/ martes 25 de mayo de 2021

6 de junio: una elección plebiscitaria

Estamos a unos días de que se realice la primera elección plebiscitaria de la llamada Cuarta Transformación. También sabremos si se empieza a cruzar la aduana de esta nueva época que vislumbra un nuevo régimen político.

El comportamiento electoral es un fenómeno lleno de incertidumbres. Sin embargo, también hay certezas que, a estas alturas, no deben negarse. ¿Ganará la mayoría absoluta Morena en la Cámara de Diputados? ¿Qué tan cerca estará de lograr una mayoría calificada en la integración de la nueva legislatura, junto a sus aliados? ¿Qué partidos serán los grandes perdedores y cuáles los ganadores en las elecciones de renovación de gubernaturas y las mayorías de los congresos de los estados? Entre otras, estas son algunas de las principales interrogantes que nos hacemos en estos días.

Destacados analistas sostienen que, en tanto son elecciones intermedias, la historia no favorece al partido en el poder y sus aliados para ganar dichas mayorías, porque no sucede desde hace 30 años, justamente en 1991, cuando Carlos Salinas de Gortari logró legitimarse ganando la mayoría legislativa. No así en 1997, 2003, 2009 y 2015. Es en 1997 cuando el PRI cae 12 puntos y pierde la mayoría legislativa, dando lugar al nacimiento del prianismo legislativo que hoy se ha extendido a la arena electoral en todo el territorio nacional y a la disputa por las gubernaturas ante Morena. El error de estos analistas radica en que siguen pensando que la actual es una “elección intermedia” como cualquier otra.

Dejan de lado el hecho de que se trata de una nueva época histórica y nuevo proyecto de Estado, que ciertamente, establece apenas sus primeras bases. Fueron 200 distritos electorales donde las sumas aritméticas favorecen a la unidad de los tres partidos: PRI, PAN y PRD. En esto olvidan que en comportamiento electoral no todas las sumas dan más. Imposible será que ganen la mayoría de los 200 distritos de coalición y sí, es muy probable que pierdan en los 100 donde no van juntos. Actualmente toda la oposición tiene 167 escaños porque Morena y sus aliados conservan 333, lo que significa el 66% correspondiente a la mayoría calificada que se requiere para las reformas constitucionales. Y Morena mantiene 254 diputados que corresponden a 50.8%, casi la mayoría absoluta. En 2018 Morena y sus aliados ganaron 218 distritos de los 300, donde no estaba el Partido Verde. Nuestra hipótesis es que el resultado del próximo 6 de junio en la elección legislativa será similar al de 2018 o mejor incluso para Morena.

Donde vemos aún más certeza es en las elecciones estatales. Aunque la geografía electoral ha venido mostrando algunas tendencias en este ámbito, ahora vamos a vivir una reconfiguración total. Aunque el PRI viene perdiendo gubernaturas progresivamente, fue en 2016 cuando tuvo la más grande derrota histórica, al retener solo 5 de 12 que se pusieron en juego. Cuatro de estas eran emblemáticas, ya que las había gobernado por 80 años consecutivos: Durango, Veracruz, Quintana Roo y Tamaulipas. Será en este 2021 cuando podría batir su propio récord de pérdidas. Son 12 estados que actualmente gobierna el PRI, de los cuales, 8 se pondrán en juego el 6 de junio. A unos cuantos días de la jornada electoral las mediciones dicen que es posible que pierda las 8, porque si mantuviera San Luis Potosí como alianza, el titular sería un panista. En este escenario, solo estaría gobernado Hidalgo, Oaxaca, Coahuila y el Estado de México. Será el próximo año, 2022, cuando se renovarán los primeros 3 estados y en 2023 este último. No es por ser aguafiestas pero el PRI puede llegar a la próxima elección presidencial gobernando uno o dos estados del país.

En lo que se refiere al Partido Acción Nacional, actualmente gobierna diez estados del país y pondrá en juego solo 4 gubernaturas, de las cuales es seguro que pierde Nayarit y retiene Querétaro, disputándose con Morena Baja California Sur y Chihuahua. El próximo año pondrá en juego las gubernaturas de Durango, Aguascalientes, Tamaulipas y Quintana Roo. Seguramente el PAN llegará a la elección presidencial de 2024 gobernando alrededor del 20% de las gubernaturas del país. Del PRD no hay mucho qué decir, solo gobierna Michoacán y todo indica que pierde a manos de Morena, como ha sucedido con sus anteriores pérdidas como la de la Ciudad de México, Morelos y Tabasco.

