/ lunes 28 de junio de 2021

AMLO y Superman Vs López Obrador y Clark Kent

Casi todos los personajes con súper poderes necesitan un alter ego para abstraerse de sus propias miserias humanas. Los personajes en disfraz son inmaculados, mientras que sus personalidades civiles están llenas de defectos que nunca podrían ser modelos a seguir por nadie, mucho menos respetarían su condición de salvadores de los desposeídos.

El caso de Superman es especial. Su verdadero nombre es Kal- El y no es humano. Es un extraterrestre. El traje del kriptoniano representa los colores de su planeta de origen. Su disfraz es convertirse en el medroso reportero de nombre Clark Kent; en ese disfraz renuncia a todo lo que es: fuerte, valiente y honorable.

Andrés Manuel López Obrador también tiene su propio personaje, pero, a diferencia de Superman, el tabasqueño no es un extraterrestre. Es un hombre con innumerables defectos. El presidente necesita su disfraz para esconder cualquier rastro de miseria humana. El disfraz que eligió no es otro que el de AMLO.

Clark Kent fue criado en una granja en un pueblo rural por un par de granjeros sin hijos. Fue educado con los valores tradicionales de la familia clásica y rodeado de las enseñanzas de una comunidad que se cuidaba entre sí. Clark Kent comprendió durante su crianza que la colectividad estaba por encima del individuo. Sus padres se encargaron de matizar poco a poco sus súper poderes y convencerlo que solo debían de usarse para el bien. Clark pudo elegir otro camino, pero, la humanidad tuvo la fortuna que su entorno convirtió a esa amenaza extraterrestre en una herramienta de la justicia. Por más super poderes que tuviera, jamás se puso antes que la comunidad

Por su parte, López Obrador, si bien fue criado en una pequeña comunidad, no fue hijo único. Aprendió a competir descarnadamente desde la niñez con sus hermanos. Poco a poco fue creciendo con la intención de dominar al mundo. Se formó con la idea de un destino manifiesto de salvar a la humanidad a través de sus palabras. Solo él y nadie más que él podía sacar adelante a la sociedad.

Superman es un ser poderoso. Según la mitología del personaje, llega a ser de las criaturas más poderosas del universo. Es capaz de caminar en las mismas estrellas y viajar más rápido que la velocidad de la luz. Es un ser absolutamente poderoso, casi un dios, pero su fortaleza no son sus poderes físicos… sus verdaderos poderes provienen desde el interior mismo de su formación. Aun siendo capaz de realizar cualquier acto sin consecuencias alguna, Superman es un faro de moralidad. Las acciones del kriptoniano, al menos en el canon original, están motivadas por un verdadero amor por la justica. Es un ser de extraordinaria moralidad; lo que es más extraordinario aun, es que jamás juzga o pone en duda la oralidad de sus adversarios. Superman es un ejemplo por sus acciones; nunca por la fuerza.

AMLO, el personaje de López Obrador, tiene el superpoder de la presidencia de la República. Desde su atril mañanero lanza sus rayos poderosos a enemigos reales e imaginarios. El poder de AMLO es real. Se siente y ejerce. Incluso se puede decir que las acciones de AMLO están motivadas, lo mismo que Superman, por un deseo real de justica; sin embargo, AMLO pierde la batalla con su alter ego, López Obrador. El de Macuspana pierde la batalla consigo mismo. Prefiere lanzarse a una lucha para imponer su moralidad, o lo que él llama moralidad, antes de combatir las verdaderas injusticias de su pueblo.

Superman triunfa donde AMLO fracasa. El de Kripton protege a los desposeídos sin sermones. ¡Vaya!, ni siquiera quiere convertir a los delincuentes: entregarlos a la justicia es suficiente. Los verdaderos superhéroes entienden que la lucha por no caer en la tentación de imponer sus creencias. Entienden que son los villanos quienes buscan conquistar al mundo imponiendo su forma de pensar conquistando la ideología de las masas. Superman tiene adversarios iguales de poderoso que él; la diferencia es que no se considera moralmente superiores a ellos. Solo hace el trabajo que considera correcto

AMLO lucha por la moralidad propia. Apoyar a los desprotegidos es accesorio a su principal cruzada: moralizar al país. … es muy probable que AMLO y sus poderes terminen siendo conquistados por las miserias humanas de López Obrador; en una de esas, tengamos el nacimiento de un nuevo supervillano.

