/ martes 8 de junio de 2021

6 de junio: las certezas de lo preliminar

Hace dos semanas señalamos que las elecciones del pasado domingo serían plebiscitarias, es decir, que sus resultados serían la confirmación o no, de la ruta escogida en 2018 en cuanto a las transformaciones del régimen político y el Estado. Así fue, como lo indicaban la mayoría de las mediciones. Por lo menos en 20 de 32 estados del país se afirma la fuerza de Morena y sus aliados.

La alta participación ciudadana por encima del 50% habla también de la calidad “plebiscitaria” de la elección intermedia en el contexto del despegue de las transformaciones que están en marcha: de lo nuevo. Cuando crece el deterioro de un régimen político, las elecciones intermedias son de baja participación ciudadana, que es a las que estaba acostumbrado a ver el lente de los analistas tradicionales. Nada qué ver, aquí se sientan las bases de una nueva vida pública, que se regenera.

No sabemos, específicamente, cómo quedará integrada la Cámara de Diputados, pero sí que los pocos espacios que pudiera perder Morena, los ganan y con creces, sus aliados. Así que se mantendrán, en general las condiciones actuales de la representación legislativa 4T. Lo coalición opositora resiste la atomización, pero no crece.

En lo que corresponde a las gubernaturas ya lo habíamos dicho: el PRI ha perdido las 8 que puso en juego. Solo se queda gobernando cuatro entidades. 2021 es la gran derrota histórica del otrora “partido de Estado” en los territorios locales. Seguramente perderá, al menos 2 de los 3 en donde habrá elecciones el próximo año, pues su racha perdedora y de salida de los gobiernos de los estados está asegurada en los tiempos que vienen. Ya en este 2021 hay un adelanto, según el conteo rápido: pierde estrepitosamente la mayoría de los distritos federales y alcaldías en Oaxaca e Hidalgo, dos de los tres estados donde habrá elección en 2022. Su trinchera principal y casi única, estará en sus disminuidas fracciones legislativas del Senado y la Cámara de Diputados.

En el caso del PAN, su crecimiento en las alcaldías de la Ciudad de México y el hecho de que haya retenido dos de las cuatro gubernaturas que puso en juego (Chihuahua y Querétaro) lo hacen un partido opositor viable frente al avance de Morena y sus aliados. Sin embargo, en Tamaulipas pierde la mayoría en el Congreso local, lo que junto al proceso de desafuero del actual gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, se puede concluir que en 2022 pierda la gubernatura. Igual en Quintana Roo, también el próximo año puede perder la gubernatura ya que este domingo ha perdido los 4 distritos electorales federales y 8 de 11 municipios a manos de Morena, así que es muy probable que la fuerza opositora del PAN también vaya disminuyendo camino hacia 2024.

En suma, Morena pasaría de 7 a 16 gubernaturas; el PAN de 10 desciende a 8; el PRI cae de 12 a 4; Movimiento Ciudadano de 1 a 2; el Partido Verde gana 1 y el PES mantiene 1. Como vemos, el PRD ha dejado de gobernar en estados y busca mantener el registro a duras penas.

Demos ahora un breve repaso a los datos y mensajes preliminares de Sinaloa, estado en el cual Morena gana la gubernatura con el más alto porcentaje de los once estados en que le dan la delantera; gana 7 de los 7 distritos federales; 24 de 24 distritos locales, junto a su aliado el PAS, con lo que se perfila un dominio superior a la mayoría calificada. No digo más, pero el PRI solo se queda con el municipio de Sinaloa, de 18, pues Morena y sus aliados ganan 17. Probablemente sea Sinaloa el estado más morenista de México, eso lo sabremos el próximo miércoles, cuando se concluya el cómputo federal y de los estados.

Como decía el querido profesor Miguel Ángel Mesura Báez: “esperaremos y comentaremos”.

Hace dos semanas señalamos que las elecciones del pasado domingo serían plebiscitarias, es decir, que sus resultados serían la confirmación o no, de la ruta escogida en 2018 en cuanto a las transformaciones del régimen político y el Estado. Así fue, como lo indicaban la mayoría de las mediciones. Por lo menos en 20 de 32 estados del país se afirma la fuerza de Morena y sus aliados.

La alta participación ciudadana por encima del 50% habla también de la calidad “plebiscitaria” de la elección intermedia en el contexto del despegue de las transformaciones que están en marcha: de lo nuevo. Cuando crece el deterioro de un régimen político, las elecciones intermedias son de baja participación ciudadana, que es a las que estaba acostumbrado a ver el lente de los analistas tradicionales. Nada qué ver, aquí se sientan las bases de una nueva vida pública, que se regenera.

No sabemos, específicamente, cómo quedará integrada la Cámara de Diputados, pero sí que los pocos espacios que pudiera perder Morena, los ganan y con creces, sus aliados. Así que se mantendrán, en general las condiciones actuales de la representación legislativa 4T. Lo coalición opositora resiste la atomización, pero no crece.

En lo que corresponde a las gubernaturas ya lo habíamos dicho: el PRI ha perdido las 8 que puso en juego. Solo se queda gobernando cuatro entidades. 2021 es la gran derrota histórica del otrora “partido de Estado” en los territorios locales. Seguramente perderá, al menos 2 de los 3 en donde habrá elecciones el próximo año, pues su racha perdedora y de salida de los gobiernos de los estados está asegurada en los tiempos que vienen. Ya en este 2021 hay un adelanto, según el conteo rápido: pierde estrepitosamente la mayoría de los distritos federales y alcaldías en Oaxaca e Hidalgo, dos de los tres estados donde habrá elección en 2022. Su trinchera principal y casi única, estará en sus disminuidas fracciones legislativas del Senado y la Cámara de Diputados.

En el caso del PAN, su crecimiento en las alcaldías de la Ciudad de México y el hecho de que haya retenido dos de las cuatro gubernaturas que puso en juego (Chihuahua y Querétaro) lo hacen un partido opositor viable frente al avance de Morena y sus aliados. Sin embargo, en Tamaulipas pierde la mayoría en el Congreso local, lo que junto al proceso de desafuero del actual gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, se puede concluir que en 2022 pierda la gubernatura. Igual en Quintana Roo, también el próximo año puede perder la gubernatura ya que este domingo ha perdido los 4 distritos electorales federales y 8 de 11 municipios a manos de Morena, así que es muy probable que la fuerza opositora del PAN también vaya disminuyendo camino hacia 2024.

En suma, Morena pasaría de 7 a 16 gubernaturas; el PAN de 10 desciende a 8; el PRI cae de 12 a 4; Movimiento Ciudadano de 1 a 2; el Partido Verde gana 1 y el PES mantiene 1. Como vemos, el PRD ha dejado de gobernar en estados y busca mantener el registro a duras penas.

Demos ahora un breve repaso a los datos y mensajes preliminares de Sinaloa, estado en el cual Morena gana la gubernatura con el más alto porcentaje de los once estados en que le dan la delantera; gana 7 de los 7 distritos federales; 24 de 24 distritos locales, junto a su aliado el PAS, con lo que se perfila un dominio superior a la mayoría calificada. No digo más, pero el PRI solo se queda con el municipio de Sinaloa, de 18, pues Morena y sus aliados ganan 17. Probablemente sea Sinaloa el estado más morenista de México, eso lo sabremos el próximo miércoles, cuando se concluya el cómputo federal y de los estados.

Como decía el querido profesor Miguel Ángel Mesura Báez: “esperaremos y comentaremos”.