De acuerdo con las mediciones de esta segunda mitad del mes de mayo, hay un crecimiento de las expectativas del Movimiento Ciudadano. Específicamente en Nuevo León, Campeche y Colima. Con mayores posibilidades en el primero de estos estados. En la actualidad este partido solo gobierna Jalisco, por lo que no perderá, solo tiene la opción de ganar alguna de las gubernaturas en juego.

No hay duda que es Morena el partido que gana en todos los escenarios. Actualmente mantiene la mayoría en 20 congresos locales, seguramente incrementará al menos, en un 50% dicha presencia. Gobierna 7 estados del país y solo pondrá en juego Baja California, que retiene de acuerdo con todas las mediciones. Las gubernaturas que pierda la alianza PRI-PAN-PRD caerán en la bolsa de Morena, mismas que serán entre 9 y 11. Seguramente Morena llegará a la siguiente elección presidencial gobernando alrededor del 70% de las gubernaturas del país. Si bien es cierto que la Ciudad de México no está en juego, es un hecho que a pesar del impacto negativo que ha tenido en las figuras del canciller Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, el accidente en la Línea 12 del Metro, mediciones diversas coinciden en que se incrementará el número de alcaldías para Morena y aliados. Otra vez hay que decir que el PRD va de salida también en la Ciudad de México.

A manera de conclusión diríamos que los dos grandes perdedores de este proceso electoral de 2021 son el PRI y el PRD; este último tiene incluso comprometido su registro. El PAN pierde poco porque le toca poner menos en juego. Los ganadores sin duda son Morena y sus aliados, dígase partidos Verde y del Trabajo. Aunque en lo individual, estos dos últimos seguramente apenas pasarán el umbral del 3%. De los partidos que buscan su registro se ve difícil que lo logren. Y, sin duda, otro de los ganadores, como ya lo dijimos, es el Movimiento Ciudadano, que verá reflejado un crecimiento en el conjunto de los cargos federales y locales, logrando colocarse en la cuarta fuerza nacional.

Estamos a unos días de que se realice la primera elección plebiscitaria de la llamada Cuarta Transformación. También sabremos si se empieza a cruzar la aduana de esta nueva época que vislumbra un nuevo régimen político.

El comportamiento electoral es un fenómeno lleno de incertidumbres. Sin embargo, también hay certezas que, a estas alturas, no deben negarse. ¿Ganará la mayoría absoluta Morena en la Cámara de Diputados? ¿Qué tan cerca estará de lograr una mayoría calificada en la integración de la nueva legislatura, junto a sus aliados? ¿Qué partidos serán los grandes perdedores y cuáles los ganadores en las elecciones de renovación de gubernaturas y las mayorías de los congresos de los estados? Entre otras, estas son algunas de las principales interrogantes que nos hacemos en estos días.

Destacados analistas sostienen que, en tanto son elecciones intermedias, la historia no favorece al partido en el poder y sus aliados para ganar dichas mayorías, porque no sucede desde hace 30 años, justamente en 1991, cuando Carlos Salinas de Gortari logró legitimarse ganando la mayoría legislativa. No así en 1997, 2003, 2009 y 2015. Es en 1997 cuando el PRI cae 12 puntos y pierde la mayoría legislativa, dando lugar al nacimiento del prianismo legislativo que hoy se ha extendido a la arena electoral en todo el territorio nacional y a la disputa por las gubernaturas ante Morena. El error de estos analistas radica en que siguen pensando que la actual es una “elección intermedia” como cualquier otra.

Dejan de lado el hecho de que se trata de una nueva época histórica y nuevo proyecto de Estado, que ciertamente, establece apenas sus primeras bases. Fueron 200 distritos electorales donde las sumas aritméticas favorecen a la unidad de los tres partidos: PRI, PAN y PRD. En esto olvidan que en comportamiento electoral no todas las sumas dan más. Imposible será que ganen la mayoría de los 200 distritos de coalición y sí, es muy probable que pierdan en los 100 donde no van juntos. Actualmente toda la oposición tiene 167 escaños porque Morena y sus aliados conservan 333, lo que significa el 66% correspondiente a la mayoría calificada que se requiere para las reformas constitucionales. Y Morena mantiene 254 diputados que corresponden a 50.8%, casi la mayoría absoluta. En 2018 Morena y sus aliados ganaron 218 distritos de los 300, donde no estaba el Partido Verde. Nuestra hipótesis es que el resultado del próximo 6 de junio en la elección legislativa será similar al de 2018 o mejor incluso para Morena.

