/ martes 23 de noviembre de 2021

2022: el mejor presupuesto de la historia reciente

La meta de recaudación del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para 2022 es de 3.7 billones de pesos. Representa un esfuerzo adicional de 200 mil millones de pesos respecto a 2021. En este último ingreso, el 50% vendrá de la implementación de la llamada carta porte, que significa formalizar diversas actividades logísticas y de transporte de grandes empresas; el otro 50% saldrá, según el SAT, de diversas fuentes, principalmente de las mejoras en las 49 aduanas del país y el combate al robo de combustible, entre otras. Estos datos representan el 14.1% del PIB. Se espera cerrar 2021 con una recaudación de 13.7% del PIB.

En todas las fuentes de los ingresos presupuestarios se proyectan importantes aumentos: 1) en los ingresos tributarios se prevé un incremento del 7.98%; 2) en los petroleros 12.23%; 3) en los de empresas productivas 0.70%; y 4) en los no tributarios el 13.72%. Ello se debe a la eficiente y responsable política hacendaria que ha implementado el actual gobierno federal: el combate frontal a la corrupción y la eliminación de las condonaciones fiscales a las grandes empresas.

De ahí que el gasto público para 2022 será incrementado también en los tres grandes rubros presupuestales: 1) en Protección Social hay un incremento de 12.8% en total. Ello significa el mayor aumento en salud en diez años, correspondiente al 15.2% más que en 2021, recursos principalmente orientados a vacunas, pensiones, jubilaciones, atención y prevención de enfermedades; en el caso de los programas de bienestar se invertirán más de 400 mil millones de pesos que representan 36% más que en 2021; 2) en el rubro de Inversión Física hay un incremento del 17.7%, gasto que será orientado a mantenimiento de carreteras y de obras hidráulicas, así como a los ya conocidos proyectos estratégicos del Gobierno federal; 3) y en el rubro que se refiere al Gasto Federalizado habrá un incremento de 4.7%, que en términos absolutos será de 2 billones 108 mil millones de pesos para las entidades federativas y municipios del país. Ello para que cumplan con sus obligaciones institucionales, atiendan los efectos de la pandemia e impulsen proyectos de desarrollo en sus territorios.

Si hay mayor recaudación, combate a la corrupción, política fiscal eficiente y por tanto más gasto social, como vemos; una expectativa de reactivación de la economía y de superación de la crisis sanitaria, lo que se reflejará en un crecimiento esperado del 4.1% del PIB, entonces, como consecuencia los estados y municipios del país serán los principales beneficiados.

En el caso de Sinaloa, según la Secretaría de Hacienda tendrá un incremento del 9.7% en términos reales en las participaciones federales o Ramo 28. Es de comentarse que incluso, al cierre de 2021, recibirá 1.8% más de lo presupuestado para este mismo año. Lo mismo será en las Aportaciones Federales o Ramo 33, que se reflejará en las áreas de salud, educación, seguridad pública y servicios básicos.

Como vemos, todo pinta bien para 2022 en materia de dinero de la Federación. Sin embargo, es necesario poner en la mesa la preocupación muy fuerte que existe en las áreas hacendarias, especialmente en el Sistema de Administración Tributaria: el escaso compromiso recaudatorio de las entidades federativas y municipios y la falta de formalización de los circuitos del dinero público en estos planos de gobierno. El uso de efectivo en cobros de tarifas y servicios es un rasgo del pasado corrupto que sigue siendo presente en estados y municipios.

La recaudación de impuestos estatales como el Impuesto Sobre Nómina, el de hospedaje y otros, es baja y no se diga el destino que se les da porque se trata de una fuerte opacidad. Igual el caso del cobro de aprovechamientos diversos y aún más la recaudación del Impuesto Predial que es el único impuesto municipal que se genera a muy bajo nivel, no hay actualización del catastro.

Este es el gran desafío para las arcas públicas: aplicar en lo local las estrategias de eficiencia recaudatoria, transparencia y orientación social que se dan a nivel nacional. Este es el paso que sigue; aquí tiene ya puestos los ojos la Federación. No es sostenible que los estados y municipios dependan solo o altamente de las Participaciones y Aportaciones Federales. Tienen que combatir la corrupción, formalizar los cobros y eliminar el manejo en efectivo de los recursos públicos y recaudar más para combatir la desigualdad y poner en marcha proyectos regionales de desarrollo por su cuenta.

