcoholismo. Cualquier actitud que tengas que el gobierno considere no cumplas con sus reglas, te descalificarán y te agregarán a una lista negra que te impedirá hasta retirar tu propio dinero de cajeros automáticos, y pueden, incluso, cerrar tus cuentas y excluirte de las redes sociales. Cines y tiendas negarán tu acceso a sus instalaciones.

También cuenta de manera directa a tu puntaje el tipo de relación que tengas y qué puntaje tiene tu pareja, así como el de cada uno de tus familiares. Las etiquetas de categorización en el esquema son: personas fiables, neutrales y no fiables. Esto ya existe en el mundo, el país precursor es China, y ya está puesto a discusión en la mesa de gobernantes y políticos de varios países alrededor del mundo.

Estamos entrando a un mundo digital interconectado como nunca antes lo habíamos estado, en donde todos y cada uno de tus movimientos son monitoreados vía enlaces en línea por 24 horas ininterrumpidas. Un sistema que contará hasta la cantidad de pasos que das para dirigirte desde un punto hacia otro. Todo esto será mediante escaneo facial y corporal, monitoreo de los sitios de internet en donde navegas, de tus visitas a lugares y espacios públicos y privados, de tus gustos y costumbres de compra. Toda esta información que generes alimentará y programarán al algoritmo que calculará el crédito social al que serás acreedor.

La crisis detuvo a la economía de millones de empresas en diversos rubros de mercado alrededor del mundo, incluso, a las que gozaban de fortaleza en su permanencia, excepto a las del ramo digital, con un énfasis obvio en el sector de Internet y tecnología. Mike Zuckerbeg, el dueño de facebook y whatsApp, incrementó su fortuna de forma de manera exponencial durante los últimos dos meses: las acciones de facebook subieron casi un 60% en este último bimestre. Zuckerbeg, ahora con un valor de USD $ 86.5 mil millones, se ha convertido en la cuarta persona más rica del mundo.

¿Será acaso que nos encontramos en una transición a una dictadura digital con apariencia de democracia, para el control y sometimiento de las masas? ¿Será esto una mera estrategia para garantizar una mejor vida de mayor seguridad para las sociedades?

El mundo de la digitalización viene a revolucionar las formas de cómo veníamos haciendo las cosas. No debemos de sentir temor, cuando podemos catalizar y convertir al reto en una oportunidad para aprender y llevarnos más delante de nuestros límites. ¿Es el fin del Orden Mundial establecido a partir de la Segunda Guerra Mundial? ¿qué vendrá ahora? Eso lo veremos después del caos, y conforme se vayan acomodando las piezas, pero quien piensa que las cosas volverán a ser iguales, se va a llevar una gran desilusión. Y, más vale estar preparados para un cambio radical del mundo, de cómo lo conocíamos hasta hace 3 meses.