Donde vemos aún más certeza es en las elecciones estatales. Aunque la geografía electoral ha venido mostrando algunas tendencias en este ámbito, ahora vamos a vivir una reconfiguración total. Aunque el PRI viene perdiendo gubernaturas progresivamente, fue en 2016 cuando tuvo la más grande derrota histórica, al retener solo 5 de 12 que se pusieron en juego. Cuatro de estas eran emblemáticas, ya que las había gobernado por 80 años consecutivos: Durango, Veracruz, Quintana Roo y Tamaulipas. Será en este 2021 cuando podría batir su propio récord de pérdidas. Son 12 estados que actualmente gobierna el PRI, de los cuales, 8 se pondrán en juego el 6 de junio. A unos cuantos días de la jornada electoral las mediciones dicen que es posible que pierda las 8, porque si mantuviera San Luis Potosí como alianza, el titular sería un panista. En este escenario, solo estaría gobernado Hidalgo, Oaxaca, Coahuila y el Estado de México. Será el próximo año, 2022, cuando se renovarán los primeros 3 estados y en 2023 este último. No es por ser aguafiestas pero el PRI puede llegar a la próxima elección presidencial gobernando uno o dos estados del país.

En lo que se refiere al Partido Acción Nacional, actualmente gobierna diez estados del país y pondrá en juego solo 4 gubernaturas, de las cuales es seguro que pierde Nayarit y retiene Querétaro, disputándose con Morena Baja California Sur y Chihuahua. El próximo año pondrá en juego las gubernaturas de Durango, Aguascalientes, Tamaulipas y Quintana Roo. Seguramente el PAN llegará a la elección presidencial de 2024 gobernando alrededor del 20% de las gubernaturas del país. Del PRD no hay mucho qué decir, solo gobierna Michoacán y todo indica que pierde a manos de Morena, como ha sucedido con sus anteriores pérdidas como la de la Ciudad de México, Morelos y Tabasco.

De acuerdo con las mediciones de esta segunda mitad del mes de mayo, hay un crecimiento de las expectativas del Movimiento Ciudadano. Específicamente en Nuevo León, Campeche y Colima. Con mayores posibilidades en el primero de estos estados. En la actualidad este partido solo gobierna Jalisco, por lo que no perderá, solo tiene la opción de ganar alguna de las gubernaturas en juego.

No hay duda que es Morena el partido que gana en todos los escenarios. Actualmente mantiene la mayoría en 20 congresos locales, seguramente incrementará al menos, en un 50% dicha presencia. Gobierna 7 estados del país y solo pondrá en juego Baja California, que retiene de acuerdo con todas las mediciones. Las gubernaturas que pierda la alianza PRI-PAN-PRD caerán en la bolsa de Morena, mismas que serán entre 9 y 11. Seguramente Morena llegará a la siguiente elección presidencial gobernando alrededor del 70% de las gubernaturas del país. Si bien es cierto que la Ciudad de México no está en juego, es un hecho que a pesar del impacto negativo que ha tenido en las figuras del canciller Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, el accidente en la Línea 12 del Metro, mediciones diversas coinciden en que se incrementará el número de alcaldías para Morena y aliados. Otra vez hay que decir que el PRD va de salida también en la Ciudad de México.

A manera de conclusión diríamos que los dos grandes perdedores de este proceso electoral de 2021 son el PRI y el PRD; este último tiene incluso comprometido su registro. El PAN pierde poco porque le toca poner menos en juego. Los ganadores sin duda son Morena y sus aliados, dígase partidos Verde y del Trabajo. Aunque en lo individual, estos dos últimos seguramente apenas pasarán el umbral del 3%. De los partidos que buscan su registro se ve difícil que lo logren. Y, sin duda, otro de los ganadores, como ya lo dijimos, es el Movimiento Ciudadano, que verá reflejado un crecimiento en el conjunto de los cargos federales y locales, logrando colocarse en la cuarta fuerza nacional.