/ lunes 30 de diciembre de 2019

2020: Año de Leona Vicario

“No solo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres, ellas son capaces de todos los entusiasmos, los sentimientos de gloria y libertad no les son extraños; sus sacrificios son desinteresados... en lo que a mí toca, siempre he sido libre e independiente en mis acciones y opiniones”: Leona Vicario/1832, a propósito de su carta a Lucas Alamán.

El Congreso de la Unión de nuestro país, integrado por las “legislaturas de la paridad de género”, ha emitido el decreto que declara al 2020 como el año de Leona Vicario, benemérita madre de la patria.

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, conocida como Leona Vicario, nació el 10 de abril de 1789 y fue una mujer que luchó para conseguir que la Nueva España se independizara y se convirtiera en la nación libre y soberana que hoy es México. Igual que ella, hubo muchas mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez, Carmen Camacho, Prisca Marquina de Ocampo, María Josefa Martínez, María Fermina Rivera, Manuela Herrera y Ana María y Trinidad Ortega, entre otras, que formaron parte de esa lucha histórica, por lo que la declaratoria constituye un reconocimiento al papel que asumieron las mujeres en el movimiento independentista: es un rescate histórico.

Leona, hija de comerciante español y una descendiente directa del último tlatoani de Texcoco, quedó huérfana a los 17 años de edad. A contrapelo de las tendencias de la época, de principios del siglo XIX, fue una mujer formada en las bellas artes, la ciencia y la literatura.

Leona Vicario fue parte de una red clandestina de apoyo al movimiento de independencia, llamada Los Guadalupes, que intercambiaban mensajes revelando movimientos de las fuerzas realistas para darlos a conocer a los insurgentes, de tal manera que estos pudieran planear su lucha de manera segura y efectiva. Como ávida lectora que fue y con las características de inteligencia y creatividad que poseía, tomó los nombres de sus personajes literarios favoritos para denominar a los conspiradores que formaron parte del grupo de Los Guadalupes.

Por ser descubierta en este activismo, fue encarcelada en el Colegio de San Miguel de Belén, el cual se transformó en la cárcel de Belén. Estuvo presa durante 42 días y fue liberada en abril de 1813, para unirse a los insurgentes en Tlalpujahua, Michoacán, donde junto a Ignacio López Rayón, estableció una fábrica de armas en la que se construían fusiles y cañones para la lucha por la independencia.

El dinero y los bienes de su patrimonio fueron utilizados para este efecto y para proveer lo que pudiera enviarse a sus compañeros insurgentes, ocasionando que el virrey se los confiscara y, en consecuencia, quedara en la miseria.

Leona Vicario participó activamente en el Congreso de Chilpancingo con Andrés Quintana Roo, entre otros, hasta la captura y muerte de Morelos.

Las biografías de Leona Vicario dan testimonio de su honorabilidad y de sus consolidadas convicciones ideológicas, las cuales la llevaron a consagrar su vida a animar y apoyar la lucha independentista. Asimismo, destacan que, durante la campaña militar, viajaba con el ejército de Morelos, contribuyendo con la planeación estratégica, la administración de finanzas y la supervisión de la atención de heridos y enfermos.

De esta manera, Leona Vicario invirtió su fortuna en el movimiento de independencia, al que dio preponderancia sobre su bienestar personal y familiar. Su salud quedó deteriorada debido a los esfuerzos que realizó en la lucha y al trato que le dieron durante su reclusión en el Colegio de San Miguel de Belén. Murió en la Ciudad de México el 21 de agosto de 1842, a los 53 años de edad.

Dada su participación activa en los medios impresos de su época, se le ha reconocido como la primera periodista mexicana y hasta el momento es la única mujer que ha tenido un funeral de Estado.

Escribió en diversos diarios como el Ilustrador Americano, Semanario Patriótico Americano y Correo Americano del Sur.

En el 2020 se cumplirán 190 años de que participara en la fundación del periódico El Federalista Mexicano, hecha en 1830, cuyo primer número se publicó hasta los primeros días de enero de 1831, donde también denunció los abusos y la tiranía de las élites en el poder.

En el año 2021 se conmemorará el bicentenario de la consumación de la independencia, por lo que dedicar el próximo 2020 a Leona Vicario como símbolo de liberación nacional y lucha por la libertad y la igualdad de nuestro pueblo, forma parte del proceso de reivindicación de la relevancia de las mujeres en nuestra historia nacional.