No hay otro camino. Desde el Senado de la República estamos obligados a hacer lo que nos toca.

La meta de recaudación del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para 2022 es de 3.7 billones de pesos. Representa un esfuerzo adicional de 200 mil millones de pesos respecto a 2021. En este último ingreso, el 50% vendrá de la implementación de la llamada carta porte, que significa formalizar diversas actividades logísticas y de transporte de grandes empresas; el otro 50% saldrá, según el SAT, de diversas fuentes, principalmente de las mejoras en las 49 aduanas del país y el combate al robo de combustible, entre otras. Estos datos representan el 14.1% del PIB. Se espera cerrar 2021 con una recaudación de 13.7% del PIB.

En todas las fuentes de los ingresos presupuestarios se proyectan importantes aumentos: 1) en los ingresos tributarios se prevé un incremento del 7.98%; 2) en los petroleros 12.23%; 3) en los de empresas productivas 0.70%; y 4) en los no tributarios el 13.72%. Ello se debe a la eficiente y responsable política hacendaria que ha implementado el actual gobierno federal: el combate frontal a la corrupción y la eliminación de las condonaciones fiscales a las grandes empresas.

De ahí que el gasto público para 2022 será incrementado también en los tres grandes rubros presupuestales: 1) en Protección Social hay un incremento de 12.8% en total. Ello significa el mayor aumento en salud en diez años, correspondiente al 15.2% más que en 2021, recursos principalmente orientados a vacunas, pensiones, jubilaciones, atención y prevención de enfermedades; en el caso de los programas de bienestar se invertirán más de 400 mil millones de pesos que representan 36% más que en 2021; 2) en el rubro de Inversión Física hay un incremento del 17.7%, gasto que será orientado a mantenimiento de carreteras y de obras hidráulicas, así como a los ya conocidos proyectos estratégicos del Gobierno federal; 3) y en el rubro que se refiere al Gasto Federalizado habrá un incremento de 4.7%, que en términos absolutos será de 2 billones 108 mil millones de pesos para las entidades federativas y municipios del país. Ello para que cumplan con sus obligaciones institucionales, atiendan los efectos de la pandemia e impulsen proyectos de desarrollo en sus territorios.

Si hay mayor recaudación, combate a la corrupción, política fiscal eficiente y por tanto más gasto social, como vemos; una expectativa de reactivación de la economía y de superación de la crisis sanitaria, lo que se reflejará en un crecimiento esperado del 4.1% del PIB, entonces, como consecuencia los estados y municipios del país serán los principales beneficiados.

En el caso de Sinaloa, según la Secretaría de Hacienda tendrá un incremento del 9.7% en términos reales en las participaciones federales o Ramo 28. Es de comentarse que incluso, al cierre de 2021, recibirá 1.8% más de lo presupuestado para este mismo año. Lo mismo será en las Aportaciones Federales o Ramo 33, que se reflejará en las áreas de salud, educación, seguridad pública y servicios básicos.

Como vemos, todo pinta bien para 2022 en materia de dinero de la Federación. Sin embargo, es necesario poner en la mesa la preocupación muy fuerte que existe en las áreas hacendarias, especialmente en el Sistema de Administración Tributaria: el escaso compromiso recaudatorio de las entidades federativas y municipios y la falta de formalización de los circuitos del dinero público en estos planos de gobierno. El uso de efectivo en cobros de tarifas y servicios es un rasgo del pasado corrupto que sigue siendo presente en estados y municipios.

La recaudación de impuestos estatales como el Impuesto Sobre Nómina, el de hospedaje y otros, es baja y no se diga el destino que se les da porque se trata de una fuerte opacidad. Igual el caso del cobro de aprovechamientos diversos y aún más la recaudación del Impuesto Predial que es el único impuesto municipal que se genera a muy bajo nivel, no hay actualización del catastro.

Este es el gran desafío para las arcas públicas: aplicar en lo local las estrategias de eficiencia recaudatoria, transparencia y orientación social que se dan a nivel nacional. Este es el paso que sigue; aquí tiene ya puestos los ojos la Federación. No es sostenible que los estados y municipios dependan solo o altamente de las Participaciones y Aportaciones Federales. Tienen que combatir la corrupción, formalizar los cobros y eliminar el manejo en efectivo de los recursos públicos y recaudar más para combatir la desigualdad y poner en marcha proyectos regionales de desarrollo por su cuenta.

No hay otro camino. Desde el Senado de la República estamos obligados a hacer lo que nos toca.