Casi todos los personajes con súper poderes necesitan un alter ego para abstraerse de sus propias miserias humanas. Los personajes en disfraz son inmaculados, mientras que sus personalidades civiles están llenas de defectos que nunca podrían ser modelos a seguir por nadie, mucho menos respetarían su condición de salvadores de los desposeídos.

El caso de Superman es especial. Su verdadero nombre es Kal- El y no es humano. Es un extraterrestre. El traje del kriptoniano representa los colores de su planeta de origen. Su disfraz es convertirse en el medroso reportero de nombre Clark Kent; en ese disfraz renuncia a todo lo que es: fuerte, valiente y honorable.

Andrés Manuel López Obrador también tiene su propio personaje, pero, a diferencia de Superman, el tabasqueño no es un extraterrestre. Es un hombre con innumerables defectos. El presidente necesita su disfraz para esconder cualquier rastro de miseria humana. El disfraz que eligió no es otro que el de AMLO.

Clark Kent fue criado en una granja en un pueblo rural por un par de granjeros sin hijos. Fue educado con los valores tradicionales de la familia clásica y rodeado de las enseñanzas de una comunidad que se cuidaba entre sí. Clark Kent comprendió durante su crianza que la colectividad estaba por encima del individuo. Sus padres se encargaron de matizar poco a poco sus súper poderes y convencerlo que solo debían de usarse para el bien. Clark pudo elegir otro camino, pero, la humanidad tuvo la fortuna que su entorno convirtió a esa amenaza extraterrestre en una herramienta de la justicia. Por más super poderes que tuviera, jamás se puso antes que la comunidad

Por su parte, López Obrador, si bien fue criado en una pequeña comunidad, no fue hijo único. Aprendió a competir descarnadamente desde la niñez con sus hermanos. Poco a poco fue creciendo con la intención de dominar al mundo. Se formó con la idea de un destino manifiesto de salvar a la humanidad a través de sus palabras. Solo él y nadie más que él podía sacar adelante a la sociedad.

Superman es un ser poderoso. Según la mitología del personaje, llega a ser de las criaturas más poderosas del universo. Es capaz de caminar en las mismas estrellas y viajar más rápido que la velocidad de la luz. Es un ser absolutamente poderoso, casi un dios, pero su fortaleza no son sus poderes físicos… sus verdaderos poderes provienen desde el interior mismo de su formación. Aun siendo capaz de realizar cualquier acto sin consecuencias alguna, Superman es un faro de moralidad. Las acciones del kriptoniano, al menos en el canon original, están motivadas por un verdadero amor por la justica. Es un ser de extraordinaria moralidad; lo que es más extraordinario aun, es que jamás juzga o pone en duda la oralidad de sus adversarios. Superman es un ejemplo por sus acciones; nunca por la fuerza.

AMLO, el personaje de López Obrador, tiene el superpoder de la presidencia de la República. Desde su atril mañanero lanza sus rayos poderosos a enemigos reales e imaginarios. El poder de AMLO es real. Se siente y ejerce. Incluso se puede decir que las acciones de AMLO están motivadas, lo mismo que Superman, por un deseo real de justica; sin embargo, AMLO pierde la batalla con su alter ego, López Obrador. El de Macuspana pierde la batalla consigo mismo. Prefiere lanzarse a una lucha para imponer su moralidad, o lo que él llama moralidad, antes de combatir las verdaderas injusticias de su pueblo.

Superman triunfa donde AMLO fracasa. El de Kripton protege a los desposeídos sin sermones. ¡Vaya!, ni siquiera quiere convertir a los delincuentes: entregarlos a la justicia es suficiente. Los verdaderos superhéroes entienden que la lucha por no caer en la tentación de imponer sus creencias. Entienden que son los villanos quienes buscan conquistar al mundo imponiendo su forma de pensar conquistando la ideología de las masas. Superman tiene adversarios iguales de poderoso que él; la diferencia es que no se considera moralmente superiores a ellos. Solo hace el trabajo que considera correcto

AMLO lucha por la moralidad propia. Apoyar a los desprotegidos es accesorio a su principal cruzada: moralizar al país. … es muy probable que AMLO y sus poderes terminen siendo conquistados por las miserias humanas de López Obrador; en una de esas, tengamos el nacimiento de un nuevo supervillano.