Vale la pena adentrarnos en el conocimiento de su biografía.

“No solo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres, ellas son capaces de todos los entusiasmos, los sentimientos de gloria y libertad no les son extraños; sus sacrificios son desinteresados... en lo que a mí toca, siempre he sido libre e independiente en mis acciones y opiniones”: Leona Vicario/1832, a propósito de su carta a Lucas Alamán.

El Congreso de la Unión de nuestro país, integrado por las “legislaturas de la paridad de género”, ha emitido el decreto que declara al 2020 como el año de Leona Vicario, benemérita madre de la patria.

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, conocida como Leona Vicario, nació el 10 de abril de 1789 y fue una mujer que luchó para conseguir que la Nueva España se independizara y se convirtiera en la nación libre y soberana que hoy es México. Igual que ella, hubo muchas mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez, Carmen Camacho, Prisca Marquina de Ocampo, María Josefa Martínez, María Fermina Rivera, Manuela Herrera y Ana María y Trinidad Ortega, entre otras, que formaron parte de esa lucha histórica, por lo que la declaratoria constituye un reconocimiento al papel que asumieron las mujeres en el movimiento independentista: es un rescate histórico.

Leona, hija de comerciante español y una descendiente directa del último tlatoani de Texcoco, quedó huérfana a los 17 años de edad. A contrapelo de las tendencias de la época, de principios del siglo XIX, fue una mujer formada en las bellas artes, la ciencia y la literatura.

Leona Vicario fue parte de una red clandestina de apoyo al movimiento de independencia, llamada Los Guadalupes, que intercambiaban mensajes revelando movimientos de las fuerzas realistas para darlos a conocer a los insurgentes, de tal manera que estos pudieran planear su lucha de manera segura y efectiva. Como ávida lectora que fue y con las características de inteligencia y creatividad que poseía, tomó los nombres de sus personajes literarios favoritos para denominar a los conspiradores que formaron parte del grupo de Los Guadalupes.

Por ser descubierta en este activismo, fue encarcelada en el Colegio de San Miguel de Belén, el cual se transformó en la cárcel de Belén. Estuvo presa durante 42 días y fue liberada en abril de 1813, para unirse a los insurgentes en Tlalpujahua, Michoacán, donde junto a Ignacio López Rayón, estableció una fábrica de armas en la que se construían fusiles y cañones para la lucha por la independencia.

El dinero y los bienes de su patrimonio fueron utilizados para este efecto y para proveer lo que pudiera enviarse a sus compañeros insurgentes, ocasionando que el virrey se los confiscara y, en consecuencia, quedara en la miseria.

Leona Vicario participó activamente en el Congreso de Chilpancingo con Andrés Quintana Roo, entre otros, hasta la captura y muerte de Morelos.

Las biografías de Leona Vicario dan testimonio de su honorabilidad y de sus consolidadas convicciones ideológicas, las cuales la llevaron a consagrar su vida a animar y apoyar la lucha independentista. Asimismo, destacan que, durante la campaña militar, viajaba con el ejército de Morelos, contribuyendo con la planeación estratégica, la administración de finanzas y la supervisión de la atención de heridos y enfermos.

De esta manera, Leona Vicario invirtió su fortuna en el movimiento de independencia, al que dio preponderancia sobre su bienestar personal y familiar. Su salud quedó deteriorada debido a los esfuerzos que realizó en la lucha y al trato que le dieron durante su reclusión en el Colegio de San Miguel de Belén. Murió en la Ciudad de México el 21 de agosto de 1842, a los 53 años de edad.

Dada su participación activa en los medios impresos de su época, se le ha reconocido como la primera periodista mexicana y hasta el momento es la única mujer que ha tenido un funeral de Estado.

Escribió en diversos diarios como el Ilustrador Americano, Semanario Patriótico Americano y Correo Americano del Sur.

En el 2020 se cumplirán 190 años de que participara en la fundación del periódico El Federalista Mexicano, hecha en 1830, cuyo primer número se publicó hasta los primeros días de enero de 1831, donde también denunció los abusos y la tiranía de las élites en el poder.

En el año 2021 se conmemorará el bicentenario de la consumación de la independencia, por lo que dedicar el próximo 2020 a Leona Vicario como símbolo de liberación nacional y lucha por la libertad y la igualdad de nuestro pueblo, forma parte del proceso de reivindicación de la relevancia de las mujeres en nuestra historia nacional.

Vale la pena adentrarnos en el conocimiento de su biografía.